El tema de la modificación del código penal para incluir la despenalización de la práctica del aborto cuando fuera provocado por algunas de las causales que están introduciendo es de suma preocupación, aunque sean terapéuticos, por malformaciones, incestos o violaciones, ya que abriría una puerta por donde se podrían pasar una gran cantidad de abortos sin consecuencias legales, y estas prácticas no son más que asesinatos de niños que la pareja no desea.

Me difino como un defensor de la vida humana, y los temas estrictamente médicos o psicológicos quisiera dejarlos fuera de esta colaboración, ya que por un lado no soy profesional de esas áreas, y por otro lado se sabe que en nuestro país, cuando se presentan casos donde la vida de la mujer embarzada corre peligro, simplemente se interrumpe el embarazo y nunca se ha sabido de consecuencias legales para las partes involucradas. En tal sentido, quisiera referirme a las consecuencias económicas que tendrán las futuras generaciones cuando dentro de 30 ó 50 años nos demos cuenta que la población dominicana se ha envejecido y falten jóvenes que reemplecen la mano de obra y aporten a los fondos de seguridad social.

Para este sencillo análisis hemos tomado los casos de España y Alemania, por ser paises que desde hace muchos años establecieron políticas de control de la natalidad, incluyendo la práctica del aborto y llevan estadísticas confiables.

Hoy España tiene un 40 % menos de los niños necesarios para que se dé el relevo generacional. La población ha envejecido de manera drástica en las últimas décadas y los españoles tienen proporcionalmente menos hijos que durante los años de la Guerra Civil y la posguerra.

Los datos actuales muestran que desde 1981 la población mayor se ha duplicado, mientras que la juvenil se ha reducido a la cuarta parte, según datos del Ine. Por lo tanto, si esta tendencia continúa, en el año 2050, por cada tres mayores de 65 años, solo habrá cinco personas en edad de trabajar. La escasa natalidad afecta a la sociedad de una manera sorprendente.  El perjuicio económico que genera la falta de población activa se refleja en el posterior decrecimiento económico de la sociedad. El hecho de que no haya suficiente población puede ser un freno o un obstáculo para la economía y para la sociedad.  Una baja tasa de natalidad permanente, muy por debajo de la tasa de reemplazo generacional, unida al aumento de la esperanza de vida, conlleva a largo plazo una modificación en la pirámide de población (que ya se ha producido), en la que cada vez es más alto el porcentaje de gente mayor y muy mayor. Ese cambio en la pirámide poblacional tiene graves consecuencias también en los bolsillos de todos los contribuyentes españoles. Muestra de ello es la gran partida de los Presupuestos Generales del Estado que se destina al sistema de pensiones o al sanitario. Sin duda, las personas mayores merecen recibir ese dinero, pero se necesita una amplia población activa que pueda soportar ese gasto.

Por el lado de Alemania, las estadísticas revelan que los mayores de 65 años ya representan el 20% de la población. ( De acuerdo a datos suministrados por la Oficina Federal de Estadísticas ). En los últimos 60 años, relativamente grandes cohortes se han trasladado a la edad de 65 o más años. Además, la esperanza de vida ha aumentado con fuerza. Por lo tanto, el número de personas mayores de 64 años pasó de siete millones en 1950 (10% de la población total) a 17 millones en 2010 (20% de la población total).

Además de los factores demográficos, como la baja fertilidad, aumento de la esperanza de vida y nivel de migración moderada, la actual estructura de edad de la población afectará al desarrollo demográfico durante mucho tiempo. Esto se traducirá en un número relativamente grande de personas mayores y muy pocas personas de mediana edad en las próximas décadas.

Por lo tanto, este efecto conducirá a cambios importantes en los próximos 10 a 20 años. En el futuro, la tasa de dependencia entre jubilados y población activa se incrementará hacia un número creciente de personas mayores.

El gobierno alemán está consciente de que se trata de un gran reto demográfico, por lo que ha adoptado políticas fiscales para incentivar nuevos nacimientos.

Debido a esta disminución drástica de la población jóven, estos paises han incentivado la inmigración con la finalidad de cubrir puestos de trabajos y que más personas aporten a los fondos de pensiones. Pero de esto también resulta otro problema grave. Los inmigrantes, en su mayoría musulmanes, están produciendo, gradualmente, un importante cambio en la estructura de la población. Resulta que las mujeres musulmanas son más fértiles que las españolas y alemanas, por lo que dentro de 50 años en esos países habrá una modifición en temas tan importantes como el idioma, costumbres, religión, etc.

En nuestro país debemos estar apercibidos con este tema de la despenalización del aborto. Si nos dejamos llevar por estas voces que pretenden introducir estas prácticas, en mediano plazo podríamos estar en la misma situación en que se encuentran España y Alemania, y la población haitiana, que de hecho ya está en el pais y son mucho más fértiles que nosotros, iría sustituyendo a la domincana, con la consecuente introducción de sus costumbres, como trataron de hacerlo en 1822, y además de los problemas de salud pública conocidos, tendríamos serios problema económico con los planes de pensión. No permitamos la sustitución de nuestra población futura, defendamos la vida humana.