Estoy escribiendo desde Washington, D. C., por lo que no pude entregarle a ACENTO.COM.DO mi artículo del lunes 14 de abril, pero, escribo éste bajo el impacto de los sucesos del “Maratón de Boston” y que ha sido muy comentado en el contexto del Seminario del Centro Hemisférico de Estudios de la Defensa “William Perry” de la Universidad Nacional de la Defensa, al que estoy asistiendo.
La sorpresa ha sido que luego de más de una década, la sociedad norteamericana no había tenido la experiencia de un atentado masivo con bombas en sistios públicos. Aunque eran noticias de Iraq y de Afganistán, el norteamericano de a pie no había sufrido el impacto de un acto terrorista. Era algo así como un fenómeno restringido a las sociedades de fuera de Estados Unidos.
Pero, los hechos se han ido desencadenando. La inocencia se rompió porque no fue un acto yihadista ni una acción patológica de un desequilibrado. Aparecen dos jóvenes con raíces rusas (de origen chechenio) y que nunca habían dado muestras de actitudes radicales o violentas.
Algo así, como para que la prensa se pregunte ¿cómo chicos tan decentes puedan ser capaces de un acto tan inhumano? Ya aparecerán los científicos de la conducta humana hipotetizando sobre el perfil de personalidad de los sospechosos, y los expertos en terrorismo señalando la basamenta politico-ideológica de la acción. Ya se ha adelantado la certeza de que actuaron solos, en un esquema de manipulación del hermano menor por el mayor, y éste frustrado por no haber alcanzado el éxito en la sociedad norteamericana.
Por ahora nos queda la sorpresa, porque verdaderamente los chicos norteamericanos de la edad de los perpetradores tenían alrededor de cinco años cuando ocurrieron los atentados del 11 de septiembre, como para entender la actitud relajada y la falta de presteza en un evento de masas como el maratón de Boston.
Las consecuencias para el esfuerzo del control de armas, la regularización de los migrantes ilegales, las relaciones con Rusia, y muchos temas más serán objeto de la atención de los analistas.
En verdad que el tema continuará siendo motivo de discusión, más en el curso sobre “Perspectivas de la Seguridad y la Defensa” que estoy participando en los Estados Unidos, porque son tiempos que no se han ido, sino que reaparecen con el fantasma del terror.