Visto el panorama nacional, a la luz del los últimos acontecimientos con relación al tema migratorio (básicamente la inmigración haitiana), nos llegan a la mente varias ideas; algunas de ellas las queremos compartir por aquí, y aunque todos las conocemos, que por lo menos – al exponerlas aquí- nos sirva un poco para reflexionar.
Desde hace mucho más tiempo del que a todos nos gustaría, gran parte de la producción nacional se apoya en la fuerza laboral irregular (en términos migratorios y de derechos laborales) de haitianos venidos a nuestras tierras en busca de un mejor futuro. Así como los dominicanos hemos sido un pueblo emigrado en varias etapas de nuestra vida como país, los haitianos lo son de manera casi exclusiva hacia nuestro lado de la isla. En tiempos de conquista y colonialismo las potencias de aquel entonces, se arrebataban, robaban, pillaban y saqueaban posesiones en el Caribe (ver la obra de Juan Bosch al respecto)1. Sin hacer larga la historia, que otros contarían mejor que nosotros, como consecuencia de aquello, quedan dos pueblos muy diferentes compartiendo la isla de La Española.
Haití entra en la parte española de la isla, a solo dos meses de que nuestro lado se declarara independiente con el nombre de Haití Español. Al cabo de 22 años de dominio y gracias a la alianza de Trinitarios y otros sectores nacionales (como el de Pedro Santana) nace Rep. Dominicana, luego de vencer a las fuerzas haitianas de ocupación. Muchos años después y por razones en las que tampoco entraremos ahora, Haití se queda anclado en el subdesarrollo más absoluto, bajo la pobreza y la corrupción más aberrantes y La República Dominicana avanza con grandes dificultades y una historia muy particular, hacia un desarrollo tardío ( ver de nuevo la obra de Juan Bosch de nuevo al respecto)2; pero desde luego a una situación superior – en esos términos de desarrollo- a la de Haití.
Construcción y Agricultura
Históricamente, el haitiano viene en masa a buscarse la vida en los dos grandes renglones que apuntalan la economía dominicana durante años: Construcción y Agricultura o más bien a la inversa. Quienes patrocinan esta entrada sin control y sin medida son los sectores estatal y empresarial, ambos en busca de mano de obra abundante y a precios competitivos.
Desde nuestra infancia y hasta hoy nunca conocimos a un brasero dominicano; en nuestra primera juventud, vivimos como el haitiano desplazaba la mano de obra dominicana del trabajo de la construcción; ya en nuestra joven ejercicio profesional vimos al haitiano hecho un jabato en obra y controlando el mercado de oferta laboral. En conclusión, si que fuimos testigos presenciales de como el corte de la caña de azúcar, que sirvió de entrada a esa mano de obra barata, dio paso a otros renglones de la agricultura y sobre todo al de la construcción como receptores de esa mano de obra.
El haitiano generalmente suele ser trabajador, respetuoso y listo para la faena siempre que se requiera. Como muchos emigrados hacia tierras extrañas, ha creado una sub-cultura que late dentro de la sociedad que lo acoge. Cuadras, manzanas enteras y hasta barrios tienen una población de ellos que duplica a la dominicana. Han creado sus pequeños guetos – y a veces no tan pequeños- donde desarrollan su vida como si de un espejo de Haití se tratara.
Y ahora el Plan
El nuevo plan de regularización debe ser visto no solo como el derecho que tiene el Estado Dominicano de poner orden en casa, de acuerdo a sus leyes migratorias; es también la gran oportunidad que se le brinda ( o mejor dicho el gran derecho que se le reconoce) al inmigrante irregular, que debe desarrollar su vida durante años en un país ajeno, a que viva con dignidad. Un haitiano en situación regular es un sujeto activo en derechos y deberes para esta sociedad dominicana que lo recibe; este haitiano que es maestro constructor, albañil, plomero, o simple “tira mezcla” tiene ahora un documento que le sitúa en una condición definitivamente mejor a la anterior.
Un ingeniero, arquitecto, contratista, etc., tiene ahora a un obrero documentado, a un obrero que en igualdad de condiciones que un dominicano, tiene derecho a los servicios públicos…amén que estos no sirvan para mucho en una sociedad como la nuestra.
Conclusión
Tan breve y sucintamente como los párrafos anteriores, concluimos , desde nuestro particular punto de vista(obviamente), que la solución al problema haitiano ( el de ellos allá) no pasa por una solución dominicana; que el estatus y situación de los haitianos en territorio dominicano es responsabilidad ( en la parte que nos toca), de los dominicanos, desde el marco legal de un país soberano; que el proceso de regularización beneficia al haitiano en primer orden, al contratante en segundo término y finalmente a la sociedad en su conjunto; que ese proceso debe ser defendido y apoyado por los dominicanos; que en el caso de hijos de extranjeros nacidos en la Rep. Dominicana se les debe aplicar la legislación vigente con el mayor nivel de respeto y consideración humana….
Ante todo, consideración humana….Siempre…!!!
- Libro: De Cristóbal Colón a Fidel Castro. El Caribe Frontera Imperial.
- Libro: Composición Social Dominicana.