Cuando inicié a fijar la mirada sobre este libro de cuentos, debo confesarlo, un misterioso presentimiento asaltó mi memoria: El número 13 surgía como un símbolo matemático cabalístico y misterioso y, en la medida en que avanzaba mi lectura, pude enfrascarne a un discurso detallista y minuciosamente descriptivo.  De entrada, en "13 Cuentos Sucios" (Editora Buho, 2014), de Henrri Cuello Ramírez, lo temporal es asumido por el narrador como un anclaje sígnico de su narrar.

El suceder, aquello que acontece en el entorno del narrador, es sostenido para ser contado y es, entonces, cuando lo dicho nos señala y procura advertirnos de lo que acontece o puede suceder, poniendo en vilo al lector. Desde el primer cuento que aparece en esta obra, titulado "Desmemoria", el ser humano y sus laberintos cotidianos, afloran desde una discursividad narrativa fluida…sin manchas que perturben el rejuego expresivo del sujeto narrador.

Se trata de una obra que, a partir de un narrar cargado de tensiones, lo que conlleva a una lectura detenida, para poder llevar la secuencia narrativa. El sujeto que narra, diverso en cada cuento que conforma el libro, entra a formar parte de los hechos, se constituye en protagonista de los hechos y, a veces, se constituye en parte de los personajes.

Los trece cuentos representan 13 núcleos de suspenso, haciendo de los hechos un universo particular de acciones y de situaciones, desde las cuales se desarrollan los conflictos. El narrador actúa como si se tratara de tender trampas sorpresivas al lector, lo que hace de la narración un contar racional y celosamente tramado.

El título mismo de la obra conlleva a una interrogante. Por qué esos 13 cuentos son sucios? Por qué los ensuciaron? Quién los ensució? De por sí, se trata de una metáfora, desde la cual el autor de la obra, que no siempre es el narrador, procura llamar la atención del lector para llenarlo de asombro, de inquina y, obligarlo a búsquedas, a señalamientos y acusaciones de los personajes actuantes.

El narrador controla los hechos y hasta las más simples disquisiciones mentales de los sujetos actuantes. Se trata de un narrador testigo. Quien mira y vigila los movimientos de los personajes y las acomoda a su antojo, siempre y cuando pueda crear suspenso.

Este es un libro-trampa, un texto sin rupturas narrativas, lo que pone en evidencia las pericias que, como autor van situando sus habilidades narrativas.

A pesar de ser su primera obra narrativa, aquí se advierte a un autor que, desde su obra, coloca a la vida como si se tratara de un cuento existencial. Vivencial.

"13 Cuentos Sucios" nos empuja a una lectura inmediata, sin pausa. Es la llamada urgente que recibe el lector para seguir en continuidad su acción recreativa de lectura. El tiempo y la descripción minuciosa, son dos de los elementos fundamentales de este narrar de lo cotidiano. He aquí un libro de cuentos que arrastra al lector a caer en sus propios laberintos, y lo pone a mirarse en sus propios espejos  vitales.