Sin duda,  los seminarios son un terreno apreciado por el Presidente, pero no constituyen el lugar de realización de las políticas. El espacio que espera acciones de su parte, está en una policía corrupta, analfabeta e incompetente. Con salarios de miseria, aunados a una estructura gansteril, donde los bandos apandillados no conocen más lealtad que el dinero generado por los más diversos delitos.

Cuando todavía no se ha solucionado el escándalo de las cámaras de vigilancia, denunciado en el programa de Nuria Piera a principios del mes de abril del presente año, el Presidente Fernández vuelve a sacar del sobrero la misma estrategia, cámaras de vigilancia, para combatir la delincuencia.

Por otro lado el Ministerio Público, no sólo necesita más recursos. Toda la capacitación recibida no ha impedido que los casos de violencia de género e intrafamiliar no lleguen a judicializarse, ya que suelen ser conciliados en aras de la "unidad familiar".

Mientras los  casos de microtráfico crecen como la espuma en los libros del Ministerio Público. Su personal investiga con las manos vacías, sin mayor instrumental que sus celulares, sus vehículos personales y alguna caja de cartón donde guardan las "pruebas", en la "seguridad" de los rincones húmedos de sus oficinas.

Un mayor presupuesto, incremento salarial, oportunidad y exigencia para finalizar la secundaria y continuar los estudios formales, condiciones de trabajo dignas constituyen el  mínimo en términos de acciones para fortalecer la policía nacional. Ya no se hable de su estructura corrupta, la cual debe ser desmantelada.

Otros elementos, también importantes fueron señalados por el Presidente Fernández como la falta de articulación entre la policía, el Ministerio Público  y la judicatura. Por tanto el problema no es la falta de información o conocimiento del problema de la delincuencia, sino la artrosis que se ha apoderado del gobierno, que sólo deja espacio a los discursos públicos y casi nada a las acciones.