La cuestión del cambio del “modelo de desarrollo económico” es un tema que se pone en debate a propósito de los esfuerzos de Convergencia; y a ese respecto conviene plantear consideraciones.
La primera cuestión a debatir es si el modelo económico en curso es de desarrollo, y de inmediato digo que es de crecimiento económico.
El crecimiento económico es un concepto que expresa el aumento de tamaño del Producto Interno Bruto, PIB. En República Dominicana durante más de 50 años consecutivos el trabajo ha creado riquezas, haciendo crecer el PIB; en años, hasta a tasas del 12 % y en otros de hasta 8.5%; por encima de la media de América Latina.
Pero no hubo desarrollo; porque este presupone el crecimiento, pero implica además que en atención al uso y preservación de los recursos naturales para que sirvan a las presentes y futuras generaciones, ese crecimiento debe impactar en una sustancial mejoría de las condiciones de vida de la población; al tiempo que se transforman las bases materiales del primer esfuerzo de crecimiento. Igual debe haber un régimen político y social que garantice participación democrática y seguridad al pueblo.
La República Dominicana vio agotarse el modelo de “sustitución de importaciones”, que la mantuvo en la dependencia extrema del extranjero; y como no logró el desarrollo ni se esperaba que lo hiciera, la política dominante sustituyó aquel por otro modelo, el actual; basado en el turismo y las zonas francas, que por igual la mantiene en el círculo dantesco de la dependencia. En estos ha habido crecimiento económico y también creció la pobreza; hay provincias donde la pobreza alcanza hasta el 60% de la población.
Porque los modelos de crecimiento, esencialmente el vigente, han sido modelos de “dumping” social y ecológico. Social, porque logran crecimiento en base a una política salarial restrictiva, un peso devaluado y altas tasas de desempleo; que en suman deprimen la capacidad de consumo de las mayorías.
Ecológico, porque permiten a inversionistas en minería y proyectos turísticos, que sin tener que pagar costos destruyan recursos naturales, entre estos bosques y cuencas acuíferas.
La segunda es, que esos modelos han corrido parejo con un régimen político centralizado, que corresponde a una economía concentrada.
Por tanto, superar el modelo “dumping”, para implantar uno de real desarrollo, tiene que ir parejo con la renovación del régimen jurídico- político. Porque a tal desarrollo, tal Estado. La constitución actual, la del “Estado de derecho”, da cobertura legal con rango de ley sustantiva a ese modelo; y por tanto, esa constitución también debe ser superada.