Así se expresó el arquitecto Rafael Tomas Hernández Ramos cuando vio la foto que circula en el enlace de facebook "Imágenes de nuestra historia". Es, hasta donde hemos querido y podido indagar, una fotografía anónima que reúne, en el encuadre, a cinco de los más destacados arquitectos del pasado reciente dominicano, cuando discurría la bochornosa dictadura lar de los 31 años. Copié la foto y se la envié al arquitecto Hernández Ramos, a quien le profeso gran admiración y respeto, al igual que a otros de esa misma época que aún gravitan profesionalmente en el medio local (y hasta regional). Le pregunté si los conocía y esta fue su contestación casi inmediata:

"Oficina del Directorio Técnico de la Feria de la Paz y Confraternidad del Mundo Libre, los tableros de las mesas eran puertas de plywood sobre "burros" de madera, de izquierda a derecha Juan Pujadas Pedemonte, Manuel Baquero Ricart, Edgardo Vega Malangón, Virgilio Pérez Bernal y Guillermo González".

Esa foto cuando fue colgada en IDNH suscitó un largo comentario de múltiples seguidores de la misma. El detalle de lo artesanal del montaje del "equipo" básico de trabajo ("la mesa") describe sin muchas letras las precariedades de aquellos tiempos. Un giro compás, dos cartabones, unas gafas o lentes de aumento con montura aparentemente nacarada oscura, una regla escala (escalímetro) y un portaminas (o porta grafito), completaban los utensilios de dibujo.   Le pedí mas informaciones y en un segundo correo, el arquitecto Rafael Tomás Hernández Ramos comentó sobre el lugar donde fue tomada la foto, que resultó ser, según el arquitecto Hernández Ramos, en  el "Directorio Técnico de la Feria de la Paz y confraternidad del Mundo Libre", como se llamaba la oficina técnica que lideraban Don Guillermo, Caro y los Hermanos Pou, aunque el jefe administrativo y enlace con don Virgilio Álvarez Pina (don Cucho) Gobernador de la ciudad, era Virgilio Pérez Bernal. Johnny Pujadas, Erwin Cott y yo teníamos el privilegio de ser asistentes de un equipo tan notable."

Como se puede leer, en la foto no estaban ni Caro (José Antonio Caro Álvarez), ni los hermanos Pou (Leo y Marcial), quienes eran los jefes de los proyectos de la feria, junto a Francisco Guillermo González Sánchez, que si aparece en la fotografía. En las memorias de Don Cucho, publicadas hace apenas quizás dos o tres años, no se menciona el nombre de Francisco Guillermo González Sánchez y una sola vez se hace mención de Rafael Alfredo González Sánchez, el ingeniero práctico hermano de Francisco Guillermo, mano derecha de éste, en materia de construcciones en esa época.

Pero el arquitecto Rafael Tomás Hernández, amplió sus explicaciones en ese segundo correo: "Estaba ubicada (la oficina) en una casona de la calle Benito Moción que ocupaba la Gobernación de Santo Domingo. Posteriormente esa casa fue la sede de SAVICA y todavía es ocupada por alguna dependencia oficial. Probablemente discutían aspectos del Palacio Municipal….obra que estaba a cargo de Manolito (José Manuel Baquero Ricart) y Gay (Edgardo Vega Malagón) …quienes le introdujeron modificaciones al diseño del Profesor Guillermo con el beneplácito del autor". Ávido por saber siempre un poco más, persistí en preguntar y entonces, en un tercer correo, abordé el tema de los honorarios. Esta fue su respuesta:

"Jajaja….Lo mío,… serian alrededor de doscientos pesos…era un sueldo de la época, ahora la  oportunidad… estar  compartiendo con profesores tan importantes….. Hacía que valiera la pena…….además. Dibujé los planos del ante proyecto para el teatro de Agua y Luz con don Carlos Buigas, (que fue lo que originalmente determinó mi traslado hacia el Directorio),  dibujé los planos del edificio de las Fuerzas Armadas, que diseñó Guillermo González  y también, diseñé y construí algunos pabellones, (La Manicera, la Tabacalera, la Industrial Lechera), y  la entrada del Coney Island, esto me permitió terminar la carrera. No sé lo de Erwin y Johnny".

Esa gente se quedó toda en un anonimato de alegrías fingidas, más bien de tristezas impuestas… Puso al servicio de un gobierno dictatorial (que era lo que había y no otra cosa) sus conocimientos e hicieron la ciudad formal que se ha ido perdiendo entre caricaturescos modernismos y ridículos amagues de mal interpretados desarrollos. Nunca, ni el Estado, ni la Municipalidad, ni el sector privado de las construcciones les revalidaron su entrega. Ya no están ninguno los de la foto. Y de los mencionados, solo queda el consultado Hernández Ramos. Y pensar en los tantos "Honoris Causa" que se han entregado en las sacras, pulcras y doctas universidades dominicanas, a empresarios, políticos y hasta a deportistas, pero a ellos, ninguna los honró nunca con esos simbólicos reconocimientos (ni siquiera póstumamente, para enorgullecimiento de sus familiares descendientes)…