En el país donde la corrupción no se persigue y ser ladrón es sinónimo de  corrupto .El rol de ladrón viene  asociado  a los conceptos criminalizados de  pobreza, etnicidad  y  fealdad,  lo que resulta delicado para un gran número  de la población que pueden  “tener cara de ladrón”. Aunque las autoridades aun no hay publicado cuáles son esas características a las cuales responde  el rostro de un ladrón, para ser capturado  en el acto.

Los políticos locales, de común apariencia la gran  mayoría, han pretendido vincular la conducta inmoral  a la fisonomía y no  a las acciones de los individuos, pretendiendo  que existe una cara, un rostro  que corresponde a ser ladrón.

El planteamiento surrealista, utilizado por algunos funcionarios incriminados de corruptos o sea ladrones, no encuentra en la antropología física, orientada  a la criminología, ninguna explicación al fenómeno.

La historia ha demostrado que hay  ladrones de todo tipo y características. Desde  Alí Baba y los 40 ladrones ,bandidos desaliñados y mal educados ,hasta el famoso ladrón  británico  Ronnie Biggs, de exquisitos modales,  quien en  1963 asaltó  un tren en  Inglaterra  y se fue a Brasil  hasta el 2009, cuando  regreso a su país  , donde murió  en 2013.

Se trata de algo que trasciende la fisonomía de cualquier ladrón de objetos insignificantes, aquí estamos hablando de la fisonomía del alma, de la arquitectura interior de los psicópatas de la corrupción

Hoy, cabe destacar  los casos recientes  de los buenosmozos, elegantes y apuestos ladrones  -políticos, funcionarios, realeza, hombres de negocios –  españoles, vinculados todos al frenesí de la corrupción que ataca ese país.

Lo que si puede resultar cierto, es que  algunos rasgos de la fisonomía, preceden ciertas conductas delincuenciales, pero de ahí a  pretender que los ladrones, responden a una cara en  particular, es un   ridículo   argumento  esgrimido, por algunos políticos al ser cuestionados por sus actos, que son los que realmente determinan las conductas de los hombres.

Cuando alguien  se pregunta y nos pregunta, desde la “honorabilidad” de su rostro “angelical”  ¿Usted me ve  cara de ladrón?  Sin explicarnos como son las caras de los ladrones,   lo que está  haciendo  es  estigmatizando la fisonomía del ladrón, tratando de poner por encima de la condición (moral y ética)  las apariencias físicas, ¿Cuáles?, podríamos preguntarle.

Estas reacciones defensivas, encierran las mismas motivaciones desvalorizan tés  hacia los demás, que arrastra aquella famosa frase tan utilizada en nuestro país, legitimista del abuso y la impunidad,   “¿Y usted sabe quién soy yo?”

Pretender que los ladrones,   responden a un rostro determinado, nos hace aun más difícil la inexistente  lucha anti corrupción, dada la  tendencia creciente entre nuestros políticos y funcionarios, a realizarse  operaciones  estéticas  para mejorar su imagen, ya que algunos tienen unas caras que si no son de ladrones, por lo menos  delatan otras perversidades, al  observarse  un velo que matiza esos rostros, dando señales inmediatas de lo que llevan  por dentro   esos individuos.

Ya que se trata de rostros donde el  dinero ( mal habido) no ha logrado agregar brillo, ni prestancia, ni delicadeza ,son los rostros de los que no tiene paz,  rostros  grasientos, hinchados por  del exceso del consumo de alimentos, sexo, alcohol, anfetaminas y antidepresivos,  marcados por el resentimiento, el miedo ,la soledad, la hipocresía, la maldad  y el retorcimiento mental,  rostros  llenos de la gula de la corrupción .

Se trata de algo que trasciende la fisonomía de cualquier ladrón de objetos insignificantes, aquí estamos hablando de la fisonomía del alma, de la arquitectura interior de los psicópatas de la corrupción, gente que no tiene noción del daño que hacen al pueblo, convencidos de que por que están el poder son diferentes.