Dominicano ve lluvia helada cayendo sobre Bruckner Boulevard. Oscuridad prematura enciende letrero neón flor verde amarilla blanca logo corporación petrolera. Operario peruano supuesto sustituirlo no vendrá, encontraron pariente puñal enterrado pecho hasta mango como novela Malraux; y ya tiene catorce horas de:
—20 on pump 5
—a pack of Newport
—how much is that windshield washer?
—15 on pump 6
—7 on pump 1
—5 dollars megamillion, what? No lotto here? But it’s 267 millions this friday
—40 on that Navigator
—35 on pump 3
—I try to enter my zip code on pump 2 and it just stopped
—5 on pump 5
—how do I get to Cross Bronx?
—A pack of Newport.
"¿Qué tará haciendo Mayelín ahora mimo?", piensa Dominicano. Allá en Bonao las tres de la tarde son inmorales, tapándole boca no despertar niño, dientes marcados palma dorso mano derecha. "Dio mío qué rapido pasán eso vente día". Más de un año desde sentir felicidad aterrizar aeropuerto Santiago, recibido por Mayelín y caravana amigos quienes, a sus ojos, envejecieron diez años en dos.
Todo fue tan rápido. "Vamo ai río a comeno una epaguetada con mi novia y una prima que vino de Saicedo", dijo primo. Antes de dos meses Mayelín tuvo que mudarse con él en casa materna, vientre latiendo argumento predecible historiamor pueblerino. Y ahora llega el tiempo de las dudas; no sobre él, él ha sido fiel, solo trabaja con hombres y como nunca lo van a confundir con Brad Pitt la única vez quenel subway le dijeron "You’re sexy, can I have your phone number?" la voz salió de boca con bigote tupido propiedad hombre muy alto con pinta de mecánico. Pero ella es muy bonita.
Dominicano no sabe qué clase de droga usan estos dos gringos, pero no debe estar aprobada por ningún Control de Calidad. Tarde tras tarde los ha visto deteriorarse; llagas en caras, en orejas, en cuellos, son huellas del sadomasoquismo individual y mutuo. Al toyotica le ha pasado lo mismo: llegó nuevo desde Vermont y ya parece horda loca entró a batazos perdonando solo vidrios. Le ha dicho al hombre no puede poner manguera antes de pagar, computadora beep beep beep beep; es hablarle a seretéreo solo apegado a esta dimensión por promesa jeringuillatardecer.
Ahí está Mr. Cadillac, lo desespera. Cada tarde viene comprar cigarro, "Copacabana from Nicaragua". Debe pasarle caja entera revisión tactolfato, uno a uno, fila creciendo lluvia o nieve. Mr. Cadillac se toma su tiempo para decidir, aprovecha condición ciudadano viejo. Es su momento debajo luces sociales; poco importan los "Hurry up Pops" de ciudadanos no tan viejos con vainas que hacer.
Dominicano no se engaña con nostalgia de cuaresma. Recuerda muy bien miserias siendo supervisor Zona Franca Coreana en Bonao. Deudas de arroz y habichuelas, ropas meh, ni soñar fin de semana en resort de Puerto Plata como el pasado tantas veces recordado. Aquí en Nueva York solo es operario estación gasolina y, sin embargo, come mucha carne, camarones; compra ropa para Mayelín, para niño, para él, guardándolas con etiquetas en maletas; paga habitación a hermano, paga cuentas y envía remesa. Claro, trabajar más de doce horas seis días a la semana ayuda por horas extras y, sin embargo, se siente cansado todo el tiempo, más bruto, pero qué alegría cuando cobra esos dólares. Algunas veces al atravesar puente peatonal sobre Elder se para en el medio, mira edificios marrones, vehículos perdiéndose a todo lo que da hacia neblina de White Plains y no puedevitar gritar: "¡NUEBAYORAQUITOY!"
Dominicano, sin la ayuda de Schopenhauer, se acostumbró a este rectángulo de vidrio, considerar al mundo como colonia penal con torturas atenuadas por compañía otros prisioneros, por Mayelín, encuerita acostada almohada baja espalda levantar parte hacia negro grandote con gafas grasa en cabellos quien le acerca a Mayelín con vivo placer candela "WAKE UP PAPI GIVE ME MY COPACABANA FROM NICARAGUA!", grita Mr. Cadillac golpeando llaves "TIC TIC TIC TIC" vidrio 3 pulgadas, mirándolo desdén cazador retirado hacia perro viralata en jaula Bronx Zoo. Tal vez no, tal vez lo mira de otra manera y yo mismo no sé percibiresa manera.