Corría la primavera de 1971 en Bruselas y con ella el ocaso del joven líder dominicano Maximiliano Gómez, alias El Moreno que con sus ideas y carisma intentó revolucionar el país, liberarlo de las fuerzas del funesto balaguerismo y conducirlo por senderos caribeños ausentes de todo colonialismo. Pero para el 1971, los Estados Unidos conocían muy bien cómo frenar revoluciones socialistas. Eran tiempos en que el mundo respiraba la sangre de los desaparecidos, los bombardeos en Vietnam, los crímenes en el Congo, la violencia en contra del Black Panther Party en los Estados Unidos y escuchaba los gritos de los torturados y las caras de dolor de viudas y huérfanos. En nuestro país las fuerzas siniestras de la Guerra Fría encontraron el aliado idóneo.
El hecho no era matar, pero arrancar de raíz los sueños revolucionarios con tácticas de descrédito, infiltraciones, enfrentamientos entre los mismos miembros de las organizaciones revolucionarias,y divisiones.
El Moreno muere y no acribillado a balazos como pasó con Amin Abel Hasbun u Otto Morales, no, al Moreno lo asfixia el descuido de una llave abierta de gas y aparentemente en brazos de la viuda de Otto Morales su mejor amigo, el revolucionario conocido y admirado por su dedicación, carisma, moral y ética revolucionaria sucumbe a la muerte física y moral. Esa fue la intención de la Central de Inteligencia-CIA.
Con la muerte del Moreno también comienza a morir el MPD. Las luchas a lo interno del partido incluyendo asesinatos como lo fue la muerte de Miriam Pinedo, las infiltraciones de fuerzas del estado, los enfrentamientos con otras organizaciones de izquierda y la división del MPD en varios pequeñas organizaciones dan el golpe final al sueño de cambio revolucionario al cual aspiraban los actores que conjugan esta historia.
Pero porqué crear la idea de la deshonestidad del Moreno, porque matarlo moralmente?
El Moreno era el líder carismático por excelencia. Las masas de obreros, chiriperos, campesinos, y hasta miembros de las fuerzas castrenses oían su mensaje. El Moreno logró unir a un fuerte contingente de fuerzas incluidos partidos de derecha para confrontar a Joaquín Balaguer en las elecciones del 1970 con huelgas nacionales e intentos de asesinar a Balaguer.
El carisma del Moreno lo acompañaba una sabiduría innata, pues aunque solo completo un octavo grado, conocía la historia dominicana, el contexto caribeño y como el Peruano Jose Carlos Mariategui que reconoció el papel del indígena en el cambio revolucionario de su país, exploró la idea de caribianizar el marxismo creando un paradigma criollo para enfrentar el imperialismo y la oligarquía dominicana fuera de los mandatos rígidos del marxismo leninismo y maoísmo. En su corto ensayo “El colonialismo ideológico y sus consecuencias prácticas y organizativas” El Moreno critica los errores de Los Trinitarios en 1844, los Restauradores en 1865 y Juan Bosch en 1963 y explica que los liberales dominicanos han fallado en consolidar su poder porque han dependido en doctrinas foráneas y nunca pensaron en un paradigma dominicano.
La muerte física del Moreno elimina al líder carismático, su muerte moral impedía que su paradigma criollo y original fuera tomado en serio.
En el aniversario de su muerte porque no revivir su pensamiento, reexaminar su concepto de anti- colonialidad, su inclusión de la República Dominicana en la dinámica caribeña, y su sentido de unidad estratégica. Porque no indagar sobre su postura caribeña y su nueva redefinición de la nación fuera de la visión elitista que nos aproxima más a una Latinoamérica blanca. El Caribe habla de negritud, del melao del azúcar, de esclavitud y libertad.