El trabajo para el trabajador es como cualquier tarde donde tú sales a caminar por la av. Duarte y cruzas la avenida Paris sigue caminando hasta llegar a la avenida México; y luego doblas, y entras al barrio Chino y te paras a ver cosas muy diferentes a la que habías visto hace apenas unos 20 minutos.  Trabajar es caminar. Es una aventura interesante. Es un largo camino por recorrer en la vida.

La experiencia de caminar todo el peatonal es sinigual, es una vida paralela que solo los que caminan las viven y las disfrutan. Y por supuesto, pueden contárselas a otras personas, [parias y cuates].

En la vía se cruzan un sinnúmero de argumentos y poesías; algunos distraídos, otros oportunistas.  En una caja de imprevistos salen dos minusválidos… en las aceras, en los contenes… por todas partes.   Más atrás, o más adelante hay otros dos que aparecen cabizbajo, y un tercero mirando para todos lados… la gente se cruza de aquí para allá y de allá para acá, y se empujan y nadie se detiene; siguen el curso natural (nadie se hace cargo de tus asuntos y menos si son problemas de cálculo diferencial).  

En el mundo el trabajador es la otra persona que está demás.  «Te pagan para que te calles» Es como si fuera relatando historias de multiverso: ancianos que todavía se afeitan todas las mañanas…. ¡Con las mismas ganas de vivir!

Los sentimientos que atan al trabajador al trabajo tienen un sinnúmero de situaciones diarias que el trabajador tiene que enfrentar…

En ocasiones el trabajador se rompe la cabeza para comprar una casa y cuadrar los pagos mensuales al banco y en pocos días tú lo ves jalándose los moños. ¿Por qué será? El fantasma del empleador sale a mortificarlo.   Lo mismo sucede con la inscripción de los niños en el colegio o el cambio del automóvil. Pagar los servicios domésticos, salud, teléfonos, energía eléctrica, y de los últimos gastos funerarios hay que sacar por lo menos una cuota cada mes.  «Dicen los colombianos: ¨después de pagar todo esto… debe quedar algo para las cervecitas y así salir de la rutina de la semana¨».

(¡Miércoles! El trabajador no necesita cesantía; lo que necesita es vida y una calle larga donde él pueda hacer sus mejores prácticas, divertirse y vivir bien).