Con cuatro décadas de carrera artística Xiomara Fortuna es nominada a los premios soberanos en la categoría alternativa en un momento de ebullición de la “música alternativa”. Este movimiento de lo “alternativo”, identificado por dos elementos, los ritmos no comerciales en República Dominicana y la música con elementos dominicanos, está teniendo un repunte importante. En este contexto brilla una artista monumental, siempre nueva, Xiomara Fortuna. ¿Y por qué sigue Xiomara?

Esta singular autora y compositora de letras y música grabó hace 34 años su primer disco con elementos de fusión afro dominicana, jazz y reggae. El primer gaga, la primera sarandunga y congo profesional después de Convite. En esta dilatada carrera se ha convertido en referente de varias generaciones, su CD “Kumbajei”, incluido entre los 100 mejores de la música dominicana de todos los tiempos. Cuenta con doce grabaciones de discos independientes. Ha hecho honor al sentido de hacer carrera artística, sin desmallar en ningún momento, constante y perseverante, presentándose, componiendo, grabando, consolidando un sonido propio y una obra musical sublime, arte, como solo el arte puede hacer sentir la emoción de lo sublime. Este año, como si su alma tuviera “la prisa y la intensidad que solo la madurez puede dar” promete al menos 5 grabaciones y está cantando por todos lados, mucho y bueno.

Hoy Xiomara está más fresca que nunca, atrevida, como siempre ha sido desde su timidez personal, que no escénica. Acaba de lanzar la producción “Rosa y Azul” en la que su voz que se levanta con fuerza en contra de la violencia de género y los estereotipos que la generan y clama por el empoderamiento de la mujer. Esto lo hace a ritmo a fusión, con la maestría que la experiencia y el genio le dan. Se presenta divertida, se permite hacer bachata, con un toque de congo, un latin bailable que enciende y hasta un poco de góspel, esto con bambula y petro entre otros ritmos raíz.

Musicalmente el país tiene que poner los ojos en una artista a la que el tiempo y las adversidades naturales de la vida no han derrotado, a una artista luminosa que se posiciona tranquila y firme al lado de las generaciones que recogen el testigo de su trabajo y el de sus colegas pioneros en el movimiento de preservación y difusión de la herencia dominicana. 

Celebremos a las nuevas generaciones de buenos músicos, promesas, que están apostando por los caminos de la tradición dominicana y celebremos a Xiomara, gloria nacional y patrimonio de la humanidad, ahora que la tenemos cerca, fuerte y fresca. Sigámosla, disfrutémosla, acompañemos esta artista emblema de todas las músicas y todas las causas dignas. Ahora E’.