La dominicanidad transida, entre lo virtual y lo real (2017) es la más reciente obra  de Andrés Merejo, se trata de una construcción intelectual que se despliega sigilosamente a lo largo de 237 páginas, portadoras de mucha información, así como de un interesante nivel  de elaboración académica, que nos permite comprender los intersticios, vericuetos y complejidades del mundo en que vivimos y nos desvivimos, nos alegra y nos entristece, donde permanentemente renunciamos a ser persona, en aras de las cosas más sutiles,  aparentes y banales  de la existencia. Según Merejo, asistimos a un cierre del círculo, donde “…lo único valioso es la muerte, ya que valoramos las cosas, más que a los seres humanos”.

El autor Andrés Merejo, y los comentaristas de la obra: Fausto Rosario Adames, Rafael Morla, Diógenes Céspedes y Andrés L. Mateo

El dominicano es uno de los pueblos que más ha luchado por su realización material y espiritual. Ha producido gestas como la Independencia Efímera de 1821 y la resistencia a la Ocupación haitiana de 1822,  la Independencia de 1844, la Restauración de la República en 1863, la lucha contra el gobierno de los 6 años de Buenaventura Báez, la resistencia contra el gobierno de Lilis, la lucha en contra de la Ocupación Norteamericana de 1916,  la resistencia contra la tiranía de Trujillo, la batalla por el retorno a la constitucionalidad en abril de 1965, la lucha en contra de los 12 años de Balaguer, y finalmente, el Movimiento Verde, que espero sea la cura definitiva, a esa sociedad y dominicanidad transidas, que valiente y acertadamente, Andrés Merejo denuncia y pone de relieve en el texto ya mencionado.

El  proyecto de cambio y realización de la sociedad dominicana, ha sido una y otra vez preterido, los liberales, los ilustrados, los demócratas y revolucionarios de izquierda, no han podido construir el mundo social de sus sueños, y por eso el dominicano vive frustrado, angustiado, inquieto y preocupado, en torno al presente y las posibilidades del porvenir. Esta ha sido desde siglos nuestra realidad, y que ahora Merejo, desde su nueva y particular conceptualización ve como “transida”, en despliegue dialéctico entre lo virtual y lo real, y donde al mismo tiempo nos vemos envueltos en “espejos donde se reflejan procesos de agotamiento y diversos malestares sociales por parte del dominicano” .

En la sociedad transida de hoy, viven los dominicanos transidos, atravesados transversalmente por acontecimientos virtuales y reales, atrapados en las incertidumbres sociales y políticas, en fin, “enmudecidos y entristecidos, despojados y excluidos de la otra cara de la modernidad, que tiene que ver con los tiempos cibernéticos que se mueven en redes sociales virtuales…”. No hay fatalismo y derrotismo en la obra de Merejo, reconoce que esa condición de dominicanos transidos, no nos ha impedido un cierto progreso económico-social, en contexto de una modernidad problemática, que genera desarrollo económico, pero no crecimiento humano.