Tulum es un importante destino turístico de México y de las redes sociales. Situado al sur de Cancún, fue por años el lado B del emporio turístico, más aventurero, más mochilero y más virgen. La naturaleza le proveyó de una hermosa playa de arenas blancas y aguas transparentes como atractivo principal. Mientras le otorgó en sus inmediaciones la segunda barrera de coral más importante del mundo, el sistema de ríos subterráneos más grande, así como cuevas que se conectan con estos ríos dando paso a piscinas naturales o cenotes. En fin, amenidades las cuales llaman la atención de cualquier alma viva.
De igual modo, sus antiguos habitantes Mayas dejaron ruinas de edificaciones importantes en la zona dignas de ser recorridas. Existe una teoría de que esos pobladores abandonaron la zona por haber explotado en demasía sus recursos naturales.
No obstante, en los últimos 20 años el crecimiento de este punto turístico ha sido vertiginoso. Probablemente irreconocible para un visitante de la zona de antes. Tulum está lleno de pequeños y sencillos hoteles boutiques, restaurantes, bares y muchos turistas. Han logrado vender la idea de unas vacaciones ecológicas, al natural, fundadas en los atributos locales y una estética arquitectónica novedosa de plantas, maderas e iluminación la cual luce ecológica y seductora ante tanto concreto que nos rodea.
Con la demanda de los turistas ha incrementado la voracidad desarrollista de los hoteleros y su oferta. Sin embargo, ese crecimiento no luce coherente con la propuesta vacacional de Tulum, veamos:
1) Tulum es una sola avenida, llena de muchos, muchos hoyos y por ende tapones. Esta no tiene paso peatonal, por lo que hay que caminar con mucho cuidado evitando los hoyos y los carros. No he visitado un lugar en toda Dominicana que pueda comparar. Ya que se trata de asfaltado descuidado, no de caminos de tierra o piedras, insultante ante el precio de los hoteles y restaurantes que allí tienen su domicilio. Según uno de los taxistas, hay una resistencia de la comunidad a asfaltar la única calle que existe. Lo cual tiene sentido si consideramos la agresividad turística de la demanda y los hoteleros que explotan la zona.
2) El sistema eléctrico. A pesar de venderse como ecológicos, casi la totalidad de la energía hotelera en Tulum está suplida por plantas eléctricas diesel individuales, contaminando bastante la zona y aumentando los costos de la oferta. Si de casualidad hay un problema con la planta, no importa si estas en un hotel de 50 o 500 dólares la noche, no tendrás aire ni agua. Será el momento más eco de tu experiencia.
3) El sistema de drenaje y recolección de agua. Vale comenzar diciendo que el agua para ducharte es salada. También vale decir que tan solo el 10% de loas estructuras están conectadas a un sistema de drenaje, el resto trabaja con pozos sépticos, limpieza individual o con nada, esquemas los cuales con el tiempo filtran las heces, contaminando así las playas, los ríos subterráneos y afectando el arrecife de coral.
4) La producción de basura ha excedido la capacidad del vertedero local, lo cual deja otro problema de contaminación enorme de continuar el ritmo de la actividad turística sin plantas de reciclaje.
5) Migración. El aeropuerto de entrada es el de Cancún. La migración puede tomarte horas, esto al tener dos destinos turísticos de importancia cerca. Una vez terminas tocaría encaminarte a Tulum que está a dos horas.
6) La alta demanda ha aumentado los precios a niveles que un taxi te puede cobrar, sin inmutarse, 20 a 30 dólares por menos de un kilómetro de recorrido. La comida no escapa de estos precios, aunque hay que destacar que es buena y algunos espectáculos en los restaurantes bien valen una entrada aparte.
El concepto de fiesta está presente en una gran parte de los turistas. Por lo que, la idea original ecológica o de descanso ha transmutado. Cabe destacar que no es un destino familiar. Con la idea de fiesta, llega la oferta de las drogas y de demasiadas farmacias abiertas para vender algunos medicamentos sin recetas. La demanda de drogas también provee un escenario para la lucha territorial de carteles del narco, los peajes a los negocios por mantenerse abiertos, el lavado entre otras… Por esta razón puedes enterarte de asesinatos en este pequeño poblado u observar las fuerzas militares desplegadas protegiendo la mina de oro turística.
Es experiencia turística, vale decir que Tulum puede también convertirse en una burbuja lejana a la cultura mexicana o maya, (como la mayoría de hoteles aquí con la experiencia dominicana), así que es importante tener en cuenta el objetivo de tu viaje.
Es decir, si un dominicano sale a buscar una experiencia distinta a RD en Tulum, pues conviene ir forrado o concentrarse en cenotes y la cultura maya. De lo contrario, para toparse con una avenida llena de hoyos, buenas playas (no ajenas al sargazo), altísimo costo habitacional y de restaurantes, empresarios destruyendo manglares, líos de droga y militares en la calle, Tulum tiene poco que ofrecerle. Ya que Tulum es en la actualidad víctima de la voracidad de la alta demanda, de la oferta oportunista y de reguladores débiles. Y no es un sistema turístico sostenible como parecieran publicitar.
Finalmente, hay una crítica a ser hecha a esta dinámica empresarial que agota los recursos naturales, que excluye a los habitantes de la zona, que mercantiliza los espacios públicos y que comercia hasta lo insostenible… pero eso será otro día. Mientras tanto, publicitemos y aprovechemos (sin envidia) a mejor precio nuestro país.