La temporada ciclónica para la zona del atlántico inició el pasado 1ro de junio y se extenderá hasta el próximo 30 de noviembre. Sin embargo, nos encontramos a la vuelta de la esquina de los meses de mayor actividad de dicha temporada: agosto y septiembre. Este año tenemos el ingrediente adicional que nos ha acompañado y se ha vuelto parte de todas las actividades del ser humano a nivel mundial: el COVID-19. Esto hace que esta sea una temporada ciclónica más peligrosa y en la cual tendremos que tomar medidas preventivas más estrictas y tener un plan de contingencia efectivo y seguro ante la posible llegada a la República Dominicana de uno de los tantos fenómenos atmosféricos que se formarán en las próximas semanas.

No es un secreto para nadie que las condiciones de vida de gran parte de la población dominicana son bastante precarias. Mucha de nuestra gente no cuenta con un hogar lo suficientemente sólido para soportar las inclemencias de la naturaleza ante la llegada de un huracán o una tormenta tropical. Esto obliga a que las autoridades tengan que habilitar refugios a lo largo de todo el país para poder colocar allí a aquellas familias que tienen que ser evacuadas para salvaguardar sus vidas por habitar en lugares muy vulnerables. Por igual, también está el caso de las personas que se resguardan en casas de familiares que cuentan con mejores condiciones para soportar un fenómeno atmosférico.

Las acciones antes descritas son las recomendadas ante la llegada de un ciclón tropical, el cual puede ser previsto y podemos determinar el momento exacto de su llegada. Sin embargo, en tiempos de COVID-19 estas medidas pueden resultar ser un problema. Como todos sabemos, una de las recomendaciones más importantes para el combate de la pandemia que nos afecta es guardar el distanciamiento físico. Por eso hemos visto como a lo largo de este período de emergencia, uno de los mensajes más reiterados de parte del gobierno es que nos quedemos en casa y solo salgamos si es estrictamente necesario. Ahora bien, ante la llegada de un huracán o de una tormenta tropical resultará prácticamente imposible decirles a aquellas familias que viven en las orillas de los ríos, en hogares donde con un aguacero fuerte se inundan de inmediato o con una ráfaga de viento se quedan sin techo, sin ventana y sin paredes, que se queden en sus casas o que mantengan el distanciamiento social. Estas personas no tendrán otra opción que buscar un lugar seguro donde permanecer mientras el país sea azotado por el ciclón. Sin importar que este lugar seguro implique abandonar cualquier medida que tenga como objeto prevenir el contagio del coronavirus.

Esta situación es bastante difícil y a la vez representa un reto, especialmente para las autoridades entrantes que asumen la dirección del país el próximo 16 de agosto. Desde ya, el presidente electo, Luis Abinader y su equipo de trabajo, deben estar evaluando cuáles serían las medidas más efectivas para salvaguardar las vidas de miles de familias que deberán ser evacuadas ante la llegada de un fenómeno atmosférico, sin que a la vez estas medidas representen un riesgo alto en el contagio del COVID-19. Así como se ha hecho un esfuerzo para aumentar el número de camas y de ventiladores para enfrentar esta pandemia, las autoridades deben hacer todos los esfuerzos necesarios para aumentar el número de los albergues para refugiados en caso de que nos veamos afectados por un fenómeno atmosférico. De esta forma, podremos evitar la aglomeración de personas en estos lugares.

Es importante que nuestras autoridades sean conscientes de que las medidas a tomar en esta temporada ciclónica deben ser capaces de enfrentarse a un camino de doble vía. Por un lado, debemos salvaguardar personas ante las inclemencias del clima, y, por otro lado, debemos evitar que estas personas en ese proceso de salvaguarda no resulten afectadas con este virus que tanto daño nos ha hecho. La tarea no es fácil, principalmente, porque estamos ante una situación sin precedentes, sin embargo, tenemos la oportunidad aún de ser proactivos y no reactivos. Debemos seguir trabajando constantemente en la lucha contra la pandemia, sin olvidar que en cuestión de semanas tendremos una temporada ciclónica bastante activa, durante la cual estaremos constantemente bajo amenaza.