En teoría, el fin último de un partido político se resume en propiciar el bienestar de los ciudadanos que viven en la sociedad que le corresponde dirigir.
Visto así, puede parecer simple y en realidad es profundamente complejo. El filósofo y filólogo, Andrés L. Mateo se ha referido en varias ocasiones a la descarga intelectual que invirtió Juan Bosch en el proceso fundacional del PLD.
— Nunca un partido político ha requerido tanto esfuerzo intelectual como el que realizó Juan Bosch para crear el Partido de la Liberación Dominicana PLD –, afirma L. Mateo.
Con razón, una de las principales tareas que imprimió Bosch al PLD fue la educación permanente de sus militantes. Para que un ciudadano pasara a ser miembro del PLD, primero era necesario ser cedaceado en un “Círculo de Estudios” que solía durar uno o dos años. Ser miembro traía aparejado un ciclo educativo superior al anterior y así, cada ascenso implicaba nuevos compromisos de formación política.
Para Bosch, era de capital importancia la educación política de los peledeistas. Según él, la educación constituye la base para la formación de líderes capaces de transformar los cimientos de la sociedad dominicana. ¡He ahí! la importancia de la educación.
La otra tarea obligatoria en el PLD de Bosch, era la planificación. En los organismos y órganos del partido, inclusive, en los “Círculos de Estudios” nada quedaba sujeto a la improvisación. En el partido de Juan Bosch, todo tenía que ser previsto, planificado e incluido en un plan de trabajo.
Es una lástima, que el proceso que llevó el PLD al Poder arrasó con estas características partidarias. La degeneración de los morados gobernantes, no impide que se tome como objeto de estudio la concepción bochista del partido. Lo más lastimoso del PLD actual, es que el abandono del modelo de partido de Bosch fue una decisión consciente y premeditada de sus dirigentes actuales.
En suma, para Juan Bosch la tarea liberadora de todo partido político descansa en la educación permanente y la planificación metódica y constante.
No es casualidad, que las primeras medidas impuestas por los líderes de la revolución cubana al asumir el Poder, fuera la de declarar la educación y la salud como servicios gratuitos. Incluso, la educación pasó a ser de carácter obligatorio en Cuba.
Pregúntese, cuáles son las razones que condujeron a Singapur al modelo de desarrollo que hoy exhiben. La misma interrogante se puede hacer sobre China, Japón, Irlanda, entre otros. En cada respuesta, es seguro que el derecho a la educación está incluido.
Lógico, una educación de calidad implica inculcar valores que despierten la sensibilidad humana. Entre ellos, la solidaridad, la cooperación y la tolerancia. El arraigo de estos valores trae como ganancia el crecimiento personal de cada individuo.
En consecuencia, la suma de las individualidades será la garantía de la consolidación del partido y del desarrollo de la nación en su conjunto.
¿A cuenta de qué viene toda esta perorata?
Es evidente, que es inoportuno dirigir el mensaje a la amplia gama cromática de banderas políticas existentes en el país. Más traumático, sería enfilarlo al cerebro de los tres partidos que han gobernado la Nación después de Trujillo, PRSC, PRD y PLD.
Lo del PRM es frustrante. Luego de pretender negar las prácticas del PRD, la organización perremeista surgió con bríos de juventud. Al poquito tiempo, los modernos comenzaron a sufrir vejes prematura. Por esta razón, que quedan descartados como perspectiva para asumir las tareas de un partido nuevo.
Los partidos políticos, grandes y pequeños, tradicionales y alternativos están carcomidos por el germen de la corrupción. Parafraseando a Juan Bosch —los bueyes están “cundíos” de garrapatas y es imposible desgarrapatizarlos–.
Más bien, es una recomendación que apunta a las generaciones de jóvenes y adultos que todavía tienen capacidad de soñar. Jóvenes capaces de construir nuevas utopías, nuevos paradigmas.
Los cañones, apuntan a la gente que se atreve a ser diferente, gente que se atreva a pensar y construir un partido diferente para una sociedad diferente.