Un  niño de apenas nueve años le pidió a su madre hablar con su profesora pues en su aula una niña lo molestaba frecuentemente y solo a el llamaban la atención. Buscaba la intervención de su madre, según sus palabras, porque “tú sabes mami como está ahora eso de pelear con las hembras”.

Aunque las expresiones del infante estaban cargadas de ingenuidad, y constituyen un reflejo de que las generaciones en ciernes comienzan a entender que las mujeres merecen un trato adecuado. Jamás uno  violento.

La anécdota de este niño que no quería pelearse con las hembras me viene a la memoria a propósito de que un considerable número de mujeres ha protestado por la disposición de la recién promulgada Ley  Electoral en la cual se consigna que el 40%  de las candidaturas, que como mínimo deberán tener las mujeres y los hombres, podrá ser aplicado en el universo de la matrícula electoral de un partido y no necesariamente en cada demarcación particular.

Y esto lo digo aunque yo, como el niño de la historia, no quiero pelearme con las hembras

Esto implica la posibilidad de que en algún lugar no se cumpla con la cuota si en otros se sobrepasa ese límite.

Lo correcto según, las féminas, sería que el porcentaje se aplique de manera particular en cada demarcación electoral y no en el universo nacional.

Es mi opinión que lo requerido por las damas es correcto pues la proporcionalidad debe existir en cada lugar. Sin embargo la práctica dice que en este momento una medida similar sería de difícil aplicación puesto que no tantas mujeres andan detrás de candidaturas, como sí ocurre con los hombres.

En todos los partidos se genera un gran problema al momento de llenar la cuota femenina en ciertas demarcaciones. Existen pruebas en demasía.Y esto lo digo aunque yo, como el niño de la historia, no quiero pelearme con las hembras.