Dos días antes del más reciente fin del mundo, señalaba a mis amigos de FB la seguridad que tenía de que el 22 de diciembre despertaríamos al mismo mundo de iniquidad, latrocinio, inseguridad e inmoralidad  que han construido en nuestro país las tres letrinas políticas y morales (PLD, PRD, PRSC) que aun nos gobiernan.

Y así ha sido, es más, las cosas siguen empeorando, pues el Presidente "de la austeridad" les "regala" un pequeño "incentivo navideño" de 400,000 y tantos pesos a cada uno de los sacrificados Diputados y Senadores de nuestro Congreso, en adición a 200 cajas navideñas por cabeza para que las repartan? ¿Entre los pobres?

Y, lógico, aún el fabulador y megalomaníaco Pinocho Fernández se desplaza por exóticos lugares, creando "organismos bilaterales" sólo un poquitito más pequeños que sus sueños de figura importante, decisiva y determinante en el tablero del ajedrez de la geopolítica mundial.

Y aun sigue "Nuestra Señora de los Sombreros" haciendo gala de su filantropía de mercadeo financiada con fondos públicos. Y nuestro Presidente nominal promulga un Presupuesto Nacional con todas las falencias de los anteriores, aprobado en "dos lecturas", de minuto y medio cada una, por nuestro Congreso (¡Voten honorables, voten!).

Y siguen cayendo ciudadanos, víctimas atrapadas en medio de la delincuencia civil y las ejecuciones sumarias producto de los desacreditados "intercambios de disparos" policiales.  Y vuelven las cajas navideñas.

¡Oh, las cajas! vergonzante tradición política, donde se hace un circo publicitario usando el hambre y la desesperación de nuestras clases humildes para demostrar la magnanimidad de los que habitan, dominan y disfrutan el Olimpo económico fundado sobre la apropiación ilícita de los dineros de ese mismo pueblo que ponen a mendigar.

Y siguen desgajando el país, vendiendo a precio de quemazón las "escarpadas montañas" de la Cordillera Central a compañías mineras internacionales que, con una inversión pírrica y el pago del apropiado "peaje", adquieren patente de corso para explotar nuestras riquezas naturales, aunque en el proceso destruyan nuestras fuentes de agua y nuestro medio ambiente.

Y sigue el mundo girando. Y el aumento de los impuestos no nos lo despinta nadie, aunque sigan impunes los culpables de que la Nación este afrontando una grave crisis económica y Danilo siga de (o pretendiendo ser) "amemao" mientras Cuquita reparte cenas para los pobres ataviada con vestidos de Versace, sombreros de Gucci y carteras de Hermes.

El punto es que el 22 de diciembre se cumplieron mis previsiones  -y las de millones-  no de que el mundo no se acabaría, sino que la gente bajaría la guardia y permitiría que continuara como está.

Porque al final del día, los Mayas  (aunque ellos NO hicieron las horrendas predicciones que se les imputan), Nostradamus, los profetas bíblicos (con su tribulación y su Apocalipsis) y todos los demás que medran, y se benefician, a la sombra de la ignorancia, se pueden ir mucho para el carajo. Porque Si todos ellos eran tan "tígueres", que podían predecir el futuro….

¿Por qué no le advirtieron al pueblo dominicano sobre las desgracias que le esperaban al caer en manos de la plaga trujillista, hoy convertida en la peste tricolor morada-blanca-roja?

Como se ve, este mundo de injusticia y discriminación no se va a acabar naturalmente, debemos destruirlo NOSOTROS, para construir sobre sus ruinas un nuevo mundo de paz, justicia social, equidad, respeto e igualdad de oportunidades, cobijado bajo el imperio de la ley.

Pero para eso debemos dejarnos de estar creyendo en pajaritos preñaos y prepararnos para demostrar que este país también es nuestro, que no estamos dispuestos a permitir la continuación de la corrupción y la impunidad y que, al través de la organización y movilización, vamos a obligar Al gobierno del PLD a actuar dentro de su propia legalidad, vamos a defender  (y a recuperar) nuestras riquezas, vamos a rescatar la herencia de nuestros héroes y mártires y vamos a trabajar unidos por el advenimiento del mundo de justicia al que aspiramos y nos merecemos.