Xiomara Fortuna es una de nuestras artistas más versátiles y con propuestas musicales que aportan a nuestro acervo cultural y al fortalecimiento de nuestra identidad como sociedad.
Sus continuas producciones muestran una variedad de géneros musicales en los que se presenta la creación musical desde la fusión y desde la originalidad en todas sus manifestaciones.
La semana pasada Xiomara presentó una nueva producción, el CD “Son Verdad”. El mismo refleja una investigación intensa y extensa de nuestros ritmos y los muestra desde la combinación creativa con distintas formas musicales presentes en nuestras raíces, se hace un reconocimiento a nuestras tradiciones folclóricas.
Son verdad recoge distintas manifestaciones folclóricas, y combina en cada una de ellas la relación entre su ritmo, sus versos muchos anónimos y cotidianos presentes en nuestra cultura oral con la exaltación de figuras importantes de nuestra historia cultural que aportaron a que cada uno de estos géneros musicales se difundieran y se conocieran con amplitud.
“Son Verdad” es un tributo a personas y a ritmos, a nuestro folklore, y a nuestras raíces. Son verdad visibiliza lo oculto, lo vedado, lo invisible para una sociedad que no quiere verse, que esta mirándose en el espejo de otro, sin capacidad para verse, y reconocerse desde la diversidad que teje su sostén cultural.
Nuestras nuevas generaciones tienen un fuerte arraigo en estas formas musicales, y las convierten en el espacio para la creatividad y el cambio. A pesar de que los Atabales han sufrido el prejuicio y la marginación por la presencia del racismo y la persecución de nuestras raíces afrocaribeñas desde muchos sectores de poder, estos han permanecido a lo largo de nuestra historia, y están presentes en toda la geografía nacional.
Lo mismo ocurre con el gagá. El gagá ha sido erróneamente estigmatizado como haitiano, condenado, prohibido en nuestro país. Muchos ingenios están cerrados, sin embargo, el gagá se sigue celebrando en muchas comunidades y en esa celebración asumen liderazgo importante jóvenes que junto a la población adulta le dan fuerza y sostén al gaga. El reconocimiento al gaga con el nombre de June Rosemberg, destacada antropóloga que investigó a profundidad el gaga en la década de los 70.
El reconocimiento que hace Xiomara Fortuna a mujeres que son y han sido pilares en nuestras tradiciones como: Josefina Miniño, Elenita Santos, Enerolisa, Petronila Soriano (la reverenda) y Mercedes Cuevas, es un reconocimiento a la mujer dominicana en su rol fundamental dentro del quehacer cultural y el fortalecimiento de nuestra identidad. Mujeres en barrios, campos, bateyes que cantan salves, palos, curanderas, servidoras de misterios, líderes comunitarias y dedican su vida a la sanación y la solidaridad en nuestra vida social.
Junto a este reconocimiento a la mujer, Xiomara también reconoce a hombres importantes que han cumplido un papel trascendental en el conocimiento de nuestras tradiciones y nuestro folklore como: Fradique Lizardo, Sixto Minier, Ñico Lora, Dagoberto Tejada y Roldan Mármol como muchos otros que, a través de cofradías de los congos, grupos de atabales y múltiples géneros musicales difunden y recrean nuestras raíces musicales.
“Son Verdad” de Xiomara Fortuna debe convertirse en una de las herramientas didácticas principales de nuestro sistema educativo. Nuestra niñez, adolescencia y juventud tiene derecho a acceder a él. Su integración al proceso educativo favorece el desarrollo a través de la música de valores humanos y competencias afectivas y cognitivas.
Esta producción ofrece la conexión entre nuestras raíces afrocaribeñas, nuestras tradiciones y la generación de un clima de armonía social, alegría y convivencia creativa en las aulas. Es urgente que nuestros centros educativos y nuestras aulas transformen la violencia, el acoso sexual y la inequidad de género en felicidad, afectividad cooperativa y cultura de paz. “Son Verdad” y las otras producciones de Xiomara Fortuna, “Rosa y Azul” y “Poemas “son un canal para el logro de una educación para el cambio, hacia la equidad y la armonía social.
Tanto el Ministerio de Educación como el Ministerio de Cultura deben valorar este instrumento y convertirlo en un estandarte para el fortalecimiento de nuestra identidad, la promoción de nuestros valores y la cohesión social.
Este artículo fue publicado originalmente en el periódico HOY