Los siete pares de afirmaciones que se enumeran a continuación corresponden a una república auténtica y a una república bananera. Léelas atentamente y trata de determinar, en cada caso, si conoces las diferencias.

1. Forma de Votar:

1.1 Siempre he sido peledeísta/perredeísta/reformista/aliancista. Voto invariablemente por mi partido.

1.2 Cada vez que tengo que votar, comparo escrupulosamente los programas de gobierno de los diferentes partidos. Decido votar entonces por el que me parezca más adecuado, realista o sincero.

2. Perfil de seguidor:

2.1 Soy leonelista/danilista/miguelista/hipolitista/margaritista/guillermista hasta la tambora. Cada cuatro años voto por mi candidato sin mirar para otro lado.

2.2 Durante las campañas electorales, pondero las cualidades y los defectos de los candidatos. Evalúo sus discursos y sobre todo sus actuaciones. Estimo  la probabilidad de que pueda  cumplir con las promesas que hace, teniendo en cuenta sus logros anteriores. Sólo entonces elijo a quién le daré mi voto.

3. Perfil de activista:

3.1 Nunca me ha gustado perder. Cada cuatro años analizo cuál candidato coloca más anuncios en radio, prensa y televisión, cuál gasta más en vallas, cuál lleva más gente a los mítines, embarra más paredes, matas y palos de luz con sus colores, cuál es dado favorito en el mayor número de encuestas. A ese caballo apuesto mis cuartos.

3.2 Votar es un deber de conciencia. Voto por el candidato que entiendo será el más apto para dirigir los destinos de la nación.

4. Perfil de legislador:

4.1 Sigo a rajatabla las líneas del partido. Los líderes de mi partido tienen más cerebro/tino/timbales que yo, por lo que delego en ellos mi poder de decisión y firmo lo que ellos han leído, miro para otro lado y digo “corroboro”.

4.2 Sigo estrictamente los dictados de mi conciencia. Escojo lo que objetivamente considero como lo mejor para mi nación. Hago caso omiso a presiones y líneas de mi partido y a maletines de dinero. Tengo una alta estima de mi buen nombre y no transijo en comportarme de forma que mis hijos y nietos se sientan orgulloso de llevarlo.

5. Perfil de miembro de partido:

5.1 Defiendo a capa y a espada el buen nombre de nuestro líder. Naturalmente, sólo en la prensa, la televisión, la radio y las redes sociales. Jamás en los tribunales.

5.2 Estamos plenamente confiados en la rectitud de nuestro líder, mentor y guía. Es por ello que apoyamos que se despoje de todo tipo de inmunidad y acuda sin tardar a los tribunales, donde brillará (o no) su inocencia.

6. Perfil de polemista:

6.1 Insulto a mis contrincantes a distancia, nunca de frente. Ataco su persona, nunca sus ideas. Me voy siempre por la tangente. Puedo considerar un debate sólo si las encuestas me dan perdedor.

6.2 Nunca rehúyo un debate. Experimento un gran placer en expresar claramente mis ideas y confrontarlas personalmente con las de cualquier contradictor, de forma firme pero educada.

7. Perfil de periodista:

7.1 Riego rumores y hechos infundados. Prefiero la propaganda a la información. Mi pluma pertenece al que la pague mejor. Divido el mundo en buenos (los que me pagan) y malos (los que no me pagan).

7.2 Me limito a reportar hechos comprobados. Escrudiño las actuaciones de los hombres y mujeres públicos sin importar sus banderías políticas. Denuncio lo mal hecho con firmeza y aplaudo lo bien hecho con entusiasmo. Tengo en gran estima mi honor profesional y no me presto a ningún tipo de vagabundería.

Resultados:

Has escogido 7 veces la respuesta “b”: Te felicito. Tienes claro el camino que debemos tomar. Educa a todo el que te rodea. Actúa.

Has escogido 4-6 veces la respuesta “b”: Muy bien, pero puedes mejorar. Abre los ojos, que no te vendan “gatos” por libres (sic).

Has escogido la respuesta “b” tres veces o menos: Revísate. A menos que seas masoquista o que no te duela lo tuyo, vas por mal camino. Eres tan culpable de este desorden como los que nos “gobiernan”.