Desde el apogeo de la civilización egipcia, iniciada hace cinco milenios, el Nilo y Egipto constituyen una unidad indisoluble. Tres siglos a. de C. el Padre de la Historia, Heródoto dictaminó que “Egipto es un don del Nilo”.
La Biblia hace múltiples referencias al Nilo, destacando la lucha entre el Faraón y Moisés, que convirtió el agua del río en sangre. Se ha llegado a creer que el Nilo es único, que nace en Egipto, y que sólo recorre ese país . La realidad geográfica es muy distinta. Existen dos Nilos, el Nilo Azul que nace en Etiopía en el Lago Tana y penetra en Sudán. Allí, en Jartún, confluye con el Nilo Blanco para crear un único río que atraviesa a Egipto hasta el Mediterráneo.
Si se incluyen todos sus tributarios, el Nilo sería el río más largo del mundo y solo la quinta parte de su recorrido lo hace a través de Egipto. Hoy día son once los países de la cuenca del Nilo: la República Democrática del Congo, Burundi, Rwanda, Uganda y Sudán del Sur en África Central; además Kenya, Tanzania, Etiopía y Eritrea en el Este de África; y finalmente Sudán y Egipto en el Norte.
Como en tiempos de Moisés, en el siglo XX el Nilo sirvió para reconfigurar la geopolítica de medio oriente cuando Nasser nacionalizó el Canal de Suez para financiar la construcción de la presa del Alto Asuán. No hubo oposición ante ella porque no existen otros países aguas abajo que se hubieran perjudicado al crearse su gran embalse, llamado Lago Nasser.
Siguiendo el modelo de Egipto, desde el 1956 Etiopía comenzó a evaluar la construcción de una presa en el Nilo Azul. Múltiples obstáculos, guerras e inestabilidad política provocaron retrasos hasta que en el 2011 se inició la obra, llamada en inglés “Grand Ethiopian Renaissance Dam” (GRED), o “Gran Presa del Renacimiento Etíope’’ (GPRE), la más grande de África, con un costo de más de 5,000 millones de dólares .El muro tiene 145 metros de altura y dos kilómetros de largo .El embalse tendrá una extensión de 1,680 km² y almacenará 74,000 millones de m³ de agua.
La capacidad de generación hidroeléctrica es de 6,000 MW que se dedicaría al desarrollo industrial y suministrar electricidad a la población, que en un 50% no tiene acceso a ella. La presa se inició sin aprobarla otros países de la misma cuenca .Como Egipto se encuentra aguas abajo y depende casi en un 90% de las aguas del Nilo para su subsistencia, se ha opuesto firmemente a la presa, contando con el apoyo solidario de Sudán.
La obra ya tiene un 80% de ejecución. En el pasado verano Etiopia realizó el primer llenado del embalse con 4,000 millones de m³ y declaró que pronto iniciaría el segundo llenado, de otros 13,500 millones, con un acuerdo con Sudán y Egipto, o sin él. El presidente de Egipto Al Sisi proclamó que “el agua del Nilo es intocable”… “Nadie puede tomar una sola gota de agua de Egipto, y quien quiera probarlo, que lo intente”. El Primer Ministro etíope Abiy Ahmed quien ganó el Nobel de la Paz en 2019, por haber terminado una guerra de 20 años entre Etiopía y Eritrea replicó: “Etiopía no tiene ninguna intención de causar daño a Sudán y Egipto, pero tampoco queremos vivir en la oscuridad”.
Durante la Primavera Árabe que derrocó a Mubarak, Egipto no puso atención a la presa GPRE, pero en el 2013 el líder de un partido islamita de oposición se quejó en una sesión privada del Congreso, del “error estratégico de no haberse opuesto a la presa”. Añadió que Etiopía era “frágil porque” tenía “un movimiento rebelde dentro del país”. “Nosotros podemos comunicarnos con ellos y usarlos como ficha de negociación contra el gobierno etíope”. “Si todo esto falla no queda otra opción que no sea la carta final que es usar el servicio de inteligencia para destruir la presa”. Sin que esos legisladores lo supieran, todo fue erróneamente transmitido en vivo por TV y el presidente egipcio se excusó ante Etiopía por esos planteamientos de opositores.
Etiopía ha violado acuerdos bilaterales e internacionales decidiendo unilateralmente construir la presa e iniciar el llenado sin consultar a los otros países de la cuenca del Nilo. Algo similar ha hecho Haití, intentando desviar las aguas del río Masacre hacia un canal cuya construcción y operación es ilegal. La ciudadanía confía en que ese desacierto sea resuelto por la vía pacífica, sin retraso, y sin hacer concesiones impertinentes.