Caminando por todo el país nos encontramos con costumbres, refranes y vivencias distintas. La forma de hablar, el acentó y el canto al hablar no es igual el de Dajabón al  de bani.

De Santiago a la capital hay muchos kilómetros,  a distancia igualmente refranes y forma de hablar que desde lejos sabemos que son cibaeños  o cibaeñas los que están conversan.

Lo bueno que es que le pase la vecina un poco de butifarra que  hizo en la tarde con arepita de maiz frita. Esto es parte de la costumbre, del comadreo salpicado de sus chismesitos del dia que algunos pueblos todavía nos da.   Los barrios de clase alta de Santiago y la capital ya han perdido esa costumbre. La serenatas han sido eliminadas porque ya a la calle no se puede salir a determinas horas  y practicamente se han quedado en las márgenes de algunas ciudades.

Lo bueno que era y es salir a marotear las frutas de tiempo  “mango, guayaba, cajuil (que se está  extinguiendo).

Esos famosos patos robao que como dice la canción  es una justificación a la chercha de amigos, a reunirnos en grupo a cantar, a piropear la jevita nueva del barrio y acompañarlos con nuestros respectivos tragos.

Los tiempos malos y buenos nos traen refranes que son verdades que nunca podemos olvidar, el amigo Trifolio, nos cuenta, que en su pueblo (salcedo) dicen: “ los pueblos son como los gallineros que  ensucian al de abajo aquellos que suben primero”