La semana pasada se sentó un precedente positivo a nivel regional a favor de la lucha contra el acoso escolar.  Un Colegio Salesiano de Cusco en Perú fue sancionado y penalizado por no proteger a un estudiante víctima de bullying.

Los directivos y docentes del centro académico negaron y trataron de ocultar la situación, haciendo caso omiso de la misma. Resultó al final que un tribunal falló en contra del centro educativo por no haber cuidado de la integridad física y psicológica de la víctima.

A pesar de que el director y los docentes fueron notificados del problema por los padres del menor, estos no sancionaron a los agresores y tampoco protegieron al joven, quien tenía más de un año recibiendo los ataques de un grupo de vándalos denominado “Los Faiters”.

La importancia de esta sentencia reside en que en la mayoría de los casos se penaliza a los acosadores. Sin embargo, los observadores pasivos también tienen responsabilidad en el hecho, ya que refuerzan indirectamente las acciones del agresor, ya sea dando muestras de atención, sonriendo, asintiendo, aplaudiendo o hacienda caso omiso del hecho.

No debemos darle una audiencia a actos de bullying pues no son escenas de entretenimiento.  No debemos fomentar ni alentar situaciones violentas disculpándolas o quedándonos callados.  Al contrario, debemos ser valientes y salir al frente a denunciar cualquier incidente que perjudique a otro.