Yo desde que era niño estoy oyendo: “Cristo viene, Cristo viene” y no viene ‘ná –decía el hombre con arrogancia.  Tras una breve pausa, le respondieron: Sería una pena entonces que El venga, y usted se pierda, porque no creyó a pesar de que se lo dijeron tantas veces…

Está muy de moda el tema de la “Tolerancia” a nivel del mundo occidental.  La nación que más suena y  e internamente se fricciona en este movimiento, es USA.  Portando la antorcha Primer Mundista, se mofan de tener el derecho de dictar las normas sociales.  En consecuencia, países con marcada idolatría hacia esta nación les siguen, sin necesariamente analizar o prever las consecuencias.   Por ejemplo, siempre se ha dicho que en los Estados Unidos hay plena libertad de religión.  Sin embargo, últimamente las leyes que se han estado aprobando, violan ese contrato constitucional, para justificar prácticas impositivas, que benefician a cierto grupo.  El que no las apoye, es acusado de “intolerante” y se merece ser destruido, sin mirar la significancia de tal acción.  Es así el caso de los abortos y los planes de salud.  La iglesia católica ha mostrado ser firme ante su postura opositora, haciendo ver que no les pueden imponer leyes que violenten las bases de su credo, razón misma de su existencia.

Recientemente supe de una situación entre dos médicos.  Uno, cuya especialidad le es ajena a la ginecología, explicó a su paciente, que uno de los medicamentos que toma puede ser nocivo para el feto, si llegase a embarazarse.  Por esta razón, recomendó que le pidiera a su ginecólogo le recetara anticonceptivos.  Sin embargo, se presentó la situación de que el ginecólogo trabaja en un centro médico católico, por tanto, su fe y ética profesional les impiden indicar ese tipo de medicamento.  Así que la mujer, vuelve donde su otro médico y le explica lo ocurrido.  Este último, lejos de pensar en el interés de su paciente, arremetió a criticar la postura de fe del ginecólogo, expresándose ofendido.  Al fin y al cabo, la mujer se quedó sin receta, pues mientras uno de los médicos se adhiere a su ética, el otro se adhiere a su orgullo, de no querer dar una receta, porque “debería” ser el católico quien la emita.

Es esa misma ceguera la que está resultando como práctica en todos los negocios.  Y es que está dando oportunidad a personas viciosas, de perseguir lugares, con el fin de dañarlos.  Tal es el caso de una repostería en el estado de Texas.  El negocio, altamente identificado como un lugar propiedad de cristianos, fue demandado por una pareja de homosexuales.  Estos solicitaron un encargo, con ciertas especificaciones que marcaban la práctica entre ellos.  Por supuesto que les explicaron, que debido a la ética por la que se rigen, no podían darles servicio. En consecuencia, la pareja, lejos de respetar y entender, fueron directamente a un abogado y arremetieron contra el negocio con una demanda legal.  Eso es persecución y es lo que las “leyes de intolerancia” están amparando.

En todos los aspectos de mi vida, he tenido que entender que no se me otorgue un servicio por razones similares.  Si fuéramos a demandar a todos por ello, esta vida como la conocemos, dejará de existir.  Cito un caso, una vez, trabajando para una agencia de publicidad, necesitábamos nos escanearan una diapositiva en alta resolución para un cliente que iba a promocionar un servicio por motivo del carnaval dominicano.  A la par de nuestra agencia, en la plaza, había un negocio de impresos los cuales nos proveían tal servicio.  Abrimos la orden de compra, y les entregamos la diapositiva.  Al momento de ellos empezar a trabajar, vieron que la diapositiva se trataba de un diablo cojuelo.  Fue allí cuando nos llamaron, disculpándose porque no iban a poder ofrecernos el servicio esa vez.  Cuando preguntamos el por qué, nos explicaron que, por ser ellos cristianos evangélicos, evitan trabajar con temas que representen entidades negativas, y que por tanto, tal imagen no la podían aceptar.  Para nosotros fue incómodo, en un punto, pues teníamos prisa, pero a la vez altamente admirable el ver cuán apegados a su ética eran y manejaban su negocio.  Lejos de ofendernos, entendimos que ese lugar valía la pena de conservarlo entre nuestros suplidores, pues esas acciones demostraban que eran confiables.

En fin, aquí en los Estados Unidos, no lo ven así.  Los argumentos de “intolerancia homosexual” están tan de moda, que públicamente pretenden tomar acciones para arruinarles.  Y yo me pregunto, ¿No es eso intolerancia de parte de ellos?  Tal y como hicimos nosotros, si en el negocio A no recibes lo que quieres, vete al negocio B o C.  En fin, es triste ver que República Dominicana se ahogue en la espuma que el embajador norteamericano ha llevado.  Y es que poniendo a un lado el debate, resulta absurdo que un personaje como él, cuyo rol es representar a su nación en nuestro país, haya equivocado su papel diplomático, para embaucarse en proyectar y hasta imponer su práctica personal, como lo es el homosexualismo.  Desde aquí sólo veo que se hable nada más de eso.  El llegó allá para tratar los asuntos consulares y políticos entre su nación y la nuestra.  Sus gustos personales y con quién comparte su cama, no es asunto nuestro, como no es asunto de él, si la ley de matrimonios entre homosexuales  existe o no en RD, pues, que yo sepa, ni él ni su esposo son dominicanos.  Entonces, considero que su gestión A, no debe mezclarse ni confundirse, con lo que pasa en la intimidad de su casa.  Eso viene siendo un asunto Z.

Mientras, y por cuanto las cosas que estamos viendo, son muestras fehacientes de que estamos viviendo tiempos Apocalípticos, sólo me queda invitar, a los lectores de fe, a que pongan los ojos en los asuntos de Dios y reafirmen su fe en su Palabra.  Porque como dice 1 Tesalonicenses 5:2
“Pues vosotros mismos sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como un ladrón en la noche”.  Si quiere usted estar incluido entre los arrebatados, ponga su ojos en Jesús y en las cosas de arriba, y no se deje arrastrar por las confusiones y contradicciones de los “perseguidores” que están alterando la vida y la lógica de este mundo pasajero.

Mateo 24:35El cielo y la tierra pasarán, más mis palabras no pasarán.

Isaías 2:12Porque el día del SEÑOR de los ejércitos vendrá contra todo el que es soberbio y altivo, contra todo el que se ha ensalzado, y será abatido.

2 Corintios 1:14así como también nos habéis entendido en parte, que nosotros somos el motivo de vuestra gloria, así como también vosotros la nuestra en el día de nuestro Señor Jesús.

Mateo 24:42,43Por tanto, velad, porque no sabéis en qué día vuestro Señor viene.…

¡Bendiciones!