El aplazamiento de la decisión del Comité Político del PLD respecto de las primarias aumenta notablemente la percepción que no están en el tema porque les interese una mayor democratización o aumentar la participación ciudadana, parece bastante claro que todo se remite a que la modalidad que se defiende alumbra sobre la situación de algún candidato y de sus posibilidades.
Un caso que se debe comentar aparte es el del “Bloque opositor”, esta semana anunciaron, por fin, a todo el pueblo dominicano que es lo que los une y a qué se oponen: a las elecciones primarias abiertas, simultáneas, vinculantes y obligatorias. Lo más parecido posible al TOCOHI (Todos Contra Hipólito) que es el único en la “oposición” partidario de primarias abiertas. Ya todo el mundo sabe cómo es la cosa, el “Bloque opositor”, con los encartados a la vanguardia ha determinado que los problemas de la democracia se resuelven con menos democracia.
Tempranamente, casi junto con los reformistas que son los que más saben, han declarado quien es su candidato el 2020. Es francamente de película que partidos pequeños renuncien a primarias con participación de la ciudadanía (electores no inscritos en partidos), es único. Confiesan que no quieren crecer, ahora dicen queremos perder dos veces, el 2019 en las primarias y el 2020 en las elecciones finales.
¿Por qué van a perder en las primarias? Por que no van a poder participar y el 2020 van a tener que votar por el candidato que ganó en las primarias de otro. Participar en las primarias significa legitimar candidatos y candidatas, es la posibilidad de hacer campaña, de acceder a los medios de comunicación, etc. Quién no participa en primarias, pierde todas esas posibilidades.
Van a ganar los partidarios de las primarias abiertas, pues si esa es la modalidad que acaba aplicándose la legitimidad de los candidatos electos será obviamente mayor. Por lo tanto vayan poniendo atención al ex presidente Mejía, al sector mayoritario del PLD y ¡¡al PRD!!
Pero cuando decidí volver sobre el tema fue motivado por los argumentos, que son francamente de ponerlos en un cuadro, pues no hay que acostumbrarse a dejar pasar las palabras cuando se refieren a asuntos importantes.
Antes de todo, volver a la cuestión de la institucionalidad, sin desarrollarlo ahora pues escribí antes varios artículos sobre el tema y habría que repetir lo mismo (“El mundo al revés”, 7 de septiembre de 2016; “Dale con la institucionalidad”, 14 de septiembre de 2016 e “¿Institu..quéééé?”, 9 de noviembre de 2016) ahora el Bloque opositor a las elecciones primarias abiertas, simultáneas, vinculantes y obligatorias vuelve a las andadas, sin duda algo cíclico les ocurre cuando no entienden lo que está pasando y responden igual que lo hicieron con la Cámara de Cuentas, con la elección de la Junta Central Electoral y del Tribunal Supremo Electoral, textual: “No aceptaremos…” y en una de mis notas preguntaba y ¿qué van a hacer? Igual que antes: nada.
Ir a pedir ayuda a la Junta Central Electoral (JCE) es muy parecido a andar buscando cómplices y argumentos que a cualquier organización política democrática no le vienen bien. En primer lugar no olviden la Constitución y su “Articulo 211.- Organización de las elecciones. Las elecciones serán organizadas, dirigidas y supervisadas por la Junta Central Electoral y las juntas electorales bajo su dependencia, las cuales tienen la responsabilidad de garantizar la libertad, transparencia, equidad y objetividad de las elecciones.” No está entre las funciones de la JCE ni la búsqueda de consensos políticos ni la interferencia en el Poder Legislativo. No hagan que fruto de su propia incapacidad, una institución que debe ser tan importante por su función, se deteriore en la maniobra pequeña.
Creo que mucha gente hubiese esperado que la visita a la JCE tratara acerca de cómo va la investigación sobre los “scanner”. Cómo la Junta, de aprobarse las primarias con padrón abierto, ayudará a evitar que los de un partido voten por las listas de otro partido, cómo será posible establecer límites y cómo la Junta los hará cumplir en los gastos de campaña, cómo se podría favorecer que todos los partidos participen de las primarias (anoten esto: limitar las primarias sólo a los partidos mayoritarios traerá como consecuencia la desaparición de los partidos menores que no tendrán la posibilidad de hacer campaña, de acceder a los medios, etc. durante el período electoral reservado a las primarias). Pero no, fueron a buscar ayuda para evitar la democracia, a renunciar a lo que les conviene, para que los menos posibles sigan siendo los que elijen a los candidatos y éstos sean los mismos para que se mantenga la impunidad que a pesar de ellos sigue siendo denunciada por la Marcha Verde.
De las muchas falacias que esgrimen los que se oponen al avance democrático está, por ejemplo: tener primarias abiertas significa dos elecciones. Claro que significan dos elecciones, el único detalle es que las PRIMARIAS no eligen cargos, eligen candidatos.
Sigo… ¿no escuchó al inefable llamar a la población a dar seguimiento a la Ley de Partidos que conoce el Congreso? Con cuál cara hace ese llamado, si está defendiendo el padrón cerrado. Qué interés puede tener la ciudadanía en un proceso en el que no le estará permitido participar.
Amigos, amigas, en todo esto no hay más que la intención de que no se hagan cambios en el sistema electoral que mejoren la representación, pues la solución a los temores, a veces fundados, son sencillas. Para que los miembros de un partido no elijan a los candidatos de otro, es perfectamente posible crear un dispositivo que lo impida. Nunca lo propuesto por Participación Ciudadana que hasta donde conozco no se aplica en ninguna parte del mundo y significaría tener por lo menos cuatro fines de semanas de primarias con sus respectivas campañas, sin resolver el problema y sin ciudadanos.
En un artículo anterior conté mi experiencia como elector en las primarias chilenas y creo que por ahí va la cosa. Pude votar y no milito en partido alguno, estoy en el “padrón de la Junta” donde consta mi calidad de independiente.
Lo otro en que me atrevo a insistir es acerca de la voluntariedad de las primarias. Si quieren conocer una experiencia contraria, vean la argentina: voto obligatorio y participación obligatoria de los partidos, el partido que no obtenga el 1,5% en las primarias no puede participar en las elecciones finales.
Otra falacia en uso es que es imposible una elección con miles de candidatos. Eso es un abuso pues parte de premisas falsas, no es cierto que todos los partidos van a completar todas las posibilidades de candidaturas y tampoco es seguro que en todos los lugares se haga la elección primaria y por último es demasiado torpe sumar a los candidatos a alcalde de Montecristi con los del Distrito para dar la sensación de dificultad, no existe tal problema.
El debate, las búsquedas, los nuevos argumentos, el “cambio de chips” tiene que estar en un marco que invite a avanzar, que sea capaz de vencer la incertidumbre y no de proponer el miedo. Fíjense ustedes que ha sido frecuente que cuando se habla de una huelga inmediatamente aparecen las amenazas: eso es violencia, es cambiar las formas de lucha. Para que vean que eso tampoco es cierto los invito a entrar a ese enlace:
http://www.amnistiacatalunya.org/edu/2/dudh/dudh-g.belli.html
Finalmente un ruego, una súplica, no hace falta generar tamaños temores y si se pudiera desde la “primada de América” cuando se hacen este tipo de afirmaciones deben sustentarse, explicarle a quienes como nosotros nos cuesta hacer la relación acerca de cómo la desgracia que se anuncia tiene algún asidero, tal vez un lugar dónde el infortunio pueda ser verificable. Ojalá desde la universidad cumpliendo su labor de extensión pueda el Dr. explicar esta afirmación que tomé de un periódico: “El caso de las primarias abiertas sería, y yo lo digo… sería la antesala de la destrucción del sistema político en República Dominicana”, advirtió el politólogo Freddy Ángel Castro.
Tanto nadar, para morir en la orilla.