El próximo 16 de Agosto el gobierno municipal verifica tres años de gestión. El honorable Alcalde, doctor Juan Gilberto Serulle Ramia, y sus más eficientes funcionarios no pueden estar del todo conformes. Es verdad que han sido 36 meses de muchísimos logros, pero también de acciones interruptas, debates y agudos desconciertos. Son muchas las fortalezas conseguidas para Santiago y bastantes las oportunidades aprovechadas, pero también varias las debilidades y suficientes las nuevas amenazas surgidas en el proceso. Es momento de inteligencia estratégica. Esta coyuntura es propicia para que el Alcalde se suba de nuevo al barco, afine el trazado y ajuste el rumbo.

Acabo de regresar de las fiestas de la Independencia de los Estados Unidos de América en la Embajada, celebradas el pasado 4 de Julio. Técnicos y diversos invitados, cuyos nombres y países por etiqueta y prudencia nos reservamos, nos inquirieron de forma reiterativa sobre las razones de la “crisis de los residuos sólidos de Santiago, después de haberse avanzado tanto”.

El Consejo Estratégico (CDES) en su Asamblea XIII y en la Memoria Institucional, indicó frustración por la mala recolección de la basura de Santiago. Hay evidencias de que el Ayuntamiento ha desmontado el Sistema de Gestión de Residuos y la Corporación de Aseo (CASA) gestada bajo el auspicio de la Agencia Japonesa de Cooperación Técnica (JICA), la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el Centro de Ingeniería Sanitaria y Ciencias del Medio Ambiente (CEPIS) y el sector privado organizado en la Corporación de Zona Franca Industrial de Santiago (CZFIS). Estas entidades están aturdidas pues habían colaborado técnica y financieramente para lograr una gestión de residuos bajo la rectoría del mismo Gobierno Municipal con una participación social y privada no lucrativa.

Recién iniciada la actual gestión municipal, pasándole por arriba a la Ordenanza Municipal No. 2748 que fundó la Corporación de Aseo de Santiago (CASA), algunos asesores del Ayuntamiento recomendaron que se abandonara CASA y se suscribiera un proceso de licitación internacional para lograr una concesión que pretendía, además de recolectar con eficiencia toda la basura, generar energía eléctrica a partir de los depósitos del Relleno Sanitario de Rafey. No ha sido así y nueva vez el desaliento se impone sobre las buenas expectativas ciudadanas creadas.

Al día de hoy la empresa ganadora de la licitación no ha podido iniciar las gestiones, y peor aún, se ha retrocedido en lo avanzado, casi todos los técnicos preparados en Japón han salido del proceso y prácticamente la ciudad está partiendo nuevamente de cero. Los escándalos se registran casi a diario en todos los medios locales y nacionales. Creo que llegó la hora de repensar este proceso. Si el Ayuntamiento lo permite es oportuna una convocatoria para examinar nuevas soluciones colectivas. Con todo el respeto el difundido método de las Tres R, es insuficiente para resolver este problema.

Un Plan de Ordenamiento Territorial (POT) incompleto. El Presidente del CDES, Carlos Alfredo Fondeur Victoria hace unos meses giró una carta institucional al Alcalde y al Presidente del Concejo de Regidores para culminar con transparencia este proceso. Genera preocupación que de un momento a otro sin saberse cómo, tanto el CDES, CORAASAN y el CEUR de la PUCMM, entre otras entidades fundadoras del POT fueron excluidas del Consejo de Gestión Territorial (CGT), ente para concurrencia ciudadana de gestión. El CDES atrajo más de 30 millones de pesos de la cooperación internacional y local para que Santiago sea la ciudad con un ordenamiento territorial impecable.

Los problemas no se detienen y ahora se genera un conflicto entre bloques de concejales para trasponer el Ordenamiento Territorial en las manos del Concejo de Regidores. En las más de 150 ciudades que he estudiado, es “palabra de Dios” que la gestión del territorio es competencia administrativa de la Alcaldía, y escapa de la gestión legislativa del cuerpo de Concejales Municipales.

Los proyectos de impacto positivo del doctor Serulle son muchísimos, hay que reconocerlos y protegerlos. Esta gestión ha logrado tener una ciudad más conectada. La superación de las rotondas como ordenadores del tránsito es un hecho concreto. En la salida oeste hacia Navarrete, en la vía sur hacia Jánico. También en el cruce de las avenidas Las Carreras, la General López y las Mirabal. Otras acciones de impacto ha sido la intervención en cañadas de la ciudad y el traslado de las familias de las zonas de riesgo a confortables soluciones habitacionales. También el Centro Histórico ha mejorado.

Hoy y no mañana, el honorable Acalde Serulle debiera decidir con la inteligencia política que le ha caracterizado, sí en los próximos tres años le interesa repetir las acciones efectuadas, o si por el contrario, tal como sugiere este artículo, decide en los próximos tres años, subirse definitivamente al barco, afinar el trazado y ajustar el rumbo de su gestión.

El doctor Serulle ya cumplió con las diversas fuerzas políticas que le dieron la victoria electoral. Es momento de compactar la nómina. Es la coyuntura de fortalecer el rigor financiero de las inversiones municipales. Es oportunidad para aprovechar un gobierno nacional, presidido por su amigo y líder Danilo Medina y un empresariado que no ha podido apoyarlo en su justa dimensión por la cantidad de obras iniciadas, y sobre todo por no seleccionarse un proyecto mutuamente conveniente que siendo emblemático para la gestión del Alcalde, sea estratégicamente estructurante para Santiago.

La máxima autoridad local debiera decidir si continúa aperturando obras a granel, o si por el contrario se enfoca en articular en conjunto con el gobierno central, el sector privado y los sindicatos del transporte, un verdadero Sistema de Movilidad Urbana Sustentable, que direccione las vías, el tránsito y el transporte. Todas las confederaciones del transporte aliadas al Alcalde, tienen poder para extraer los conchos de las calles, lograr el apoyo del gobierno y colectivizar el transporte. En la otra seguimos.