Con el anuncio de veinte millones de pesos de aportes en efectivo y en naturaleza, cerró el teletón para recaudar fondos para la Fundación Futuro Cierto el pasado primero de mayo. Fray José, rodeado de voluntarios y representantes de la comunidad El Caliche, de Villa Duarte, dio la noticia emocionado y agradeció la cooperación de todos en esta iniciativa de mejores viviendas para los más pobres. 

Estuve por breves minutos en Televida, el canal católico donde el Fray tiene su programa La Biblia Ilumina Tu Vida, y lo encontré rodeado por Huchi Lora, leyendo y mostrándole las letras de la décima que le inspiró la actividad; José Santos Taveras, previo a la entrevista donde el Fray lo reconoció como Embajador Pleniplotenciario por su larga vinculación a los proyectos en apoyo moradores de El Caliche; y varias personas que entregaban pequeños aportes en efectivo. Tiempo, cariño, bendiciones para todos y la invitación a pasar a la capilla donde llevaron El Santísimo desde su santuario en la casita del barrio. Ahí pasó todo el tiempo Vanessa Perdomo, quien siempre está orando o trabajando por estas obras a las que se dedica en cuerpo y alma.      

Cada día es mayor el número de personas que se conectan con esta idea de millones de familias y pequeños aportes para ayudar a solucionar problema de vivienda a los más pobres.  La recaudación de fondos ha arrancado con buen pie. Más eventos y difusión de buenas noticias sobre los avances atraeran más contribuciones financieras y apoyo de voluntarios con ideas para su puesta en marcha sin traumas.  Futuro Cierto será posible porque la comunidad se está preparando desde ahora a lo que vendrá en pocos años.  Me imagino que están conscientes que la viabilidad requiere de un censo que congele o ponga el límite al que puede llegar el número de familias residentes y fijar o poner topes razonables a los contratos de alquileres. 

La posibilidad de tener una vivienda es lógico que atraiga el interés de mudarse ahora al Caliche, sea construyendo en cualquier espacio libre una vivienda precaria; o que el Señor Barriga de la Vecindad quiera subir el alquiler ante un riesgo de que Don Ramón ahora consiga una propia.  El casero de los barrios mas pobres, que en inglés se conoce como el Slumlord, cumple una función social que Walter Block destaca en su libro libertario “Defendiendo lo Indefendible”.  En un Caliche asentado sobre tierras públicas o sin legítimo propietario, este personaje destinó el espacio del que fue primer ocupante para construir dos o tres casitas para alquiler.  Si ahí reside próximo a sus inquilinos, es de justicia que aspire a una propia de las modernas y a una compensación por el alquiler que dejara de percibir cuando estos pasen a ser propietarios.  Aquellos que emigraron del barrio y permanecen con este vínculo, pues tan sólo desinteresarlos por el valor presente del flujo ingreso por alquiler en un horizonte de cinco años.  En ambos casos es de rigor que el proyecto no sea factor para aumentar los pagos actuales de alquileres.

Estas decisiones de tipo financiero, las técnicas sobre los espacios más apropiados iniciar los trabajos y los reglamentos para la convivencia y preservación de lo que será el nuevo Caliche serán las indicadas para promover el bien común.  Es un proyecto sin agendas ocultas, sin beneficios personales, donde la nobleza de espíritu garantiza el don del discernimiento.

Mientras se construye ese gran sueño, en paralelo siguen las pequeñas obras. El sábado previo al teletón pasé a conocer sobre los cursos técnicos y de inglés que se están impartiendo en El Caliche. Ahí están las fotos de Joefanny Hilario, colaboradora en la administración de esas actividades, y Melania Rosendo, profesora de INFOTEP con sus alumnas del curso de poner uñas acrílicas, uno de los tantos en el área de belleza que ha enseñado a jovenes del sector, entre los que están barbería, extensión de pelo y la correcta forma de poner tintes de pelo.  Ya varios de sus alumnos han podido insertarse al mercado laboral gracias a estos conocimientos, trabajando en salones de belleza o iniciando modestamente el suyo por cuenta propia. 

Joefanny me explica que cuatro días a la semana se dan clases de inglés para adultos y adolescentes.  Para niños se piensa abrir una sección los sábados, varias madres han mostrado ese interés, y Fray José ya tiene la vista en dos o tres candidatos a profesores que de momento sorprende con un encantador “¡Mira, tenemos unos niños ansiosos de aprender inglés pero necesitamos que alguien…” Si usted es el agraciado o la agraciada que dejará el coro del crossfit o el pilates sabatino, el libro es la cuarta edición de Interchange, por Jack Richards, Cambridge University Press.

Esperamos que se multiplique el apoyo financiero, las orientaciones sanas y el número de voluntarios para Futuro Cierto y las demás obras de bien de este extraordinario religioso.