“Ese primero de enero, en la madrugada, aterrizaron en la base aérea de San Isidro seis aviones, un DC-4 donde vino el presidente fugitivo, Fulgencio Batista, familiares y parte de su Gabinete, cuatro C-46 y un DC-3, donde vinieron los jefes militares.
Los recién llegados todos fueron alojados en el Hotel Jaragua, por órdenes de Trujillo”. http://cambiosencuba.blogspot.com/2011/01/como-huyo-el-tirano-batista-hacia.html

La inmigración cubana de los 60’, fue de carácter masivo. Llegaron a Santo Domingo, tres tipos de grupos: los políticos, cercanos colaboradores del régimen de Batista, los propietarios de negocios y de tierras que con la Ley de Nacionalización fueron desprovistos de sus propiedades, y los sacerdotes jesuitas  y lasallistas. La mayoría de los cubanos que se establecieron en Rep. Dominicana fueron tabacaleros (por la similitud de la tierra), ganaderos,  y comerciantes.

Por otro lado, generaciones de dominicanos fueron educados por la rigurosidad y sapiencia de los sacerdotes cubanos jesuitas y lasallistas en humanidades y  ciencias  económicas en los colegios Loyola y De La Salle. Establecieron una Escuela en el país, a partir de la filosofía social cristiana, y una metodología de enseñanza heredada del Padre  Varela y del ideario  pedagógico  de José de la Luz y Caballero. Nombres reconocidos como el Padre Alemán y el Padre José Antonio Esquivel.

Muchos cubanos instalaron prósperos negocios en Santo Domingo, empresas íconos de la economía dominicana: Óptica López; JJ Roca, empresa de servicio de catering aeroportuario; Ilumelred de tiendas de mobiliario y accesorios decorativos para el hogar; La Francesa, panadería y repostería; Café Carmel; Santo Domingo Motors; Tabacalera A. Fuente y Cía., y otros.

Para 1970 no existían relaciones oficiales entre Cuba y República Dominicana, Balaguer permitía algunos discretos y exiguos intercambios comerciales, y mantenía, un intercambio bilateral limitado a cuestiones culturales y deportivas. Se afirma que el acercamiento entre el Fidel Castro y Balaguer se mantenía a discreción,  a través de intermediarios.

Al reanudarse las relaciones oficiales entre ambos gobiernos el 16 de abril de 1998, el flujo migratorio de Cuba hacia República Dominicana se intensifica y amplía, numéricamente. Este tipo de migración, mucho mayor en cantidad que en otras etapas, es menos politizada, deja de ser empresarial, para estar mayoritariamente compuesta, por profesionales en busca de oportunidades de mejor calidad de vida, predominan, profesores, médicos y artistas.

Se dice que no hay un colegio o universidad hoy en Santo Domingo que no tenga un profesor cubano, como tampoco hay una yola con destino Puerto Rico en la que no haya menos de dos cubanos a bordo. “Los casos cubanos y chinos no tienen reclamación”, dicta un cartel en la puerta de visados, en la Cancillería dominicana. Cada vez son mayores las exigencias para otorgar  visa a los cubanos. Y es que muchos asumen su estadía en RD, como puente hacia Estados Unidos; otros, por similitudes de identidad cultural y acogida solidaria, se integran a la sociedad aportando en diversos sectores socioeconómicos. Estar en Santo Domingo es como vivir en Santiago de Cuba o Guantánamo, con mejores oportunidades económicas, por supuesto. Son impresionantes los paralelismos identitarios:

-“Doooña, pero usted no parece cubana, usted parece cibaeña.

-Bueeeno, Don, lo que no parezco es habanera porque no digo, pa’que, po’que y ve’dad. Yo soy de Santiago de Cuba.”

Por esa identidad cultural compartida, el proceso de inserción del inmigrante cubano en la sociedad dominicana es inmediato y pleno, y existe una gran aceptación/acogida de los dominicanos a los cubanos, en la inmensa mayoría de la población, sustentado en históricos, profundos y constantes intercambios entre ambos pueblos, unen sentimientos de cariño y admiración aunque… En el sector profesional hay alguuunos dominicanos de mediocre preparación y endeble autoestima que sienten celos cuando tienen un cubano cerca, y se escudan en un nacionalismo extremo, para sin conocerlos bien siquiera, hablar mal y tratar de desacreditarlos, son personas dañinas; sin embargo, copian miméticamente modelos europeos alejados de la realidad dominicana y caribeña. Claro, también hay otra verdad, y es que muchos cubanos egocéntricos y autosuficientes, se creen dueños de la verdad absoluta y que se lo merecen todo. Dañan la imagen de los demás. Nadie debe juzgar ni generalizar, por el comportamiento erróneo de unos pocos, al resto de las personas, independientemente de su nacionalidad.

Considero que ambos gobiernos y la sociedad civil debieran propugnar un mayor intercambio pueblo a pueblo porque somos y seguiremos siendo hermanos y más unidos deberemos estar.

Un colega y amigo como respuesta al artículo de la semana pasada me escribió: “Mujeeerr, no te preocupes tú, la palabra inmigración no existe entre  Cuba y República Dominicana, nosotros somos lo mismo”. Toda la razón, Ing. De la Cruz.

Cubano muere en yola dominicana camino a Puerto Rico

http://diariode3.com/cubano-muere-en-yola-dominicana-camino-a-puerto-rico/