Se trata hoy de entender y comprender el teatro como institución social, artística, antropológica y política. Todo acto de interpretación y comprensión del teatro concurre en una hermenéutica crítica del sujeto y de la cultura-movimiento, lo que dará lugar a un campo expandido de lo espectacular, contextualizado por sus acciones, lo cual permite interpretar, realizar y hacer desde, y mediante la escena un campo visional donde el director, el dramaturgo, la obra, el personaje, el actor y el público constituyen el círculo interpretativo.

De ahí el estado permanente de acción y sentido construido a su vez, por los integrantes y elementos de la acción teatral. Las cardinales del campo teatral expandido surgen desde el cuerpo del actor, la concepción de la obra por parte del director y la construcción del espectador.

El proceso de escenificación teatral en la era del multiculturalismo, comprende el producto escénico desde:

  1. La vertiente especular.
  2. La vertiente singularizadora del espectáculo.
  3. La vertiente accional del actor.
  4. La vertiente acogedora del escenario.
  5. La vertiente rítmica del personaje.
  6. La vertiente escritural del texto espectacular.
  7. La vertiente crítica del actor.
  8. La vertiente memorial de la cultura.
  9. La vertiente axiológica de la sociedad.
  10. La vertiente unificadora del acto teatral.

Todo este proceso funda una teatrología integral, donde encontramos varios puntos de referencia, expresión y creación del arte del espectáculo; lo que podríamos observar como una crítica de los dispositivos escénicos que propicia la poética misma del espectáculo y la autoridad estética y epistémica del teatro.

El encuadre escénico tiene su propio núcleo en las acciones justificadas en el acto teatral. Toda puesta en escena en este sentido, surge de la siguientes preguntas:

  1. ¿Qué escenificar?
  2. ¿Por qué escenificar?
  3. ¿Cómo escenificar?
  4. ¿Para quién escenificar?
  5. ¿Para qué escenificar?
  6. ¿Cómo escenificar?
  7. ¿Dónde escenificar?

Dichas preguntas concurren en un contrato dramatúrgico, actoral y accional, siendo así que las cardinales de sentido de un espectáculo construyen los ejes  significativos del tema y las formas teatrales.

En la relación teatral entendida como relación crítica y productiva, podemos crear toda cosmovisión espectacular, teniendo en cuenta los puntos de base de una concepción práctica del teatro, justificado como institución social en movimiento. Lo que quiere decir que una obra de teatro es también una comunidad de acciones creadoras llevadas a cabo con relación a un testimonio espectacular y un testigo cultural.

Las últimas vertientes de la teatralidad y la construcción de nuevos espacios de realización, actuación y performance dramatúrgico, obligan a una redefinición de las instancias y las partes integrantes del teatro entendido en su marco tensional y dramatúrgico. La reflexión en torno al texto teatral, al meta-.texto escénico, a la dramaturgia espectacular, a la actuación y al concepto de espectador teatral, presenta nuevos valores, usos, perspectivas y modos de articular el fenómeno escénico de nuestros días.

Las metas tradicionales de la institución teatral se han transformado a favor de una nueva práctica de constitución del teatro y la teatralidad, de suerte que la llamada concepción o adaptación teatral presenta varios posicionamientos y modos experimentales de lo que se entiende comúnmente como puesta en escena; instancia esta que parte hoy de nuevos requisitos de interpretación, posición, ejecución o puesta en marcha.

En efecto, los nuevos criterios en este sentido, no dejan de releer, reinterpretar, traducir o reproducir los aportes de la vanguardia histórica y sus viejas contribuciones; pero tanto el dramaturgo como el director, el actor, el escenógrafo y los demás realizadores del espectáculo teatral, han sometido las viejas prácticas a una meta-lectura crítica y anti-convencional que obliga a reproyectar, decodificar o transcodificar lo que es el nuevo espectáculo, la nueva escritura o reescritura teatral. Hacia dónde nos lleva esta nueva ruptura o nueva búsqueda.

Las nuevas visiones o reflexiones sobre el espectáculo de hoy, asumen algunos los siguientes puntos de interés y finalidad espectacular:

  1. Relectura de todos los elementos e instancias de la convención teatral llamada moderna.
  2. Reescritura y relectura de la historia y la teoría teatrales llamadas clásicas y modernas.
  3. Tratamiento crítico, hermenéutico y comprensivo de la teatralidad a partir de nuevos metatextos escénicos.
  4. Interpretación y traducción de los ritmos llamados particulares de la institución teatral y espectacular.
  5. Performatividad del texto teatral convertido en un espectáculo o lectura de los personajes-actores basados en un derecho de interpretación y producción que fractura lo que tradicionalmente se reconoce como hecho teatral.
  6. Reposicionamiento del fenómeno teatral como revisión del marco cultural que hace posible el fenómeno, hoy vivo, de la antitradición.

Estos puntos conducen a una práctica interpretativa de lo que son las nociones académicas y posicionales del teatro como institución y archivo crítico.

En tal sentido, este concepto acoge las nuevas posibilidades de enunciación dramatúrgica y espectacular para crear nuevos dispositivos de acción, escritura y lectura escénica; acto este que involucra un nuevo pensamiento sobre el teatro y la teatralidad, y donde el concepto de obra teatral es fracturado por una nueva concepción del dramaturgo, el director , el actor y el público.

En el presente caso, estamos frente a un nuevo dispositivo escénico y a una nueva convocatoria del espectáculo teatral, basado en nuevos propósitos de trabajo y en una nueva filosofía crítica del teatro y la teatralidad; lo  que en muchos casos vuelve al reposicionamiento de las llamadas revoluciones escénicas de finales del siglo XX y de comienzos de siglo XXI, cuando una nueva historia del teatro va creando las posibilidades de un nuevo archivo o nuevos archivos para un teatro crítico y una institución crítica.

El reconocimiento de nuevas posibilidades escénicas, nuevos metatextos teatrales y nuevas dramaturgias espectaculares, constituye un nuevo estatuto del archivo o los archivos críticos que acogen nuevas experiencias dramatúrgicas, performativas, actorales,  o direccionales que respaldan el nuevo ámbito institucional del teatro, el metatexto y el reposicionamiento de las nuevas acciones y actos teatrales.

El concepto de archivo crítico y conceptual se reconoce hoy como una función de representación, acción, colección, recreación y posición que da cuenta de todo el movimiento de imágenes que surgen del texto-base o de la obra de arte teatral.

Lo que es la obra de arte teatral admite para el campo teatrológico muchas variables que surgen en del diálogo teórico, pero también de la concepción del espectáculo, entendido como signo-huella de la cultura-sociedad, justificada por los movimientos internos de la obra misma del actor y de la cultura del espectáculo.

En tal sentido, la noción de archivo crítico institucional, pronuncia un marco o encuadre espectacular que remite siempre a la historia institucional del teatro. Las tramas, relaciones, ocurrencias espacios de narración, personajes críticos, típicos, tipológicos, textos estratégicos o didascálicos, están sujetos a la gestualidad y a la proxemia, esto es a lo que hace el cuerpo con su significación y a lo que hace el sujeto en, con, por y desde la distancias espaciales. Frente al “otro” o junto al “otro”, tal y como ocurre también en textos seminales como: Medea, Antígona; Edipo Rey, Hamlet, Otelo; Las sirvientas, Los físicos y otros que en el contexto de la llamada posmodernidad o transmodernidad, constituyen y consolidan dramaturgias, actuaciones, espacios y pronunciamientos justificados por una textualidad surgente y emergente, como ocurre en el teatro de Manuel De Pedrolo, Osvaldo Dragún, Jean Genet, Michel de Ghelderode y otros que se pronuncian desde un espectáculo multinarrativo y multiespectacular.

Las claves de estas expresiones artístico-teatrales dan cuenta de una conceptualización activa del movimiento y de las voces que respaldan contenidos escénicos hasta extenuar, complejizar, multiplicar el significante teatral, tal y como ocurre en la dramaturgia de Miguel Romero Esteo, quien practica una textualidad barroca, culinaria y espectacular que trasciende las formas tradicionales o el espectáculo entendido como diálogo teatral.

Aquello que se reconoce como tradición y traducción cultural aparece formalizado y tipologizado en la historia misma del espectáculo y de los dispositivos de diálogo y redacción; lo que quiere decir que existe  contrato autorial,  accional y testimonial del espectáculo teatral. La creación, representación, reproducción y difusión de un modelo, activa los valores requeridos para normalizar comportamientos mediante el lenguaje. Aquello que respalda, produce y refiere una acción, un rol y una escena en movimiento, constituye y promueve un relato dicho, actuado, difundido, recibido y simbolizado. Este proceso de resemantización del teatro y la teatralidad se inscribe, revalora y consolida la que es el campo imaginario de lo espectacular, toda vez que lo que se pronuncia en dicho contexto, conquista una visión destinada a la puesta en marcha de acciones, construcciones escénicas, construcciones simbólicas, motivaciones espectaculares, cuerpos significantes y actitudes de creación.

Toda dramaturgia en este sentido concurre en mediaciones y posiciones multinarrativas, multimodales, multiactorales y situaciones comunicativas específicas; todo esto hará posible un nuevo encuadre de la historia institucional del teatro y de los nuevos archivos de representación. Las técnicas corporales, escenográficas, dramatúrgicas, dialógicas, proxémicas y gestuales se consolidan en estructuras múltiples de acción, significación y conformación escénica.