Si eres de los que viven en una burbuja, te invito a asomar tu cabeza por la ventana y ver el mundo como es; podrás notar que en la esquina izquierda hay un caos en evolución y si giras la cabeza hacia la derecha, un individualismo que nos arropa cada día, espera… Hay dos gladiadores luchando por un parqueo. Cómo observas, el panorama refleja la proyección de una locura colectiva, que solo necesita un pequeño empujón para que la sociedad completa pierda el juicio, en su defecto, que personas “civilizadas” como los que miran desde su balcón se unan para que terminen de comerse entre sí. ¿Te animas a este juego o seguirás observando sin hacer nada?
El consumismo nos va consumiendo y lo peor es que muchos aún no se dan cuenta, dejamos de vivir en sociedad por vivir en un exilio interior. Mientras Corea del sur continúa enviándonos señales a través del séptimo arte, entre ellas Parásitos y el Juego del Calamar, otros, hacen experimentos sociales como la estudiante Zou Yaqi de China, quien fingió ser de “alta sociedad” y llevó una vida de lujos gratis durante tres semanas. Este video no fue una crítica más sobre la desigualdad social, sino que es una realidad que ella misma narra de manera llana y en directo. De Pekín al patio no hay muchos cambios, pues también aquí ocurrió lo mismo, solo que este dominicano se hizo pasar por pelotero y engañó a políticos con dinero. En conclusión, lo mismo, persuadieron el sistema vestidos similar al entorno que querían pertenecer y así ser bien recibidos, digamos que fueron valorados por el parecer y no por el ser. Pero el error no está en la libertad que posee todo individuo de estar donde quiera, sino en las divisiones de clases sociales y culturales que han ido agudizándose desde hace un largo tiempo; este injerto superfluo de un diminuto grupo de personas concluye quizás en un “feudalismo actualizado”, lo que podría avizorar el desencadenamiento de una ola de anarquismo desenfrenado.
Entre los ejemplos del origen de este problema, observamos que hace 50 años solo existía la escuela pública, allí iba toda la sociedad sin distinción, se educaban y crecían siendo amigos el hijo del que vendía fruta y el dueño del mercado, sin embargo, luego se creó la educación privada, allí todos los que podían llevar a sus hijos lo llevaban, entonces fue donde se inició la separación de la sociedad, pues se crearon grupos apartados que fuesen semejantes. Esto permitió que el hijo de Juan, el chinero, y el dueño del mercado hilaran por caminos diferentes, separando así, conductas, cultura, educación y actividad económica. Esos pequeños grupos originados en la alta sociedad, son los que por "default” crearon los oligopolios y monopolios vigentes hoy en día, las grandes empresas, industrias y corporaciones. La gran mayoría de estas, estimulan a través de sus mejores armas, la publicidad y el mercadeo, pues permiten que una gran parte de la población mundial actúe de manera salvaje e irracional, no es algo común y voluntario sino provocado. Si estudiamos la psicología de los consumidores nos percatamos de la impulsividad sin medida del gasto por el simple hecho de pertenecer, corresponder y ser admirado por un grupo. Entonces, entra el dilema y el caos, pues como todos saben, existen económicamente los que pueden, los que le siguen el juego al mercado aun sin poder y, por último, los pobres, los que no pueden, aquellos marginados y excluidos de los estándares establecidos por una sociedad de consumo. Esta condición social y psicológica de los tres perfiles descritos anteriormente provoca varios tipos de personalidades:
- La existencia de un sujeto consumidor de personalidad caprichosa, egoísta e impulsiva.
- Una insatisfacción personal por la falta de alicientes vitales.
- Un alto grado de credulidad ante los mensajes publicitarios.
- Una aceptación de ciertas creencias, como que el prestigio personal depende de llevar una marca publicitaria en concreto.
Como ven, son muchos los ejemplos, pero más el temor por lo que pueda acontecer si no tomamos conciencia. Mientras se debate la idea de un Estado social colectivo o dividido, entre el liberalismo clásico de los libertinos, la socialdemocracia de los progresistas y el neoliberalismo de Friedman, debemos avanzar adquiriendo un nivel de conciencia mayor en cuanto a nuestra salud financiera, evitando las amenazas del mercado y un surco entre nuestros pectorales, dígase, que "se nos abra el pecho". Y a propósito de esto, esta semana fue publicado un estudio por Caudall que llama mucho la atención, donde indica que la situación financiera de los ciudadanos en República Dominicana es de sobrevivencia y vulnerabilidad. Una muestra de la necesidad de incluir en nuestro sistema educativo la "Educación Financiera", pues ella podría nutrir nuestro futuro a una sociedad con salud financiera estable.
Atención a los gobiernos del mundo, tratemos de provocar la cohesión social y detengamos las divisiones que nos han impuesto durante años las élites sociales. Si no tomamos de la experiencia de la historia, nos puede cobrar caro el futuro, los indignados y las rebeliones campesinas medievales están ahí, "no desempolvemos ese nubarrón y elijamos engendrar aquel nuevo sol donde los hombres volverían a ser hermanos".