La dirigenta política Alexandra Izquierdo, quien sustituyó al reconocido técnico Pablo Tactuk en la dirección de la Oficina Nacional de Estadísticas, anunció al país que uno de los más importantes logros sociales de los 5 años de gobierno del presidente Danilo Medina es haber rebajado en 10.5% el nivel de pobreza.
Es una información tan importante que el gobierno debió haberla anunciado con bombos y platillos en Palacio, en rueda de prensa con la señora Izquierdo flanqueada por lo menos por los ministros Gustavo Montalvo, de la Presidencia, e Isidoro Santana, de Economía, Planificación y Desarrollo.
Debió tener un rango tan alto como la inauguración de la línea 2B del Metro de Santo Domingo, el 5 de mayo del año pasado, cuando la imagen del presidente Medina manejando el tren fue transmitida en vivo por todos o casi todos los canales de TV, radioemisoras y en video desde una gran cantidad de periódicos digitales, y que fuera ampliamente desplegada en los diarios impresos.
¿Por qué pasa ahora con tanta pena y tan poca gloria una información que luce tan importante como “una reducción de 900 mil 354 personas que eran pobres”, con respecto “a las que fueron observadas en el 2012”?
Estamos hablando de que casi un 10% de los 10 millones de nuestra población sobrepasó la línea del umbral de pobreza, y sin embargo ni siquiera el gobierno le dio importancia al dato, relegándolo a una mera nota de prensa insuficientemente difundida.
El tema con eso es que gobiernos como los nuestros usan una numerología mágica para jugar con que la gente dizque sale de la pobreza porque ganen unos pesos más de RD$4 mil 730 per cápita mensuales en la zona urbana, y RD$4 mil 211 en el campo, que son las líneas respecto de las cuales se clasifican a las personas como “pobres”.
Meten en la cuadratura de ese círculo a todas aquellas personas que pasan a ganar cualquier cantidad de pesos más de los 4 mil y pico, aunque en realidad ni el mismo gobierno sabe cuán cercanos o distantes quedan de la línea de pobreza, en un país cuyo Presidente no logra explicarse cómo puede la gente sobrevivir con apenas 10 mil pesos.
En ese cálculo no importa que lo devengado no les alcance para llevar a los estómagos “las tres calientes”, como le llamaba Bosch, al desayuno, el almuerzo y la cena, que no puedan costearse la salud, la educación, vivienda digna, agua potable y corriente, o vivir algo de ocio, etc.
Para medir con seriedad el concepto de bienestar real de la gente, el Programa de las Naciones para el Desarrollo, usa el concepto Desarrollo Humano, que “Comprende la creación de un entorno en el que las personas puedan desarrollar su máximo potencial y llevar adelante una vida productiva y creativa de acuerdo con sus necesidades e intereses”.
Ese contexto explica que pasara con tanta pena y tan poca gloria, la que pudo brillar como una gran noticia.