Se calcula en 285 millones la cantidad de personas  en el mundo con discapacidad visual. De los tantos millones de libro que se publican en el planeta solo entre el 1 al 7 % se pone a disposición de estas personas en situación especial de los cuales el 90 % vive en países en vía de desarrollo y en estado de bajo ingresos según fuentes de la Organización Mundial de la Salud y la Unión Mundial de Ciegos.

Partiendo de esta realidad la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, sus estados miembros, adoptaron el 27 del mes de junio del año 2013 el Tratado de Marrakech el cual debe su nombre al hecho de haberse suscrito en esa bella ciudad de Marruecos.

El propósito de este tratado es lograr el acceso mediante formatos especiales de personas con dificulta visual para leer, a libros y otros materiales impresos. El alcance de este tratado se extiende a las personas que por alguna otra discapacidad no necesariamente visual, se les hace imposible sostener un libro para su lectura.

Habrá que imaginar lo que significara para una persona con sed de conocimiento el hecho de no tener acceso a libros y otros materiales impresos y la esperanza que abre esta iniciativa en favor de posibilitar el desarrollo educativo de este agrupamiento humano.

Este tratado entró   en vigor en septiembre del año 2016 y en ese momento  ya, por lo menos, 20 países habían depositado sus instrumentos de ratificación o adhesión.

La Republica Dominicana recién acaba de suscribir su adhesión al importante tratado con el auspicio de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI)  lo cual es una buena noticia para todos los dominicanos, discapacitados o no, en la medida en que este hecho contribuya a mejorar la educación de un sector de la población generalmente marginado.