La encargada del Programa de Fomento al Turismo de la Ciudad Colonial declaró recientemente a la prensa que, en sus 5 años de ejecución, este se había completado en un 95%. Solo quedarían por entregar algunos museos, trabajos de calidad turística y el lanzamiento de la marca Ciudad Colonial (http://hoy.com.do/rescate-ciudad-colonial-es-un-hecho-instalan-mas-500-establecimientos/). Pero tal declaración sorprende porque parece descartar los trabajos pendientes de su tercer componente, el de mayor trascendencia para el desarrollo turístico nacional.

El Programa en cuestión estuvo dividido en tres grandes componentes (ver gráfico al final).  El primero  tenía que ver con el “Desarrollo de la Oferta Turística Clave”, mientras el segundo se ocupa de la “Integración Local en el Desarrollo Turistico”.  Sin embargo, el tercer componente, bautizado con el escuálido nombre de “Fortalecimiento de la Gestión Turística” no se circunscribe a la Ciudad Colonial, a pesar de que incluye trabajos específicos para la misma. De los 14 subproyectos en que está dividido nueve tienen que ver con la gestión pública del turismo a nivel nacional y han sido sueños profesionales por muchos anos.

Es con esos 9 subproyectos que se introducirían formales criterios de racionalidad en la formulación de la  política pública y, consecuentemente, en el accionar de las autoridades sectoriales.  Los trabajos contemplados serian experticios técnicos para prescribir las líneas de acción en los renglones básicos del sector.  Con la aplicación de sus prescripciones estaríamos también aplacando la perniciosa injerencia de la política partidarista y clientelista en el quehacer sectorial. Huelga señalar que tal profesionalización del manejo del sector público del turismo contribuiría a fortalecer la competitividad internacional de la industria.

Hace tiempo, por ejemplo, que múltiples actores del sector han pedido un plan nacional de desarrollo turístico. Se asume que siguiendo una estrategia formalmente establecida tendríamos mayor racionalidad en el esfuerzo sectorial y, en consecuencia, mayor intencionalidad de las intervenciones.  Así se reduciría la discrecionalidad de los funcionarios en la aplicación de la política pública, además de reducir las improvisaciones y las decisiones que favorecen ciertos intereses privados.  El subproyecto “Actualización de la Estrategia y Plan Nacional de Turismo de la Republica Dominicana” del tercer componente citado prometía lograr eso.

El “Plan” establecería las políticas, estrategias y lineamientos de desarrollo, pero serían las estadísticas sectoriales las que nos dirían si estamos logrando éxito con su aplicación.  De ahí la importancia, dentro del señalado paquete de iniciativas, del subproyecto “Diseño e Implementación del Sistema Nacional de Información Turística (estadísticas e inteligencia de mercados a nivel  nacional, observatorio turístico de SD)”.  Este podría significar la transferencia de responsabilidad en este campo del Banco Central a la Oficina Nacional de Estadísticas y al MITUR, un relevo que ha estado pendiente por más de dos décadas.

En consonancia con la trascendencia de los anteriores trabajos se incluyen también tres subproyectos para reformar la promoción turística.  (ASONAHORES ha pedido su reingeniería en varias ocasiones.)  Se incluye por un lado la “Actualización del Plan de Marketing Turistico de la Republica Dominicana” y por el otro, el “Diseño e Implementación del Sistema de Evaluación de la Efectividad de las Acciones de Promoción”.  Con esto no solo tendríamos una política de promoción, focalizada en los mercados prioritarios y que no responda a improvisaciones de coyuntura, sino que además disciplinaríamos el exagerado gasto en promoción, debidamente transparentado, a una evaluación frecuente para saber si está logrando las metas.  A esto se añade un subproyecto de “Implementación del Plan de Marketing de Santo Domingo y la Ciudad Colonial”.

El siguiente paquete de subproyectos del tercer componente augura un salto sin precedentes en los niveles de profesionalización del MITUR.  Comenzando con el subproyecto de creación de una “Dirección de Planificación Institucional”, habría otros tres componentes en las áreas de Calidad, Formación y Empresas.  Se incluye el “Diseño e Implementación de un Sistema de Calidad Turística” a ser piloteado en la Ciudad Colonial, el Malecón y el resto de Santo Domingo.  También un “Estudio de identificación de necesidades de capacitación y un plan de formación a nivel nacional para el personal del MITUR¨.  El otro subproyecto es el de “Apoyo al Sistema de Registro, Clasificación e Inspección de Establecimientos Turísticos”, otra gran tarea que ha estado pendiente por décadas.

A juzgar por las declaraciones de la citada funcionaria, solo los trabajos sobre calidad han sido formalmente abordados y están pendientes de ser completados.  Informalmente, sin embargo, se sabe que el subproyecto de la Dirección de Planificación ha sido ejecutado por lo menos parcialmente, en vista de que se le han entregado modernas (y costosas) oficinas en el Edificio Savinon de la Ciudad Colonial.  Ha trascendido también que el Plan de Desarrollo Institucional del MITUR está en vías de finalización. 

Pero de las piezas principales de la profesionalidad sectorial no se sabe mucho.  Hace unos tres años se anunció la contratación de una firma italiana (Target Euro) para la elaboración del plan nacional, pero se dice en los corrillos turísticos que esta consultoría colapsó y nunca se ha presentado su resultado.  Tampoco se sabe nada sobre los planes de mercadeo y de evaluación de la efectividad de la promoción.  Del sistema de información (estadístico y de inteligencia de mercado) pudiera existir un reporte, pero no hay indicios de que se haya acometido el traspaso de responsabilidades del Banco Central al MITUR o a la Oficina Nacional de Estadísticas.

Queda claro que lo que no se ha ejecutado del tercer componente son unos trabajos claves para el manejo profesional del sector público del turismo.  Por tanto, sería conveniente que las autoridades dieran un reporte más completo –y equilibrado—sobre su ejecución.  Si en realidad ha existido desidia en la implementación de sus subproyectos nacionales habría que concluir que las autoridades prefieren seguir manejando sus responsabilidades con criterios políticos, los cuales no siempre están alineados con la racionalidad.

Si ya es muy tarde para rescatar los subproyectos soslayados, el MITUR podría promover ante el BID la idea de cambiarlos por un Proyecto de Destino Turistico Inteligente, una necesidad urgente de nuestro destino turístico que ya está tornándose en el nuevo paradigma internacional de la profesionalidad en el manejo del sector.  Asimismo, MITUR debería aceptar la sugerencia del empresario Frank Rainieri, expresada en un reciente evento de ADOMPRETUR, y crear un fideicomiso para un manejo más idóneo de la promoción turística.  Estos son retos urgentes del sector público del turismo.

 

Componentes y Subproyectos del Programa de Fomento al Turismo de la Ciudad Colonial