El periodista Bob Woodward escribió un libro contra Trump, (Fear, era el título de ese libro) que todo el mundo se pasó de email a email como si fuera papa caliente. Acuérdense el libro All the President men que Woodward hizo con Carl Bernstein en 1974, previo a la renuncia de Nixon en un dramático momento de la historia americana.

Nada que ver tiene Woodward con lo que ha hecho de manera plausible Nancy Pelosi –presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos–, en su trabajo de espiar todo lo que Trump hace en su tarea de gobierno. Pelosi ha hecho lo que piensa que debe hacerse en este caso, aunque es cierto tipo de protagonista en los medios y fuera de ellos. Quizás recuerde el libro del mismo autor, The Price of Politics que fue escrito en el 2012 o el suyo propio Know your power: a message to american daugthers.

Se votó 232 votos a favor, y 196 en contra. Con una profunda mentalidad política, pusieron a que funcionara el impichment, aunque algunas personas en Estados Unidos, no saben todavía de qué va el asunto. Con lenta calma y gran madurez, se esperan las decisiones de los organismos y el análisis de la prensa norteamericana.

Como se ha visto, el partido demócrata continua en su tarea de producir un impichment con sesiones que no le convengan al presidente que sean publicadas. Rudolph Guiliani es el abogado del presidente en este momento histórico. No se puede hablar de especulaciones en ordenanzas que son aprobadas. Para Trump esto no es un juego y se puede entender que su tuit de esta noche no sea el de mañana. Perseguir el estado de ánimo del presidente pudiera ser algo inadecuado cuando un tuit no refleja la angustia de un personaje que ha decidido mantenerse a flote con todas las contradicciones contra él. Ahora se han aprobado las audiencias de los chivatos, y se anuncian sorpresas que se obtendrán de escuchar –en público, leerlas–, lo que dicen ahí. Como se entenderá, no es una red social donde fijas los niveles de privacidad, algo que estos whistleblowers hubieran deseado en primer término. Determinar si hubo quid pro quo (algo que con un gobierno Trump no le ve ninguna ofensa), sería el trabajo de los jueces de la cámara y explicarlo a todo el mundo.

No sabemos todavía –lo recibirá la prensa en la medida en que pase el tiempo y si se logra que sea televisado–, el formato. Sin embargo, recordamos que en el caso del viejo Bill, el cuestionamiento no fue largo y fue televisado. Dos días? Toda una semana? Hasta la llegada de la Navidad? No creemos que eso ocurriría en este caso. Quién sabe el número exacto de días? En el caso de Andrew Johnson en 1868 no tenemos el informe y en el caso de Nixon, se tiene claro que Bob Woodward fue quien sacó en el Washington Post, el escándalo Watergate que condujo, –años después– a la renuncia del presidente (recordemos su adiós en el avión, esa foto histórica), pues esta se efectuó en 8 de agosto de 1974, y el escándalo comenzó en 1972, pero el dato está oculto en algún archivo de NBC o en la memoria de alguien no tan jóven que podría ofrecerla a la posteridad. 

De modo que fueron dos años de escándalo en la prensa y en los medios. En el caso Clinton, se recomienda –para conocer cabalmente el proceso–, el Starr Report que se obtiene en el Washington Post y en la Government Publish Office y The Death of American virtue por Ken Gormley de 802 páginas en versión Kindle en Amazon y Unconvering Clinton, por Michael Isikoff con el precio de 13 dólares en la misma plataforma, un gran regalo de navidad. Otro libro de Woodward es Plan of Attack, sobre la guerra de Irak, (Simon and Schuster 480 p), que tiene como protagonistas a George W. Bush, Colin Powell, Condoleezza Rice y Tony Blair, entre otros.

Cómo maneja Trump este asunto en su vida personal? Quién sabe qué pasa con él? Melania y su hija. Quizás algunos piensan que lo pertinente es que esto no se haga en navidades. Trump tiene derecho a estar en paz en ese momento.

Más que todo, si hay algo de lo que se debe sentir bien este gobierno es de la salud del presidente. El viejo Trump parece de hierro. En todo este panorama, está claro el escenario de unas navidades con los soldados en el país, así como con un mensaje político a los que votarán en las elecciones del próximo año.