Cuando en el 1996 subió al poder por primera vez el PLD, se sintió un respiro por dos cosas: salimos de Balaguer y por otro lado nos salvamos del PRD. Con lo primero, hasta los mismos del PRD aceptaron con resignación la derrota y se guardaba la esperanza de algo nuevo, fresco, joven, honesto y sin contaminación.

Balaguer representaba para muchos, incluyendo a los nuevos monarcas recién ascendidos, lo peor de la política dominicana en los últimos tiempos. Él era sinónimo de violencia, asesinato, corrupción, abuso, dictadura, tiranía, mezquindad, cinismo, engaño, represión, reelección, vuelvo y lo repito, era lo peor.

Era muy común escuchar a varios profesores de la universidad Autónoma de Santo Domingo, UASD, hablar mal de Balaguer e incluso maestras mentarle la madre, algo raro en una mujer y hoy en día la mayoría de éstos que se caracterizaban por decir de todo de él, son funcionarios y/o empleados del gobierno.

El PRD era el cuco, el desorden, corrupción, la chusma, los ladrones, poblada, ignorancia, políticos encarcelados, especulación con los precios, inestabilidad económica, fraude y quiebra bancaria, Reforma Constitucional. El PRD aún en el 2012 era el culpable de todos los males de la nación, sí, ocho años después de su último período gubernamental.

Lo irónico es que en el 1996, el PLD contó con el apoyo de Balaguer y en el 2016 del PRD, en uno para llegar y en otro para continuar en el poder.

Veintiún años después de la llegada por primera vez al Palacio Nacional del partido de gobierno, nada ha cambiado o mejor dicho, estamos peor. Desorden institucional, botellas como nunca se había visto, nepotismo, escándalos de corrupción, despilfarro, muchos jefes, indolencia, todo caro, muchos sueldos más que altos y sin justificación, personas cobrando hasta en dos carteras salarios de lujos y sin asistir a sus puestos, nuevos millonarios -porcentualmente superan a cualquier otro gobierno de la historia- provenientes del gobierno. Ministros, vice ministros y funcionarios que se ausentan de sus respectivos ministerios y/o dependencias, que nombran a quien les da la gana, que se creen dueños de esa parcela, hacen y deshacen sin que nadie les diga nada, un descontrol absoluto y si la prensa (los pocos que se atreven a informar) dice algo en su contra, se dice que es por envidia.

Mucho se habló en contra de Balaguer y el PRD, sobre todo en la década de los 80 y en el primer lustro de los 90, antes de llegar el PLD al poder. Discursos y valores olvidados, todo lo que pasó con Balaguer y el PRD, está sucediendo a mayor proporción, pero con el control de todos los poderes y mucha prepotencia.