Casi todo lo que realices será

insignificante, pero, es muy importante

que lo hagas.

Gandhi.-

Me gustaría pelear salvajemente para revertir determinada situación pero, sería un gran error iniciar ese pleito cuando de por sí todo lo tengo en contra, incluyendo a quienes se beneficiarían con el mismo. No puedo decir otra cosa ante el tsunami de situaciones anómalas bajo las cuales nos rigen estos políticos y aventureros. En ocasiones me da la sensación de que nos están hostigando bandas de Corsarios que han regresado en alguna máquina del tiempo.

No hay analfabetos en  el país según los doctos en propaganda y seguidores fieles del famoso Joseph Goebbels; han sacado a cientos de miles –quizás millones- de la pobreza pero, de igual manera continua la miseria y los “solidarios” se matan por obtener 200 pesos en un mitin o caravana política, entonces, ¿de qué han valido los miles de millones “donados” de manera clientelista a los compañeritos y otros tantos desarropados que apenas sobreviven en miserables lugares que les da por llamar barrio, pero que más bien parecen pocilgas para albergar todo tipo de animales, de qué han valido?

Por estos míseros hasta de pensamiento es que el  “negocio” de la política ha prosperado tanto y en tan poco tiempo con relación a la historia, debido a que los que ostentan el poder del Estado hacen y han hecho lo que les ha venido en ganas con el erario. Apropiado a esta situación fue lo escrito recientemente por el periodista Jamil Anderlini al referirse que en una época de la historia China se creía  en el reinado de una línea imperial que seguía un patrón conocido como el ciclo dinástico, donde bajo este patrón, un líder fuerte y unificador establecía un imperio que crecería, florecería, pero que eventualmente decaería, perdería el “mandato del cielo” y seria derrocado por la próxima dinastía. Y definitivamente que esta situación es aplicada por entero a la situación política en la cual estamos viviendo.

Y no me refiero al acto circense de las “elecciones”, porque todo es harto conocido pero, la otra situación le importa un bledo a los “nuevos ricos”, normalmente de profesión “políticos”, donde son contados los pueblos y ciudades en que las mejores tierras no estén ya en sus manos y la clase pendeja, perdón, quise decir clase media, guarda silencio y dobla la pelvis ante estos políticos y el chantaje abrumador de los pobres padres de familia convertidos en agrupaciones gansteriles o mafiosas sin que los políticos o autoridad alguna no se hagan los sordos, ciegos y mudos, por lo tanto cómplices del caos.

Pero estamos en campaña –eterna- y todo vale, esa parece ser la consigna. Gastan cientos de millones para asfaltar en todo el país y tienen el descaro de hacer 3 o 400 mts y adiós, como lo acontecido en Tireo.

Ahora se le están secando las fuentes de donde sacar dinero y proseguir con su alocada política clientelista y perversa y vuelven su vista hacia la Clase Pendeja o Media para penalizarla donde más les duele, es decir, sus propiedades, sus viviendas, que a diferencia de muchos de ellos, si les ha tomado tiempo y sacrificio el adquirirlas. ¿Y por qué necesitan más dinero? Porque continúan dividiendo el país por parcelas políticas para su beneficio; porque tienen que hacer “elecciones” comprando hasta la respiración de los que piensan solo en una canastilla o una cajita para una cena y porque el  mecanismo que debe llevar a cabo estas elecciones, es un barril sin fondo, ineficaz, irresponsable por omisión y que los complace en todo. ¡Sí señor!