Los dominicanos nos hemos acostumbrado a leer con demasiada frecuencia en la prensa noticia como estas:

Servicios de Acento.com.do  | 4 de septiembre de 2019 | 10:00 pm

  1. La Dirección General de Acueductos y Alcantarillados de Santo Domingo (CAASD) anunció que debido a la sequía presentada el país, alrededor de 65 sectores estarán presentando deficiencia en el suministro del agua.  Alejandro Montás, Director Ejecutivo.

Diario Libre por Carlos Reyes – 05 / 02 / 2019, 12:00 AM

  1. En medio de la fuerte sequía que afecta a varias regiones del país, en especial la zona noroeste, el déficit de suministro de agua se ha ubicado en 770 millones de metros cúbicos,  lo que supone una “crisis profunda” para el abastecimiento del líquido vital. Según datos informados por el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INDRHI), que dirige Olgo Fernández.

La verdad detrás de estas desalentadoras noticias radica en la incapacidad de los gobiernos del PLD, para dedicarse a resolver los verdaderos problemas que afectan a la población, porque sólo  dedican su tiempo al juego político.

Aunque es verdad que tenemos periodos cíclicos de sequía, estos no fueran un problema si el gobierno dominicano tomara las medidas preventivas de lugar.

Para muestra un botón, la ciudad de México con una población de 30 millones de habitantes, satisface la demanda de agua potable de esa población con un caudal de (24 m3/segundo), casi igual al que recibe el Gran Santo Domingo que tiene una población de 2.8 millones, y recibe de varias fuentes un caudal de 18.5 m3/segundo. Es decir que, si le entregamos ese caudal de agua a los Mexicanos, ellos satisficieran una población de 23.13 millones,  8,3 veces mayor a la de la capital dominicana.

Otro país que nos enrostra nuestra incapacidad es Cuba, el cual recibe menos precipitación anual que nosotros 1335 mm/año, lo que arroja una disponibilidad de agua per cápita de 2140 m3/habitante/año menor a la de nosotros. Dos fenómenos catastróficos naturales hicieron que los Cubanos entendieran la necesidad de planificar el uso de sus recursos hídricos, para evitar de esa manera que estos fenómenos naturales causen lo mismo efectos devastadores en el futuro.

Cuba enfrentó una sequía crónica en los años 1961-1962, seguido por los azotes del huracán Flora en el 1963. Este último ocasiono más de 1000 muertes, solo en la parte este de la isla. Los Cubanos reaccionaron antes esta desgracia nacional, con el  establecimiento de un plan nacional intensivo de construcción de infraestructuras hidráulicas, pasando de 13 presas que almacenaban solo 48 millones de m3, es decir un 0.13% del agua disponible a una capacidad de almacenamiento de 12 mil millones de m3, lo que equivale a un 31% del agua disponible. Esto se logró con la construcción de 239 presas, 730 lagunas de almacenamiento nocturnos, 12 estaciones de bombeo, 1212 km de diques,  1,082  km de canales para protección contra inundaciones y 760 km de canales principales. Hoy los Cubanos,  tienen una cobertura de agua potable superior al 96% de la población y una capacidad de almacenamiento equivalente al 74% de la demanda de agua del país.

Estos ejemplos citados en los párrafos anteriores, explican sin duda alguna, porque lo que aquí  llamamos sequia no es más que un problema de gerencia.

Para ilustrar esta conclusión,  vamos a dar algunos datos sobre el agua en el país, para que usted saque sus propias conclusiones al compararla con los referidos casos.
Disponibilidad de agua per cápita de 2500 m3/habitante/año;  precipitación media anual de 1500 mm.

Disponibilidad 25,000.00 Millones de metros cúbicos anuales.
Demanda 13,232.0 Millones de metros cúbicos (m3/año).

Capacidad de almacenamiento 11% del agua disponible.

Infraestructuras Hidráulicas. El país tiene una red de 2034 kilómetros de canales principales,  1757 kilómetros de canales secundarios, así como 1576 kilómetros de drenajes.

Las estadísticas sobre las precipitaciones de los últimos 70 años, que es desde cuando hemos colectados datos revelan poca variabilidad. Esto es así porque la cantidad de lluvia que cae en un territorio depende de la posición orográfica (altura) y de su posición en relación a un gran cuerpo de agua (océano), en nuestro caso esto corresponde a los vientos alisios que vienen del océano atlántico.

Ahora porque la escases, si  evidentemente tenemos más agua disponible que otros países como Cuba, unido a  una mayor infraestructura de riego y drenaje, por qué Cuba, por ejemplo no tiene problema de desabastecimiento como nosotros.

En termino de caudales en el país alcanza un valor aproximado  de unos 288 m3/segundo de caudal continuo, de los cuales el riego representa el 82.3% a nivel nacional con un caudal medio de 238 m3/segundo, utilizado en el abastecimiento de unas 297,250 hectáreas (4.7 millones de tareas). En el caso de agua potable, este sector opera con un caudal de 39 m3/segundo, del cual el Gran Santo Domingo utiliza el 42%.

El problema debe ser analizado en varias vertientes:

Infraestructuras insuficientes: se requiere construir las presas necesarias para aumentar la capacidad de almacenamiento  a por lo menos un 40% del agua disponible, es decir la meta del país debe ser almacenar 8,723 millones de metros cúbicos (m3). Las 34 presas que tenemos almacenan unos 2,300 millones de metros cúbicos, lo que representa un insuficiente 11% del agua disponible. A este volumen hay que agregar 800.00 millones de m3 anuales  que se agregan por rellenados de presas y reutilización del agua.

Rehabilitación y mejoramiento de la red de riego y drenaje (conducción, distribución, aplicación).

El riego es el principal usuario de los servicios del agua. La agricultura se desempeña con una eficiencia muy baja 38%, debido a que el método de conducción, operación y aplicación del agua, no incentiva el ahorro. El agua no es valorada como un recurso esencial y económico por eso todavía el 80% de la red de canales no están revestidos; el método de aplicación del agua es por inundación,  significando que no se controla la lámina (volumen) de agua aplicada por lo que se malgasta y finalmente existe un deterioro general de las infraestructuras de riego y drenajes lo que contribuye a una gran tasa de infiltración de agua al subsuelo. En ese orden, por cada 100 litros de agua que derivamos de las presas solo 30 llegan a su destino final (parcelas, llaves en las casas). Los otros 70 se pierden por las malas condiciones de las infraestructuras de conducción, distribución y aplicación; en el caso del sector de agua potable se pierden unos 58 litros de cada 100.

Rehabilitación y mejoramiento de la red de  agua potable

La red de agua potable carece de los mismos problemas de  obsolescencia y deterioro que la red de riego y drenaje, caracterizado por fugas en las obras de tomas y de conducción y distribución  lo que no solo afecta la baja eficiencia sino también la contaminación por metales pesados como resultados de las reacciones químicas del agua con el hierro presente en las tuberías viejas y deterioradas.

Evitar el trasvase de agua desde cuencas deficitarias.

El Gran Santo Domingo utiliza el 41% del agua dedicada al consumo humano. Para eso utiliza un caudal de 18.5 m3/segundo de varias fuentes: 6.0 m3/segundo vienen del sistema Nizao-Valdesia; 4.0 m3/segundo vienen de la Barrera de Salinidad; 4.0 m3/segundo sistema Haina-Manoguayabo; Isabela aporta 0.5 m3/segundo; Isa Mana 1.0 m3/segundo; Brujuela-Casui 2.0 m3/segundo; Pozos los Maleno Mata Mamón aportan 1.0 m3/segundo.

De esos 18.5 6.0 m3/segundo, 6.0 m3/segundo vienen de una cuenca deficitaria como lo es la del  Nizao, sacrificando a los pobladores de esa cuenca para satisfacer los de otras. La presa de Alto Yuna solucionaría ese problema ya que el agua provendría de una cuenca que no es deficitaria.

Marco institucional disperso.

La administración del recurso es dispersa. En el país, existen más de 13 instituciones que planifican y construyen proyectos hídricos sin la debida planificación ni comunicación entre ellas. De igual manera los roles de rectoría, regulación y operación se entrelazan creando confusión e ineficiencia en los servicios de agua.

Conclusión 

Desmontar el mito de la sequía perenne requiere gerencia y voluntad política.

La gestión de los recursos hídricos del país debe enfocarse en  aumentar la cantidad de agua almacenada, así como, mejorar significativamente los niveles actuales de eficiencias de usos del agua en los sectores de riego y  agua potable. Estas dos acciones deben ser complementadas con un programa nacional de operación automatizada con la construcción de cientos de  pequeñas lagunas de almacenamiento nocturno para impedir que el agua que no se usa en la noche sea almacenada y utilizada durante el día. Este programa debe ir en consonancia con las restricciones ambientales lo que implica establecer el caudal mínimo necesario para preservar los ecosistemas naturales, lo que significa mantener los  niveles de oxígenos disuelto en los acuíferos, lagos y ríos, para la protección de la vida acuática.
Vemos con beneplácito las propuestas para este sector hídricos del candidato presidencial del PRM,  Luis Abinader, quien ha prometido resolver el problema de la cobertura de agua potable a través de la construcción de 167 proyectos que incluyen la construcción de 58 nuevos acueductos y 109 soluciones a los acueductos existentes. Esta soluciones incluyen rehabilitación, ampliación y/o mejoramiento. La construcción de 8 nuevas presas Alto Yuna, Amina, Guayubin, Joca, La Gina, Chavón, Mijo y el contra embalse de Sabaneta. Estas presas en conjuntos adicionaran 519 millones de metros cúbicos (m3/año). Igualmente,  se construirán 350 lagunas y pequeños reservorios con capacidad entre 50, 000 y 75, 000 m3 lo que agregaran unos 20 millones de m3. Al final de la gestión de Luis Abinader,  se elevará nuestra capacidad de almacenamiento a  3, 639 millones de metros cúbicos m3/año,  esto es un 14.5% del agua disponible, todavía muy por debajo del 40% al que aspiramos, pero si se concretizan estos proyectos estaremos en un buen comienzo.

(Ing. René Mateo MSc)