Aunque, como al efecto, tuviera que marcharle de manera vulgar a Doña Miriam Germán, el PLD necesitaba seguir pateando y en posesión de la pelota en la cancha política.
Pasó el 4 de marzo, día de la cacareada reunión del Comité Político del PLD, con la que puso otra vez a medio país a esperar durante semanas cómo se definiría la cuestión de la candidatura presidencial, o dicho, en otros términos, si la reelección va o no va.
El presidente Danilo ni siquiera fue a la reunión, y se ocupó mejor de ser guionista de un espectáculo reprochable contra Doña Miriam Germán en el Consejo Nacional de la Magistratura (CNM).
La pretendida desconsideración a la magistrada era noticia segura, habidas cuentas de los muchos kilos, yardas de dignidad, y de reconocimiento social de esta mujer; con talla suficiente para opacar la reunión de la Corda Frates, cuya espera había generado las expectativas que se quería, y llegado el día, debía ser un "fiasco" en el guion que se sigue hacia el 2020.
Fue parte de un guion político el ataque del júnior a Doña Miriam Germán, el día en que tendría lugar la Corda Frates. Esta reunión terminó en casi nada, y en nada de lo de las expectativas creadas.
Pero dejó en relieve, otra vez, dos cosas, cuáles son: que el PLD puede apelar a cualquier recurso para dañar a quienes supone un obstáculo a sus propósitos de poder. Y, que sabe mantener el dominio de la pelota en la cancha.
La pelota fue pateada, sigue rodando entre sus pies, y se mantiene ahora para abril la expectativa en torno a cómo y cuándo se definirá la jugada.
Los del PLD pueden mantenerse así el mayor tiempo posible; solo limitados por los tiempos de las reglas electorales, que en gran medida también serán los que ellos entiendan.
Porque, dicho sea, tanto como no se entiende todavía, que desde que se afirmó en el poder, ese partido no hace campaña electoral en el sentido en que entendemos esto; lo que hace son Operativos, apoyado en su nómina de favorecidos por los recursos del Estado, y hasta en los servicios de inteligencia y seguridad.
Es un partido de sargentos políticos, y este cuerpo lo integran los funcionarios del Estado y los que devengan sueldos públicos, para hacer política a tiempo completo, adhiriendo a la causa morada todas las ramificaciones familiares, directas e indirectas. El PLD puede continuar hasta que le convenga haciendo el” tiquitaca” de la selección de futbol española en la cancha, antes de aproximarse a la portería para hacer Gol.
Si no se le quita la pelota, hace el Gol.
Asumo que en el país hay oposición, contrario a lo que el PLD mismo quiere imponer en la conciencia popular, negando que esta exista. Hay oposición, aguda, conceptual, incisiva y sistemática. Max Puig ataca a cada rato en puntos frágiles del gobierno; Guillermo Moreno lo hace dos y tres veces a la semana; Juan Hubieres suelta misiles antigubernamentales toda vez que habla; Eduardo Estrella cuestiona y propone, igual que lo hacen Eléxido Paula y Alexis Joaquín Castillo; la Izquierda política y la social cumple su papel opositor en todo lo que debe y puede. Los más calificados comentaristas y articulistas del país aportan a diario análisis críticos al mal rumbo en que el PLD lleva el país. Los líderes del PRM critican, denuncian, aquí y por allá, aunque debieran hacer más.
Hay oposición. Lo que pasa es que en lo fundamental es de opinión, en los medios; y la mayor parte de estos están cooptados por el oficialismo. Por cada acción y opinión opositora que publican, aparecen cincuenta sobredimensionadas del oficialismo.
Entonces la cuestión es hacer la oposición en el escenario que erosiona al gobierno, y que es visible: las calles.
No hay de otra, solo las masas movilizadas pueden acabar con el “tiquitaca” del PLD y quitarle la pelota.