Se le da pa que suba y aunque no suba, dele.
Riccie Oriach
Sube el telón: un hombre, que como he dicho se llama Jonás, sueña con una escena recurrente. Un avión que despega o aterriza, la cortina caliente que las turbinas dejan en el aire. Se le va a uno la vida en cacerías, dejando el alma en ceniceros. Despierta. Un poco desorientado, pasado el mediodía. Está la habitación 611 del hotel Ambassador en Milwaukee. Está aquí para dar una conferencia en la Universidad de Marquette. Es el congreso bianual Caribeñidades y Calibanías. Ha venido a hablar de la obra de Odilus Vlak, genio de la ciencia ficción dominicana. Le toca leer su conferencia a las tres de la tarde. ¿Se saldrá de la tangente? ¿Le dejará la resaca dar la conferencia? ¿Hablará de la efervescencia civil en su lejana mediaisla? Con todo y todo, hoy es 27 de febrero, día de la independencia dominicana y también, día de su cumpleaños.
Tiro de cámara desde el techo: revisa las llamadas del celular. Una de su madre, un mensaje de sus hermanas. ¿Qué se siente tener 45 años? Te estás poniendo viejo, con cara de pendejo. Pero ciertamente, ¿quién este anciano Jonás? Siempre filosofando, hablando del fracaso. Pero, ¿en verdad cree en el fracaso? Es muy bonito escribirlo, escupirlo en una entrevista que otra. Mientras el fracaso crece frente a ti como los miedos, cada día, con cada año viene más experiencia, mierda es, experiencia, ¿para qué? Cuando a Jonás le da con ponerse melancólico se piensa como una isla y se compara con su propio país. Últimamente le ha cogido con eso. Debe ser el mismo teriquito que le da a todos los Dominicanyork. Tengo un pie aquí y el otro allá dicen las canciones. Experiencia, ¿para qué sirve? Trujillo, ahí en tu cara, treinta y pico de años, un par de revueltas, héroes y algunos traidores, Balaguer, acabando con toda una generación pensante, otra generación defendiéndolo y luego, el Pacto por la Democracia y 20 años del PLD. Aquí como parte de la banda de sonido metamos a Sabina: ¿Qué he hecho yo para merecer esto?
Exterior, día, revienta Thelonious Monk en las bocinas. Jonás camina por las calles de Milwaukee. Hace tiempo para llegar a la universidad. 45 años. Con un poquito de resaca pero bien. Dos horas antes de la conferencia. Tiempo para beberse una cerveza. Este truco, el de la cerveza con la resaca, lo aprendió en su barrio, Villa Duarte, sabiduría wawawa. Ubica un bar y pide una IPA y unos camarones a la brasa. Saca la Moleskine. Le molesta que la hija no ha llamado para felicitarlo y le cuesta admitirlo. Va a escribirle una carta. Ese es el mejor truco que le quedó de unas terapias a las que se sometió durante sus años de estudiante en Puerto Rico. ¿Tienes algo que te revienta por dentro? Escríbele una carta larga, como hizo René el Residente de manera reciente.
Bueno, la carta. Un tiro digamos con efectos especiales: la carta, haciéndose sola, las palabras iluminando o brotando del papel, whatever. Querida Leonela, mi vida, mi amor: Como esta carta es secreta puedo decirte amor porque es lo que me sale, aunque yo sé que no sería prudente porque apenas nos conocimos y nuestro, ¿puedo decir nuestro? encuentro o el conocimiento de que tú existías pues ha sido una suerte de shock. Pero para bien, o sea, un trauma positivo. Dice este hombre, el mexicano, Sergio Pitol, que un tratamiento de choque puede reafirmar fibras que uno creía perdidas. Bueno, pues aquí estoy con la fibra reafirmada y lista, o sea, como está la mediaisla, a la que se lo vienen metiendo frío desde hace mucho, con ficción y mamadera de gallo, desde el congreso, desde los tribunales. O sea, ¿qué si se lo están metiendo mongo a la sociedad dominicana? Qué digo yo mongo: las autoridades se les ríen en la cara. Me gustaría tanto explicarte que el mismo fraude que hizo Salinas en su año, lo volvieron a hacer con Felipe Calderón. Y luego el horror mexicano. La historia está ahí, la experiencia está ahí, y vamos a repetirla igualito. Porque el que hace un fraude electoral, hace otro. Así que prepárate, Leonela, hija mía: ellos, o sea el PLD, van a hacer su fraude otra vez.
Y es que el fraude es lo único que tiene sentido, porque para actuar de la manera tan brazen con la que ellos arman sus vainas, o hay que ser bien descarado, o estar bien seguro de que no los van a sacar del poder. Y ahora, un poco de mi Enciclopedia de mi vida en el Caribe, un portento de cosas inútiles que empecé a escribir luego de mi primer infarto. ¿Qué es un Tajalain? Bueno, un hombre que, para que tú te hagas una idea, es el PRIMER ABOGADO de la República, y tiene el tupé de ensuciar la dignidad de la más destacada magistrada del país, o sea, eso me dice a mí que usté o no conoce la ley o es muy mal abogado, y eso no es elegante. Elegante tampoco ha sido el fraude del asfalto, en el que él está de alguna forma involucrado. Acuérdate lo que te dije hace poco: en un país en donde la corrupción es pan de a diario, la ley no puede ser moneda de cambio. Cuando digo ley, Leonela, hija mía, quiero también decir derecho, legalidad, y la posibilidad de ser. Pero el precedente no es bueno, ya que el Balaguer que te mencioné antes, o como le decíamos en la facultá, El enano ciego, dijo en su tiempo que la Constitución es un pedazo de papel. Y al papel todo le cabe, todo lo aguanta. Soporta la ficción de Dañino Medaña, quien el día de mi cumpleaños ha relatado una historia que ni Lewis Carroll papá, una vaina de aquiétate, qué digo yo discurso, discurso no fue… Y tú y yo que creíamos que Dominicana era un país de poetas… pues fíjese que no, la ficción, y no la ciencia, nos ha ganado. Y aquí estamos, con las faldas arremangadas hasta el cuello viendo la pestilencia acosarnos las rodillas. No se puede decir que es mentira lo que dijo Dañino en su rendición. Debe existir un país así, quizás lo soñó y nosotros estamos del lado del horror y la pesadilla. Y gente como el Tajalain y los demás secuaces viven en ese lugar descrito y adorado. Yo como buena ficción la leo, la critico, pero no me lo creo. El país que Dañino soñó. Bueno, espero que los cacerolazos le despierten de esa deliciosa siesta. Los defensores de lo indefendible dicen La culpa es de Leonel. No todo lo que ha hecho Danilo es malo. Los hospitales públicos son igualitos a los privados. Claro que han hecho. Maña fuera que en todos estos años de despilfarro y saqueo, no hayan hecho nada. Pero como dijo el flamante Ministro de Economía recientemente, cuando le preguntaron en televisión un par de cosas sobre Punta Catalina, y él contestó diciendo que la República Dominicana era el cuarto país de mayor crecimiento de América Latina, Por sus hechos los conoceréis. Porque los recién nacidos que mueren en los hospitales a falta de oxígeno son eso, hechos, no estadísticas. Bueno te dejo, el deber me llama, y ya voy por la segunda cerveza, hija mía, Leonela, amor, cuídate, mi corazón tiembla como hoja de plátano en la lluvia al saber que estás sola en esas calles de nadie. Estoy loco porque me escribas y me cuentes de ti.
Final cut: el hombre, que se llama Jonás, en ese dulce estado que da un jumo reiniciado temprano, celebrará su cumpleaños leyendo una conferencia. Siempre, cuando le toca hablar en público, se pone nervioso. Aún hoy ya con sus 45 años cumplidos y la panza rebosándole la hebilla. Se pone nervioso pero como decía el Chespirito, el día que dejes de ponerte nervioso, no salgas. La suerte es que como su conferencia es sobre ciencia ficción dominicana, se dará el lujo de hacer el paralelo entre la ficción de los tajalaines y la escritura de Odilus Vlak. Dará la definición enciclopédica de lo que es un tajalán en el argot caribeño y de cómo consideró adecuado el juego de palabras con el nombre del misterioso Procurador General. Antes del final, dejará claro que lo peor que puede un político es engañar a su público con maromas de mercachifle. Ten cuidado Dañino, el papel todo lo aguanta. Los dominicanos no somos de papel.