El hashtag más socorrido a lo largo de un año en nuestro quehacer político y que crece como la verdolaga en suelo patrio, es el transfuguismo. Veamos en qué consiste. Este concepto mediado como práctica bastante común en Dominicana se refiere en una acción de fuga o migración de un congresista , candidato o dirigente político a otra organización por verse amenazada su posición de mando. Brasil en octubre del 2007 el Tribunal Superior legisla en favor de impedir que un congresista migre hacia otra parcela, sustentando la fidelidad partidaria para robustecer y afianzar el sistema de Partidos Políticos que transparente la Democracia.
En Dominicana, en cambio, el Partido de Gobierno y su Secretario General se pasó respondiendo con negativa el sometimiento de la Ley de Paridos Políticos en intención de provocar la fuga de diputados, senadores y postulantes a otras organizaciones que debilitaran al conjunto de la oposición. En esa dirección el pueblo le llamo bisagra al Partido Reformista por acomodarse a los partidos con potencialidades de Gobierno o exista el simulacro de que otro pueda conquistar ese poder tan apetecido. Lo cierto es que existe una estrecha relación de complicidad entre transfuguismo y corrupción, condición y origen del porque no se aprueba la Ley de Partidos Políticos en Dominicana. No hay otro secreto, aunque haya retórica.
Jamás había contemplado con tanto asombro este fenómeno patológico de la sociedad dominicana, con inusitada reiteración y expedita forma de producirse en los actores y personajes de la política nacional; transfuguismo, desde luego, distanciado de valores programáticos e ideológicos que suponga dejar la organización originaria como acontecía en aquel pasado de principios; ahora se cambian de "chaquetas" porque no se cumplieron sus apetencias megalómanas y egoístas. Cual recordamos aquellos versos de la quintilla de Fray Juan Vásquez, que dicen del desquiciamiento del dominicano como en efecto sucede hoy:
Ayer español nací,
A la tarde fui francés,
A la noche etíope fui,
Hoy dicen que soy inglés,
No sé qué será de mí.
Por esa causa dañina a la democracia hay países que han regulado en su Constitución o reglamentaciones el transfuguismo, entre los cuales se cuentan Argentina, Bolivia, España, Colombia, Venezuela y otros.
En la base que sustenta la aparición enfermiza, codiciosa, egoísta, hipócrita, inestable y ambiciosa de los camaleónicos personajes de las variopintas pieles que conformaron su intención partidaria o permanencia por años ; resurge con fuerza avasalladora un comportamiento de acciones incomprendidas, extrañas que no sucedieron en la idiosincrasia de estamentos sociales en dominicana.
Se jactan en decir que a carencia de ideología y principios, no importa su comparecencia cambiante; es como reconocer que la sociedad pare esos engendros con toda su impunidad
No hay Partidos que escape a la epidemia socio-política que envuelve a la sociedad con toda la consecuencia negativa y traumática para los restantes sectores que no claudican y permanecen impertérritos reflexionando sobre las causas reales de este evento político distorsionante y que amarga do de pesar los más justos y equilibrados , miran con desdén y antipatía desde la otra esquina a los que se trasladan como un tren de alta velocidad de un Partido a otro sin ninguna justificación. Los mueve el egoísmo por un cargo o postulación que no consiguieron en su parcela, envían mensajes previamente de su enojo por no haber sido escogido y a pocos días y pocas horas se van a juramentar en la otra organización donde pusieron sus garras para atrapar privilegios y prebendas que no encontraron en la primera.
Es una verdadera locura como pasan una Senadora de Mao , o un Senador, en Cotuí , un congresista de vieja pertenencia reformista al perredeísmo; igual en Bani del PLD al PRM; en la Provincia de Santo Domingo Este por la postulación a Alcalde; en el D.N. por no ser escogido de dedos a la Alcaldía se fuga al PRD; hoy mismo al terminar estas notas irrumpe en la noticia televisiva otro personaje infeliz de esa desgracia del transfuguismo juramentándose en el PLD venido del PRM en Moca. Sangría que no sólo le hace daño a la persona que corre en aras del beneficio personal , sino que agrava a la sociedad que lo juzga de intemperancia y egocentrismo; incluso algunos comentan con verdadero asombro su innecesaria conducta luego de una edad tan avanzada.
En la cancha de los cientistas sociales y quizás en los fueros de los psicólogos y psiquiatras estaría el análisis sesudo y el ensayo en laboratorio de conductas de estas especies aparecidas últimamente en un segmento de la sociedad dominicana; iceberg en cuya punta se deja ver el trasfondo de una sociedad enferma y sin valores, que coloca el bien material y las mercancías como asechanzas sagradas de sus apetencias, malogrando su historial y ofreciendo a su familia un espectáculo deprimente y de mal ejemplo. Entre ellos hay amigos y relacionados y cuando les interrogo sólo atinan a comentar que lo hacen porque en definitiva ya no hay valores; se desvalorizan ellos mismos y tienen razones porque se venden y compran como mercancías. Se jactan en decir que a carencia de ideología y principios, no importa su comparecencia cambiante; es como reconocer que la sociedad pare esos engendros con toda su impunidad.
Es ahí el resultado de lo que hemos pedido a voces y escrito reiteradamente, tanto así la sociedad civil, intelectuales de valía, religiosos y académicos; instaurar la ley de Partidos Políticos , la Ley Electoral, una Justicia independiente, un Régimen de sanciones a violaciones morales, un Reordenamiento de Códigos, una auténtica separación de poderes y tribunales imparciales. La epidemia tiene responsable a causa de la carencia de estas entidades actuando y sancionando la impunidad y enderezando los entuertos para construir un mejor destino; de lo contrario peligramos con retornar al pasado ominoso y en el peor de los casos ahondar la violencia, el crimen y la inseguridad que sacude con bríos, la ya enferma sociedad dominicana, que parece no reponerse de este desfase institucional secular.
Sólo con instituciones fuertes e imparciales derrotamos el transfuguismo, como expresión de gente que no paramientes en saquear el erario público sobre la falacia de que desaparecieron los valores. Los responsables de la autoridad congresual, ejecutiva y el estamento electoral son cómplices del derrumbamiento institucional y moral, habiendo tenido suficiente tiempo y oportunidad de evitar esta catástrofe "haciendo, lo que nunca se ha hecho" en 16 años de poder. No hubo voluntad política, entonces vinieron estos vientos con la intención de pescar en río revuelto, sacrificando la democracia.