Compartí la semana pasada con los Jóvenes de Esperanza en visitas sobre la experiencia de los padres y alumnos con la educación remota durante este año escolar. Llevan meses escribiendo una historia ejemplar de motivación in situ a los estudiantes de nuestras escuelas públicas para recibir docencia por las diferentes vías de la educación a distancia. Estos jóvenes orientan sobre los recursos que están disponibles (cuadernillos, canales televisión, celulares y otros equipos). También recaban información de problemas e incidencias diarias que afectan la docencia, resuelven situaciones que están a su alcance y así van creando unos lazos comunitarios de confianza y apoyo extraordinarios.
Esa semana también recibí el mensaje de una religiosa franciscana de Valiente, alegre con la noticia de que las brigadas que van a terminar el multiuso con que tanto han soñado para colaborar con la comunidad, llegaron con todo ya listo para iniciar los trabajos. Dos fundaciones unieron esfuerzo para calcular el presupuesto requerido para la obra y comenzaron la campaña para solicitar el apoyo de personas y entidades. A las dos semanas de iniciada, una entidad valoró el esfuerzo de todos los que se habían involucrado para llevar la obra hasta donde estaba y decidió asumir el proyecto, realizar algunas modificaciones para mejorar aspectos de estructura y entregarlo listo para funcionar en unos dos meses.
Las lluvias de los últimos diez días han sido mala noticia para un monasterio donde llueve más adentro que afuera, pero ahora han sido recibidas con el gran alivio serán las últimas que impidan trabajos y oraciones de las monjas carmelitas de clausura. Tres ingenieros de gran corazón empezaron a trabajar con el avance entregado por una fundación en el proyecto de impermeabilizar el techo del Monasterio Santa Teresa de Jesús. Si todo marcha bien, en mes y medio no habrá lluvia que impida la elaboración de las hostias, confección de las vestimentas de sacerdotes o interrumpa tiempo de oración. Evolution Foundation estará también concitando el apoyo local y de nuestros compatriotas en el exterior para apoyar esta causa.
Hace unos días comenté con una amiga de estos casos y en la conversación me explica que participa con las fundaciones que trabajan con las personas afectadas por las llamadas “enfermedades raras, complejas y poco frecuentes”. Esclerosis múltiple, lupus, mieloma múltiple y drepanocitosis (anemia falciforme) son algunas de éstas donde los tratamientos son relativamente mucho más costosos que otros padecimientos. En efecto, son enfermedades raras donde no es nada raro que las familias no tengan los recursos suficientes para pagar por medicinas y tratamientos.
Diez fundaciones están unidas en lograr mecanismos para concitar un mayor apoyo público y privado a sus causas, con varias de ellas creadas por la inspiración que ha sido compartir la experiencia de ver una de esas enfermedades afectar un ser querido. Escribo “compartir experiencia” porque por un caso cercano de un sobrino querido creo que todos los padres amorosos que pasan por esa situación nunca hacen referencia a ser parte de un viacrucis o un calvario. ¡Se merecen todo el apoyo, amor y solidaridad que les podamos ofrecer!
Antes de concluir con información adicional sobre los Jóvenes de Esperanza: Guillermo Santana y el Padre Juan Jiménez. El sábado nueve recibí la invitación para acompañar de nuevo a Guillermo en la entrega de los veintinueve pisos de cemento que sube a ochentaiuno los cien que la Fundación Guille Open tenía en sus metas. La cumplirá sin mayor problema porque ya ha logrado esa combinación perfecta que se explica bien en tutoriales, pero no es fácil de conseguir: entenderse en armonía con un buen líder comunitario en el levantamiento de los hogares con esa carencia, la selección de las familias en base a una metodología busca equidad y un control de los gastos por metro cuadrado donde cada variación supere un pequeño porcentaje del estimado está explicada para satisfacer al más inquisitivo de los donantes.
El Padre Juan Jiménez, el jesuita a cargo de la Fundación Manresa Loyola, me comunicó que ya están actualizados los presupuestos de las principales obras de las dos casas que tiene bajo su administración. Con esto se reactivará las campañas de donaciones para proyectos específicos. El Plan Maestro también está casi listo y, es probable, sea presentado a los antiguos alumnos Loyola que anualmente asisten a la misa de San Ignacio en Manresa Loyola, atendiendo a una sugerencia interesante que hiciera Luis Manuel Piantini, un buen amigo y colaborador de los padres jesuitas.
Finalmente, el pasado viernes fue la esperada visita para acompañar a los Jóvenes de Esperanza a los barrios de los Bajos de Haina. Estos jóvenes son los que una simpática colega define como “las antenitas” que han hecho posible recopilar la información que permite detectar y solucionar problemas permitan completar lo mejor posible esta educación remota forzada por la pandemia. AIESEC es la entidad responsable de reclutar, entrenar y supervisar las visitas de estos jóvenes con una logística que cubre todo el territorio nacional. Su misión es visitar los hogares, comunicar a los padres que el objetivo es recabar informaciones sobre la experiencia educación a distancia, conocer los medios que están usando para recibir las clases, si reciben/retornan los cuadernillos y cuáles problemas se han estado presentando.
Estos jóvenes no son encuestadores, como bien explican Yoselin Santiago y Rosa María Ares las responsables de poner en marcha esta maravillosa iniciativa dentro del Plan “Educación para Todos Preservando la Salud” del Ministerio de Educación (MINERD). Ellos Se han convertido en facilitadores de soluciones a problemas que están a su alcance (ayudar a sacar un acta de nacimiento, organizar con comunitarios salas de tareas, orientar sobre los horarios de los canales, diligenciar entrega de cuadernillos, contactar a profesores sobre apoyo especial detectan en algunos niños). Esa es la razón por la se han ganado respeto y admiración en las zonas a las que sí luce llenan de esperanza. Y eso lo pude comprobar por la amabilidad con que los reciben en casas donde era su primera visita; y en aquellas donde hacían una de seguimiento en que preguntaban por los niños y jóvenes como si se tratara de sobrinos y si tal o cual situación fue solucionada.
Los levantamientos que hacen en el campo se supervisan y procesan de inmediato, las situaciones de emergencia o incidencias que se califican como escalables se reportan al MINERD para ser solucionadas, por ejemplo, si en una comunidad se recibe quejas de que los canales no se ven, hay retraso entrega cuadernillos o casos extremos de carencias que requieran algún tipo de intervención especial. Más sobre los AIESEC y los Jóvenes de Esperanza en sus cuentas de Instagram @aiesecdr @jovenesdeesperanzard.
Como pueden ver no son los mocanos que tienen el monopolio de ser los buenos, como nos contaba aquella genial propaganda, corazones bondadosos andan por todos lados en nuestra tierra.