A lo largo de los años se ha intentado resolver el problema del tránsito en la ciudad de Santo Domingo, sin obtener resultados fructíferos para la comunidad que tanto anhela de una solución definitiva a este caótico sistema.
Durante décadas los encargados de administrar e intervenir el territorio urbano no han sido capaces de articular una propuesta efectiva que estructure un verdadero plan de movilidad urbana, un proyecto que pueda escapar a la improvisación que sustenta las operaciones que se desarrollan en las principales ciudades del país.
Ante esta realidad la ciudadanía se siente desesperanzada al ver como se desvanecen los esfuerzos que año tras año se realizan por intentar solucionar el problema de la movilidad urbana; el temor se apodera de las miles de personas que por necesidad salen de sus casas para trasladarse a algún punto de la ciudad, con la incertidumbre de encontrar las unidades de transporte publico en huelga o un entaponamiento que le impida cumplir de manera efectiva con sus compromisos.
En la actualidad las ciudades necesitan integrar modelos de planificación más efectivos que no se limiten al hecho de simplemente insertar más unidades de transporte o solo crear más kilómetros de avenidas; las zonas urbanas de hoy en día requieren de estrategias orientadas a la intervención integral del territorio a fin de identificar las dificultades que impiden un correcto desarrollo para proporcionar el diseño ideal que supla las necesidades.
Estas estrategias deben ser desarrolladas a través de planes que permitan ordenar el territorio, construyendo las estructuras básicas y restaurando la efectividad de cada uno de los sistemas que componen la ciudad; de esta manera los principales problemas que destruyen la ciudad serán intervenidos de manera individual pero siempre bajo la visión de un plan que permita la correcta configuración del territorio en cuestión.
El transito y el transporte son parte de estos sistemas urbanos que requieren de una nueva estrategia de intervención. No es posible que en pleno siglo 21 la Republica Dominicana siga manteniendo un sistema de movilidad basado en el tigueraje, el chantaje y la ineficiencia, proporcionando inestabilidad a la nación, miedo a la población y lucro a un sector que requiere del desorden para poder subsistir.
La transformación del tránsito y del transporte se presentara ante nuestros ojos cuando el territorio sea intervenido mediante criterios urbanísticos que ordenen de manera adecuada el espacio en que habitamos articulando los mismos a través de las conexiones ideales para su correcto funcionamiento.