Como dominio de investigación ligado a las humanidades, las ciencias teatrales y la institución espectacular, la teatrología multicultural es una práctica-acción que comprende múltiples procedimientos, formas, métodos, búsquedas, relaciones e identidades en una puesta en escena, donde los actores mundializan la cultura de los signos pertenecientes a varias prácticas espectaculares. Esto quiere decir que el registro dramatúrgico-escénico se construye mediante un texto multi-identitario y a partir de relaciones mundializadoras.
Esta perspectiva remite a una interacción de raíces, toda vez que la lengua y el lenguaje utilizados desde esta perspectiva remite necesariamente a una acción donde el sujeto funciona a partir de discursividades dramatúrgicas y escénicas orientadas desde el punto de vista de una estética teatral multicultural.
El antecedente de este tipo de antropología multicultural lo encontramos en el trabajo teatral de Antonin Artaud, La ópera de Pekín, El ballet Bolshoi, la enseñanza de Grotowski, la pedagogía de Eugenio Barba y la dancística de Pina Bausch, entre otras experiencias artísticas y teatrales multiculturales.
¿Cuáles son los ritmos, registros y lenguajes concebidos en este tipo de teatrología? Se trata de sistemas de interpretación e investigación del actor y del dramaturgo, el director y cualquier intérprete que pueda mostrar competencias creadoras, perceptoras, sensoriales, histriónicas, vocales, corporales y energéticas; todo lo cual apunta a un descubrimiento de las formas sensibles y visibles del intérprete-personaje de alguna obra teatral puesta en contextos de acercamiento y de contacto antropológico, tal y como se puede leer en Eugenio Barba y Nicola Savarese El arte secreto del actor. Diccionario de antropología teatral, Eds. ISTA, 1990).
El concepto de laboratorio teatral y de comunidades teatrales se basan en un concepto trans-disciplinario y transcultural de investigación y diálogo; pues el teatro se fundamenta y conceptualiza hoy en un reconocimiento de memorias ancestrales y actuales, mediante las cuales aparece el llamado sentido de la obra pronunciada como discurso del cuerpo, discurso del ojo y discurso de la voz.
¿Qué buscan y hacen las teatrologías desde el posestructuralismo y el viraje tardomoderno? Para la teatrología multicultural, los elementos escénicos y motivadores nacen de una propuesta comunicativa, significante y simbólica. El director es un coautor que se expresa a la luz de un tejido espectacular comprometido con los gestos, movimientos, identidades y memorias culturales que en cierto modo surgen y ocurren en el acto de representación teatral. (Véase Eugenio Barba: Tratado de antropología teatral, Eds. Catálogos, Buenos Aires, 1999).
Todo lo anterior dará lugar a una experiencia ratificadora a través de un entrenamiento cultural y actoral propiciador de un modelo de visión escénica y de proyección de miradas intencionales.
En tal sentido, los modos de interpretación, comprensión y funcionamiento espectacular, se reconocen en todas las instancias de la interacción teatral. Esta aproximación merecería una respuesta crítica al respecto, toda vez que la vida de las formas teatrales, la dramaturgia, la dirección, actuación, el público y todo un diseño de espacio-tiempo de la memoria teatral se expresan como experiencias estético-teatrales integradoras de identidades plurales.
¿Cómo funcionan las diversas instancias de la representación teatral? ¿De qué manera se expresan los lenguajes de comunicación, significación y producción?
Podemos admitir que la teatrología multicultural se construye cada vez más a partir del reconocimiento espectacular y sus diferentes enlaces memoriales con la cultura de los signos.