Una de las historias de mayor fascinación para quienes amamos la naturaleza fue la osadía de Dian Fossey, la primatóloga y conservacionista estadounidense cuyo trabajo representa una de las investigaciones científicas de mayor importancia de todos los tiempos, sobre el comportamiento de los primates en Ruanda. Hoy, su legado la inmortaliza por la grandeza de su hazaña.

Su trabajo consiguió enaltecer a una nación que por mucho tiempo se dedicaba a la caza furtiva de gorilas y que estremecieron al mundo década después, por el genocidio que extermino al menos el 70% del pueblo Tutsi. Dejando al mundo boquiabierto con imágenes de cientos de miles de personas muertas por doquier.

En la actualidad, Ruanda renace como un ejemplo de que el trabajo y la dedicación realmente marcan la diferencia cuando existe un principio de bienestar conjunto. Ahora, las montañas donde Fossey realizó su trabajo, recibe a miles de turistas en el monte Virunga, a unos 450Km2.

El país ha creado un importante programa de “concienciación ciudadana”, que por medio a fondos internacional les abre las puertas a turistas de todo el mundo para que puedan observar-tal como lo hiciera Fossey, a los gorilas en el lugar donde ella realice sus observaciones.

Y los ingresos de estas visitas se invierten en la comunidad y en la preservación del hogar de los primates cuyo proceso de extinción se ha reducido significativamente. Esta encomiable labor de gobierno, ex cazadores, las personas y entidades internacionales, permiten que sea posible esta iniciativa; contribuyendo al desarrollo del país.

Las divisas recibidas estimulan la sostenibilidad del entorno; generando la construcción de escuelas y centros de investigación para las nuevas generaciones. El empoderamiento de ese país, puede servir como referencia a los intentos que realizan las naciones en la lucha contra muchos aspectos que incluyen el calentamiento global, por ejemplo.

Destacándose Ruanda como una nación que emerge de las cenizas de la pobreza, el canibalismo y las acciones que atentan contra la naturaleza de su propia gente.

El programa de conservación y concienciación de Ruanda, es una gran oportunidad de la población para que otras naciones puedan desarrollar programas pilotos similares con o sin la asistencia de cooperación internacional que con la participación de los sectores se emigre de problemas a prácticas soluciones.

Al presente, El Parque Nacional de los Volcanes sirve de escenario para miles de turistas puedan visitar y observar el comportamiento de tan fascinante especie, ayudando a la vez a la preservación de una animal tan hermoso y haciendo se las visitan un lucrativo negocio para la nación y una verdadera aventura par quienes hacen el tour.

Ruanda se coloca a la vanguardia de un país que ha superado muchas situaciones y que ahora está decidida a que personas de todos los continentes puedan disfrutar sin reservas de su belleza que solo el tiempo los seguirá ayudando a la conservación de una especie que todos los humanos debemos imitar.