La tayota es un fruto muy bien conocido de los dominicanos. Se come como legumbre, sobre todo después de hervido. La tayota del dominicano se conoce en otros países con el nombre de güisquil o chayote. En Guatemala le llaman huizquil. Al chayote se le conoce por derivación en México de tzapatli, espina, y ayotli, calabaza, es decir, calabaza espinosa. Este dato se saca del Diccionario de aztequismos de Luis Cabrera (1978). El DILE de la Real Academia recoge el origen del nombre del náhuatl chayutli.
Como sucede con muchas de las palabras del español dominicano, el nombre dominicano se asemeja al del español venezolano. En ese país llaman chayota a la ‘persona tonta, lerda, falta de iniciativa’, así está en el DILE.
En República Dominicana, además de servir para nombrar la planta y el fruto, también es adecuado el término para mentar a la “persona llorona”. Referido a una mujer es “falta de gracia y atractivo físico”. Hasta aquí llegan los diccionarios.
Una de las características de la tayota es que no tiene sabor propio, adquiere el sabor de lo que la acompaña. En ensaladas se a adereza con sal, vinagre y aceite de oliva en la cocina dominicana. Se la come fría. A veces se cuece con carne guisada en salsa de tomate.
La falta de sabor característico es tal que los dominicanos llaman a sus esposas tayotas o viceversa, dicen que la tayota es “mujer propia”. El padre de quien esto escribe por lo insípida de la fruta decía: “Da lo mismo llevar la tayota en el bolsillo que en el estómago”.
En Guatemala llaman de chayote al tonto o atontado. El güisquil es el mismo Sechium edule o tayota dominicana. Con el nombre recién utilizado, en Guatemala se denomina a la ‘prostituta barata’; así aparece en el Diccionario de voces usadas en Guatemala de J. Francisco Rubio (1982).
Además de las acepciones dominicanas antes mencionadas, el Diccionario del español dominicano (2013), trae el sustantivo tayota para la ‘persona poco entusiasta’.
Si se trae la voz tayota a estos comentarios acerca de la lengua no es solo para mentar las acepciones conocidas y registradas en los diccionarios antes citados. La razón principal es porque existe una acepción que no ha sido consignada en esos lexicones.
Se suele llamar tayota a la persona que no tiene “garra o ángel”. Se denomina así a la persona que no tiene fuerza de convicción o persuasión, que no tiene encanto. Es una persona que no produce entusiasmo. Se dice de la persona que no suscita sentimiento de admiración o interés, que no atrae, que carece de magnetismo, sin carisma. Un hombre así es entonces un tayota.
Se desea que en los diccionarios ulteriores a esta publicación se tome nota de lo expuesto en esta sección de estas apostillas al lenguaje, para incorporar esta acepción que a veces acompaña a algunas personas públicas, especialmente políticos.
TRANCA
“. . .una inesperada y copiosa precipitación en octubre pasado causó. . . largas TRANCAS en el tráfico. . .”
El vocablo del título se trae a estas reflexiones acerca del idioma dominicano para rescatar del olvido un uso ya salido del habla cotidiana para este, aunque figura aún en los diccionarios cuidadosos. Se enumerarán además algunas acepciones dominicanas y de otros países que no se consignan en los diccionarios del español internacional.
La tranca que se usaba antaño era un palo grueso y fuerte que servía para asegurar las puertas y ventanas por el lado interior. Ese es el que ha dado lugar a que en República Dominicana cuando se asegura una puerta se dice que se la tranca. Esto es, se la cierra bien, con llave u otro sistema.
En algunos países una tranca es una borrachera. En República Dominicana en las áreas rurales se utiliza la palabra del título para mencionar la ‘puerta rústica hecha de palos que impiden el paso a un terreno cercado’; esta es la definición del Diccionario del español dominicano, DED, (2013). Si mal no se recuerda estos palos se colocan en hileras en forma horizontal unos encima de otros o inclinados, que se sostienen entre, por lo menos, cuatro palos paralelos verticales en una empalizada o en una verja de palos y alambre de púas.
El diccionario mencionado más arriba consigna para tranca una segunda acepción ‘persona valiosa y competente’. Esa acepción es de uso frecuente entre los estudiantes para ponderar las
cualidades, aptitudes y talento de los estudiantes. La tercera acepción es la equivalente al peso moneda nacional dominicana. Esta acepción la comparte con los cubanos, pues para estos es el ‘billete o moneda de un peso’. Así aparece en el Diccionario del español de Cuba de Haensch y Werner (2000). Acepción que no recoge el Diccionario de americanismos de la Asociación de Academias, DAA.
En el texto de la cita el vocablo “tranca” se usa en el sentido venezolano de ‘embotellamiento, retención de tráfico’. Esta es la caracterización que hace de la voz el Diccionario de regionalismos de la lengua española de Grosschmid y Echegoyen (1998). Esta definición está corroborada en el DAA citado más arriba de este modo: ‘congestión de vehículos’.
El Diccionario del español dominicano consigna una significación vulgar para tranca que sin duda es de creación masculina, se trata de ‘pene’. Se afirma que la creó el vulgo masculino porque en la manera en que se define la tranca original aparecen términos que son apreciados como atributos de un pene, “grueso y fuerte”.
Las personas que son enviadas a los reclusorios, penitenciarías y correccionales, en República Dominicana se dice que “los mandan a trancar”. Ese verbo se usa para manda a la cárcel a alguien, sobre todo cuando la orden proviene de una autoridad, sea esta policial o del orden judicial. De aquí se deduce que el verbo equivale a “encerrar” incluso con el uso de la fuerza.
COCHERA
“Después arrastró el cadáver de la COCHERA a los botes de basura”.
Poco a poco el idioma se va actualizando. La velocidad de modernización del idioma es mucho más rápida que los reconocimientos de las autoridades que actúan con cautela.
Hace largo tiempo que los vehículos automotores en América se conocen con el nombre de automóviles, nombre que es un reconocimiento al sistema mecánico de propulsión. En el peor de los casos se les llama carros, más bien por influencia del inglés que por transferencia del español.
La palabra del título tiene relación con los coches de los españoles. El diccionario de la Real Academia ha modificado con el tiempo la definición de este vocablo, así como ha hecho con otros similares.
La última edición del lexicón madrileño asienta que coche es: ‘Automóvil destinado al transporte de personas. . .’ La cochera es: ‘El sitio donde se encierran los coches y autobuses’. En periódicos, revistas y libros de ediciones modernas en la redacción y selección del léxico se tiene en cuenta a quienes va dirigido el mensaje. La selección de palabras se hace de acuerdo con el destinatario, con la o las nacionalidades de los lectores.
La consideración con respecto del vocabulario se hace porque en la vastedad que cubre la lengua española, los léxicos varían y, sobre todo, las preferencias para denominar objetos, hechos y cosas.
Resulta hasta divertido leer reseñas periodísticas destinadas a un público latinoamericano, especialmente caribeño, en las que se usen términos como coche, cochera. Esto denota que no se ha hecho el ajuste necesario para agradar al lector. Además, muestra que el redactor mantiene apego a su dialecto.