La conciencia es el mejor libro de

Moral y el que se debe consultar

Con frecuencia.

B. Pascal.-

Como cada día, cual si fuera nuestro regular alimento, el asombro se convierte en algo rutinario, es nuestro pan de cada día. Nuestros distinguidos y respetados dirigentes, funcionarios y políticos, desde el primero hasta el más humilde, si es que existe, se encargan de enriquecernos con un léxico bonito, embaucador, pero sobre todo, mentiroso. Pero todo tiene su pro y su contra, porque lo mejor de todo esto es… ¡que son “honorables”! usted se imagina si fueran farsantes, indelicados, insensibles, indecorosos y hasta medio ladrones, bueno creo que ya este pedazo de tierra no existiera, lo hubieran ya vendido al mejor postor.

Claro que sí, son verdades de puños que se necesita de la transparencia para luchar en contra de la impunidad, la corrupción y la pobreza, eso es incuestionable. Y si a eso le agregamos el blindaje político aún más. Precisamente es alto elocuente, que todo el mundo sepa la importancia de esta transparencia que al parecer los responsables porque esta se produzca son ciegos o ven muy poco. Porque transparencia es permitir que se vea  luz a través de cualquier cosa, es perfecta accesibilidad de la información en áreas que competen a la opinión pública, es manifestar pensamientos e intenciones claras, es no utilizar subterfugios para encubrir la verdad, es en fin, lo que menos tenemos desde hace tiempo.

Este, precisamente, ha sido nuestro gran problema, en que no hay luz suficiente que permita traspasar la oscuridad que rodea los hechos y peor aún, las buenas intenciones para que la claridad permita ver la podredumbre que se esconde detrás de esta oscuridad, como el caso de los dos pilotos galos, donde se desvía la atención hacia el problema secundario de la huida y no en el por qué estaban libres. Y claro, eso no tiene importancia siquiera tratarlo, porque antes y siempre el jefe de los llamados a no permitir que cosas como estas sucedan, dijo que se sentía orgulloso de sus miembros… ¿entonces qué?

Y lo mejor sería ni tocar esa tecla y ni siquiera referirnos otra vez a lo que está aconteciendo en Guatemala o quizás, como estamos en plena campaña política -¿y cuando no?, referirnos a lo que nadie se esperaba, comenzando por los políticos enquistados en el poder, los mismos que se han limpiado las nalgas con el Poder Judicial, los mismos que han llevado la corrupción a niveles insospechados y los mismos que se han repartido el país como si fuese una propiedad privada, si, esos mismos, incluyendo a los que hacen encuestas por encargo para ganarse un dinero sucio y hasta los que dicen ser analistas y periodistas, a todos el pueblo de Argentina les ha respondido con el voto. Que igual puede acontecer aquí… ¡no sé, dígalo usted!

Sí, transparencia es lo que se necesita, no populismo, no clientelismo. Que se explique con claridad al pueblo la razón del por qué ya y desde hace décadas hasta para hacer un pozo de agua en este país hay que buscar un préstamo; decirle a esta juventud que ahora es estudiante la deuda que tienen sin haber disfrutado un solo centavo, porque toda la deuda contraída a estos políticos les importa un bledo quien la pagará, mientras ellos disfrutan del dispendio para hacerse los buenos, los dadores de bienes a los más necesitados, o de lo contrario pregúntenle a nuestros “honorables”.

Me y nos engañan al decir que hay que aumentar los ingresos del país, pero no nos hablan de hacer ahorros internos, no nos hablan que el personal supernumerario ha desbordado los límites y aquel que lo desee comprobar, que vaya hasta en los jardines de la Cancillería, mujeres –compañeritas- arreglándose hasta las uñas de los pies, y ahora pretenden extender las “ayudas solidarias”, para también “sacar de la pobreza” a los dominicanos que residen en el extranjero. Estamos de acuerdo, lo que nos falta es ¡Transparencia! ¡Si señor!