Desde este lunes 9 de agosto, a las 5:00 AM fue levantado el toque de queda para la provincia La Altagracia y el Distrito Nacional, por haber superado ambas demarcaciones el 70% de su población con la segunda dosis de la vacuna contra el COVID-19. Sabemos que esta decisión causa bastante alegría y hasta esperanza en las personas que hace más de un año no gozaban del derecho al disfrute pleno de la libertad de tránsito. Durante todos estos meses hemos tenido que convivir ajustados a un horario determinado por las autoridades con el objetivo de prevenir el contagio del virus que nos ha cambiado la vida.
Con el fin de este toque de queda, llega lo que es un período de prueba, muy especialmente para la ciudadanía que, debe ahora demostrar que tiene la responsabilidad necesaria de poder convivir sin restricciones de horarios, pero, sin caer en excesos innecesarios y peligrosos. De algo debemos estar conscientes: el virus no se ha ido, los casos siguen reportándose y las muertes siguen ocurriendo. Por tanto, las medidas de precaución debemos continuar tomándolas. Esto implica que, a pesar de no tener toque de queda debemos continuar utilizando las mascarillas, evitando cualquier tipo de aglomeraciones y manteniendo las medidas de higiene necesarias para que podemos superar con buenas calificaciones esta prueba que inició este lunes.
De lo contrario, el levantamiento del toque de queda será un efímero período y en unas cuantas semanas estaremos nuevamente sometidos a un horario de circulación. Este llamado de conciencia quisiera extenderlo de manera muy especial a nuestros empresarios de comercios de comida y diversión, quienes, si bien han sido uno de los sectores más afectados con esta pandemia, deben entender que deben ser los más interesados en que las normas de prevención se cumplan, ya que un retroceso en este período de recuperación sería fatídico para sus negocios. Hoy, con mayor vehemencia, deben respetar la cantidad de personas que pueden recibir en sus establecimientos y exigirles a sus clientes el cumplimiento de todas las normas establecidas. En estas circunstancias, recibir menos, puede significar, a largo plazo, ganar más.
En cuanto a los residentes de las demás provincias del país, considero que el levantamiento del toque de queda en el Distrito Nacional y en La Altagracia debe servirles de motivación para que continúen y aceleren su proceso de vacunación. El gobierno dominicano ha puesto todo su esfuerzo en poner a disposición de toda la población las dosis de vacunas necesarios, oportunidad que muchos otros países de la región no tienen. No permitamos que nuestra terquedad y en ocasiones hasta ignorancia ponga en riesgos nuestra vida y las de nuestros seres queridos. La vacuna es la única vía que nos ha permitido ganar batallas en esta guerra que afecta al mundo desde finales del año 2019.
Para todo el que aún tenga la duda, debe servirle de ejemplo el reciente caso del inglés John Eyers, de 42 años, amante de los deportes, en buen estado de salud y quien amaba escalar montañas y levantar pesas, sin embargo, entendiendo que de contagiarse con el COVID-19 no le afectaría gravemente, decidió no vacunarse. En días pasados Eyers, tras permanecer varias semanas en cuidados intensivos, falleció. Su hermana melliza devastada por la muerte de su hermano hace un llamado a la conciencia a las personas sobre la importancia de vacunarse. Entre otras cosas, ha expresado lo siguiente: “la única condición de salud preexistente que tenía era la propia creencia en su inmortalidad. Pensó que si contraía COVID-19 estaría bien, que tendría una enfermedad leve. No quería poner una vacuna en su cuerpo”. Como esta, hay decenas de historias más. Personalmente, no conozco a nadie que haya muerto por causa de la vacuna, pero sí conozco personas que no han estado vacunadas y han fallecido.