Al igual que en otros países democráticos del mundo, en los Estados Unidos de Norteamérica (EUA), se llevan a cabo elecciones con la finalidad de garantizar la transferencia pacífica y organizada del poder.

A esa forma de organización del Estado, a través de la cual la ciudadanía norteamericana emite su voto para elegir a sus gobernantes, se le conoce como República y es por ello que resulta incongruente que el candidato a la Presidencia- y actual Presidente- por del Partido Republicano Donald Trump haya exigido que los colegios electorales detuvieran el conteo de votos, en las pasadas elecciones del 3 de noviembre.

En efecto, contrario al artículo 4 de la Constitución de los EUA, a través del cual se garantiza y salvaguarda el espíritu republicano de esa nación, el presidente y candidato del partido del elefante, a través de su cuenta de twitter consignó “STOP THE COUNT!”, oponiéndose a que los colegios electorales siguieran contando votos, a pesar de que en los EUA está previsto que el escrutinio de los sufragios sea gradual y progresivo.

Este llamado a detener el conteo de votos debe ser analizado más allá de lo anecdótico, pues nos demuestra que aún en los países que han logrado un alto grado de desarrollo humano, predominan las ideas retrógradas de algunos de sus gobernantes y miembros de la clase política.

Aunque parezca lo mismo, es distinto cuestionar el resultado de las elecciones a exigir que la voluntad de la ciudadanía, expresada a través del voto, sea embargada y silenciada, pues  una cosa es poner en duda la legalidad de un proceso electoral y otra desconocer la legitimidad del pueblo para elegir a sus gobernantes. Por ello, resulta preocupante que el alto mandatario de una de las democracias más consolidadas del continente americano haya exigido detener el conteo de votos.

Paradójicamente, cuando el actual presidente de los EUA exclamó “STOP THE COUNT” le dio la espalda al principio republicano que le otorgó la oportunidad de gobernar a ese país, olvidándose que las ciudadanas y ciudadanos norteamericanos le concedieron la legitimidad de gobernar a través del conteo total de los votos.

Las elecciones presidenciales de esta potencia mundial, así como las de otras democracias del continente americano, como lo es la de México, con la elección de Andrés Manuel López Obrador y la de República Dominicana con Luis Abinader, nos comprueban que la ciudadanía ha encontrado la manera de empoderarse a través de su voto, pues el pueblo  ha decidido, democráticamente, que exista la alternancia en el poder.

STOP THE COUNT, es una advertencia y enciende los focos rojos para las democracias de nuestro continente. Por lo anterior, es urgente consolidar las instituciones y las bases legales de nuestros sistemas electorales, de modo que no haya forma de cuestionar y limitar el derecho de los ciudadanos a elegir a sus gobernantes.

No queremos un “Detengan en el conteo” o “Paren la votación” para América Latina.