Con ocasión del encuentro de los principales candidatos presidenciales con el sector industrial, hace pocos días, como era de esperarse ambos, Danilo Medina y Hipólito, fueron cuidadosos de expresar sus principales ideas y propuestas, considerando el auditorio presumiblemente integrado en su mayoría por empresarios del sector industrial mediano y grande.
Ciertamente habíaexpectativa por este encuentro, por ser la primera ocasión en que los dos principales candidatos se aproximaban a lo más parecido a un debate en lo que va de campaña electoral, pero también porque el sector industrial nacional confronta serias dificultades, vinculadas a la pérdida progresiva de competitividad en los mercados tradicionales de exportación y aun en el mercado interno, ante productos de otros países, y porque en el seno de la sociedad crece la percepción de que el modelo económico que ha conllevado a un impresionante crecimiento del PIB (casi triplicado) y del PIB per cápita (más que duplicado) en los últimos decenios, no ha producido mejoría en la calidad de vida de la mayoría de la población, en la misma proporción, muestra señales de agotamiento, y se requiere cambios e importantes ajustes en el modelo de desarrollo.
Ambos candidatos mostraron estar informados de los principales problemas y limitaciones que constituyen necesidades sentidas por el empresariado industrial, lo que habla bien de los respectivos equipos de asesores. Las diferencias se mostraron, sin embargo, al hacer propuestas de soluciones.
Para el candidato del PPH, el camino es reafirmar y profundizar la orientación neoliberal en la economía y el modelo de desarrollo, es decir, reducir aún más la presencia y el papel del estado como regulador, como promotor y conductor de las políticas de desarrollo y calidad de vida, mayor liberalización del comercio y del sistema financiero, y en una especie de fe ciega en las potencialidades del mercado para solventar las dificultades críticas y construir equidad social. Estas posiciones son coherentes con las expresadas públicamente con anterioridad por algunos de sus principales asesores económicos y en políticas sociales, salud y seguridad social. Todo parecería indicar que en el proyecto presidencial de Hipólito y el PPH se han hecho hegemónicas las corrientes más conservadoras y neoliberales. Su principal discurso se concentra en ataques a la actual gestión de Gobierno, y poco parece percibir como limitaciones estructurales de nuestro sistema económico y modelo de desarrollo.
Para Danilo, el camino es construir una nueva alianza social que sustente cambios de fondo en las relaciones Estado/Sociedad, para elevar la calidad de vida y la productividad y competitividad sistémica de la economía, al mismo tiempo que la capacidad de producción y de consumo de la población, reduciendo la pobreza y fortaleciendo la clase media, sobre la base de una mayor integración entre las políticas sociales y económicas, así como un mayor y mejor encadenamiento entre los sectores más dinámicos y los rezagados de nuestro aparato productivo de bienes y servicios, que persiga como prioridad la competitividad sistémica, una política activa de generación de puestos de trabajo dignos, y construir ciudadanía activa y de calidad. De acuerdo con este enfoque la superación del neoliberalismo y fortalecer las capacidades del estado para la conducción estrategica de la sociedad, es una necesidad para que el aparato productivo industrial supere las limitaciones actuales.
Danilo destacó su compromiso de trabajar para que el ingreso nacional haga posible que las familias no tengan que sacrificar sus ingresos en soluciones individuales a problemas que son colectivos y cuya solución es colectiva.
Educación, salud, empleo, seguridad social, seguridad ciudadana, transporte de pasajeros, entre otros, son servicios básicos que deben ser considerados Bienes Públicos, por sus impacto directo e indirecto sobre la calidad de vida y sobre el bienestar económica familiar. La privatización de estos Bienes Públicos profundiza las inequidades sociales y limita la productividad y competitividad sistémica de nuestra economía, al mismo tiempo que debilita la solidaridad y el capital humano y social del país.
La propuesta de Hipólito y el PPH nos plantea poner nuestras esperanzas en una mejor gestión de la crisis y del modelo neoliberal. La propuesta de Danilo nos llama a construir un mejor país, superando el modelo neoliberal, construyendo ciudadanía activa, calidad de vida y promoviendo la productividad y competitividad sistémica, así como la integración y encadenamientos productivos, en un contexto de política activa de puestos de trabajo dignos.
Poco a poco van perfilándose los contenidos programáticos de los principales candidatos. Debemos demandar que la campaña electoral marche por este rumbo de propuestas programáticas.
La ciudadanía tendrá así un mejor conocimiento de los candidatos y sus propuestas, y decidir su voto en consecuencia.