tengo dos palmas gigantes (y gemelas) en el frente de la casa, donde anidan todas las cigüitas palmeras del país, en enormes nidos que a veces caen al suelo por efecto de alguna brisa fuerte, con todo y pichones, penosamente…tengo un árbol de mediano tamaño y miles de hojas, frente a las ventanas de mi zona de trabajo en la casa, donde anidan otra recua de pájaros, entre los cuales he distinguido madam sagás y ruiseñores de hermoso trino y es mi fuente de brisa fresca…tengo dos tórtolas cola blanca, de las grandes, que han armado su hogar en algún techo muy cercano, el bloque de al lado quizá, que da directamente a la ventana de mi cuarto y me despiertan con su canto profundo y armonioso de voz de barítono, sólo una vez les escuché en la noche, presumo que la hembra habría parido y el varón lo celebraba…tengo un diminuto colibrí que todas las tardes liba de las flores de los vecinos, he dejado crecer flores en mi galería a ver si viene y logro tomarle una foto…tengo bandadas de

Flor de bayahonda

cuquitas que vuelan todas las tardes, con su enorme algarabía, hacía algún árbol no tan cercano donde anidan, no oculto mi alegría de escucharlas y verlas volar, hasta hace poco estuvieron en peligro de extinción las cotorras…y no me molestan, me acompañan…Lola (mi dálmata) es quien no lo soporta muy bien porque los pajaritos se meten en la casa a comerse su alimento y vive ladrando, ya está vieja…tengo el verde de mi jardín frontal y compartido, donde la mera insinuación de la lluvia le completa el día a cualquier alma aventurera, y si acaso es de noche – faroles reflejados sobre el mojado verde, fragancias del humus, gotas que caen violando las hojas- el prometido cielo resulta redundante…

tengo tanto si no fuera porque también…

tengo un maldito karaoke a media esquina que estoy loco por amanecer "montado en el pasado" y soltarle una molotov…si no he logrado bloquear el ruido (cosa en la que soy experto en ciudad de tanta bulla, desde los años de la UASD, donde cada discusión no era para establecer un punto si no para ganar, a voz en cuello, aunque se desdiga de lo que ya antes se había afirmado, ganaba el que hablara más fuerte) es porque cantan tan desafinados que no hay forma…tengo poca o ninguna paciencia con los malos choferes de cualquier género, a quienes les voceo de todo y me paro a pelear si es el caso…tengo poca o ninguna paciencia con la idiotez…aunque, aparentemente, se pueda ser idiota y ser feliz…y gobernar el mundo.